Crisis política en Italia

Letta se alinea con el mensaje del Sur

El primer ministro italiano propone mano izquierda para hacer frente a Alemania

La Razón
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El pasado 30 de abril, sólo dos días después de jurar su cargo como primer ministro italiano ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, Enrico Letta tomó un avión para viajar a Berlín y verse las caras con la jefa de Europa, la canciller alemana Angela Merkel. Letta, muy lejano de las soflamas antigermanas que había utilizado durante la campaña electoral el líder derechista Silvio Berlusconi, se presentó ante Merkel con un tono conciliador y reivindicativo al mismo tiempo. Deseó que Italia y Alemania «caminasen juntas», pero le recordó a la canciller que habían resultado «insuficientes» las soluciones adoptadas en Europa durante los últimos años.

En las siguientes etapas de su gira, que se detuvo en París, Bruselas y Madrid, el líder italiano dio más pistas de cuál era el proyecto político de su Ejecutivo para intentar sacar al país de la crisis: estímulos a la creación de empleo para hacer frente a la «emergencia laboral» y protección de los colectivos más desfavorecidos. Esta línea de acción no tiene por qué ir en contra de la estabilidad de las cuentas públicas, pero como dijo Letta en el Parlamento antes de la votación de investidura de su Gobierno, la «austeridad» por sí sola ha demostrado ser «insuficiente» para superar la recesión económica.

Estos planteamientos colocan al primer ministro italiano en la misma línea del presidente español, Mariano Rajoy, y del francés, François Hollande, quienes desean un cambio de rumbo en la política de la zona euro. Sus opiniones contrastan con las del bloque que lidera Alemania y del que forman parte sus «satélites», Austria, Finlandia y Países Bajos. Estas naciones, señalan numerosos analistas, se están beneficiando de la elevada prima de riesgo de los países meridionales para que sus empresas puedan conquistar estos mercados.

Esta situación preocupa mucho en Roma, pues contribuye a hacer más profunda la crisis. Por ello, Letta les dijo a Hollande y a Rajoy que había que formar un frente común para lograr que los primeros objetivos sean la creación de empleo y los jóvenes. Letta no acepta la etiqueta de «alumnos desaventajados» que Alemania y sus «satélites» han puesto a las naciones meridionales y se bate para lograr que no se considere como algo estructural que cerca de la mitad de los jóvenes esté sin trabajo.

El premier italiano, que conoce muy bien cómo funcionan los engranajes de poder en la UE, ya que fue ministro de Asuntos Europeos, sabe que el cambio de rumbo no se puede hacer contra Alemania. El peso germano es tan grande que no es posible avanzar con una oposición frontal a Berlín. Ganará quien domine la diplomacia y llegue a compromisos. «No debemos imaginarnos que estamos jugando un partido contra Alemania. Debemos confrontarnos para crecer juntos», le comentó Letta a Rajoy en Madrid.