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Natalia Motyl, economista, sobre el resultado electoral en Argentina: “Hay que aprovechar los momentos actuales para hacer cambios en el esquema de cambios”

La advertencia de una economista en Argentina: el Gobierno debe aprovechar la calma postelectoral para cambiar un modelo cambiario fallido, pero corre el riesgo de que el triunfalismo le impida actuar a tiempo

Este es el nombre que solo tienen cuatro personas en Argentina
Este es el nombre que solo tienen cuatro personas en Argentinaistock

La sangría de reservas no cesa. A pesar de los intentos por frenar la hemorragia, las arcas del Tesoro y del Banco Central han sufrido una pérdida conjunta de 4.000 millones de dólares en el periodo que va desde septiembre hasta la actualidad. Se trata de un coste elevadísimo que pone de manifiesto la insostenibilidad de un modelo económico que hace aguas por todas partes y cuya viabilidad está seriamente comprometida.

De hecho, el actual esquema de bandas cambiarias se ha revelado como una estructura extraordinariamente frágil. Su funcionamiento tiene una dependencia casi absoluta de dos pilares tan volátiles como la credibilidad de las autoridades monetarias y un flujo constante de dólares. En el momento en que uno de estos dos elementos falla, todo el sistema se tambalea, dejando a la economía nacional en una posición de extrema vulnerabilidad.

Asimismo, el problema no es exclusivo de la actual administración, sino que arrastra un historial de fallos recurrentes. Este mismo modelo ya fracasó de manera rotunda durante la etapa de Mauricio Macri, lo que demuestra la existencia de un problema estructural que va más allá del color político del Gobierno de turno y que apunta directamente al agotamiento del propio sistema cambiario.

Una tregua financiera para un cambio de rumbo

En este contexto, la economista Natalia Motyl advierte del peligro de caer en la autocomplacencia. La experta considera que la reciente tregua concedida por los mercados tras el resultado electoral ofrece una oportunidad única para aprovechar la calma actual y acometer las reformas necesarias antes de que sea demasiado tarde.

Su propuesta concreta consiste en abandonar el esquema vigente para transitar hacia un sistema de flotación administrada. Se trataría de un cambio de paradigma que daría lugar a un modelo monetario más robusto, menos expuesto a los vaivenes de la credibilidad política y, por tanto, con mayor capacidad para resistir los ataques especulativos que tanto han dañado la economía en los últimos años.

Sin embargo, Motyl insiste en que el tiempo apremia, pues esta calma financiera podría ser pasajera. La economista teme que el Gobierno opte por la inacción y deje pasar una ventana de oportunidad que podría no volver a abrirse. Su diagnóstico es claro y contundente: "Hay que aprovechar los momentos actuales para hacer cambios en el esquema de cambios".