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Economía y bolsillo

Lorena Álvarez, economista, advierte de la trampa de los bancos: "La reducción de los intereses totales va a ser muy muy considerable"

Amortizar hipoteca: la eterna duda entre reducir la cuota o acortar el plazo. Una decisión que puede suponer un ahorro de miles de euros en intereses y que enfrenta el interés del cliente con el de la entidad bancaria

Neobancos y banca online: os caras de una misma moneda que transforman la industria financiera. PixabayPixabay

Cuando un cliente se presenta en la sucursal con la intención de liquidar una parte de su hipoteca, armado con unos ahorros o un ingreso extra, es habitual que el banco le presente una disyuntiva. Sin embargo, detrás de una aparente libertad de elección, a menudo se esconde una sutil inclinación por parte de la entidad. Generalmente, la recomendación que suele escuchar el hipotecado es la de reducir la cuota mensual, una solución que, aunque atractiva a primera vista, no siempre es la más beneficiosa para su bolsillo a largo plazo.

De hecho, el motivo por el que las entidades financieras tienden a favorecer esta opción es puramente económico. Al mantener intacta la duración original del préstamo, el banco se asegura de seguir cobrando intereses durante todo el periodo pactado en el contrato. De esta forma, aunque el cliente sienta un alivio mensual, en la práctica la entidad maximiza sus beneficios a costa del ahorro potencial que el deudor podría haber conseguido por otra vía.

Sin embargo, existe una alternativa que invierte por completo esta ecuación de beneficios: la amortización por plazo. Esta estrategia consiste en seguir abonando la misma cuota mensual de siempre, pero con el objetivo de reducir drásticamente el número de años del préstamo. Al liquidar la deuda antes de tiempo, el impacto sobre el cómputo total de intereses es demoledor, convirtiéndose en la opción más inteligente para acortar la duración del préstamo y, con ello, la factura final.

En este sentido, la economista Lorena Álvarez zanja el debate con una afirmación contundente en sus redes sociales: "La reducción de los intereses totales va a ser muy muy considerable". Se trata de un ahorro de miles de euros que el cliente deja de pagar al banco. Por tanto, aunque el esfuerzo mensual no varíe, el ahorro en intereses generados a lo largo de los años es sustancial.

El dilema del hipotecado: alivio inmediato o ahorro a largo plazo

Por un lado, la opción de rebajar la mensualidad ofrece un respiro inmediato para la economía doméstica. Esta alternativa puede ser útil para quienes necesitan aumentar su liquidez mes a mes, ya que permite disminuir el desembolso periódico y liberar una parte del presupuesto familiar para otros gastos. Es una solución de efecto visible a corto plazo.

No obstante, la contrapartida es que el ahorro total en intereses es notablemente inferior. Al no modificar el horizonte temporal del crédito, el cliente sigue vinculado al banco durante los mismos años, lo que diluye una parte importante del beneficio financiero que supone la amortización anticipada.

Por todo ello, la clave no solo reside en la decisión final, sino en la anticipación. Resulta fundamental negociar las condiciones de amortización en el momento mismo de la firma del contrato hipotecario. Asegurarse de que las comisiones por esta operación sean nulas o muy reducidas es el primer paso para garantizar la libertad de elegir la estrategia más conveniente sin que las penalizaciones mermen la capacidad de ahorro.