Análisis
Sánchez ha arruinado a los españoles
El presidente del Gobierno lo ha hecho con el silencio o el aplauso tanto de la Comisión Europea como del BCE
Ningún gobierno en la historia democrática ha contado con más facilidades que el de Sánchez. Al contrario que la administración de Rajoy, que presidió con la mayor contracción fiscal y monetaria de la historia del euro, el Gobierno de Sánchez ha tenido el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia además de un gigantesco flujo de fondos europeos. En su mandato, lo único que ha hecho ha sido arruinar a los españoles, empobrecernos y acudir a la propaganda.
La ruina no se limita a los datos actuales sino a la herencia que dejará. Según Eurostat, los pasivos comprometidos y no financiados de España superan el 500% del PIB, deuda que se emitirá y que supone menos crecimiento, más impuestos y más inflacionismo a futuro. Con Sánchez la deuda de la Seguridad Social se ha multiplicado por cuatro, hasta los 116.000 millones de euros.
La ruina es económica y personal. La inflación acumulada medida por IPC se eleva a un 23,3% con Sánchez, y lleva meses por encima de la media de la eurozona. Pero la pérdida de poder adquisitivo es brutal. Los entes estadísticos han reducido en los últimos años el peso de la vivienda y los alimentos en el cálculo del IPC, que nunca ha sido un indicador realista de la pérdida de poder adquisitivo. La cesta de la compra se ha disparado casi un 40% con Sánchez, la vivienda un 50% y los salarios reales netos han caído en un 5% mientras la productividad está estancada y el sueldo más frecuente percibido bajó de casi 16.000 a menos de 14.000 euros. El salario más común apenas supera en 36 euros al mes al salario mínimo. Un país pobre y arruinado.
No hay récord de empleo ni nada que se le parezca. La afiliación está dopada por pluriempleo y «afiliaciones» sin casi remuneración, por eso la tasa de actividad está estancada y las horas trabajadas por afiliado bajan. Es más, el paro efectivo no ha mejorado desde 2019, situándose por encima de 2,4 millones de personas, con nueve regiones donde hay más personas recibiendo subsidio de paro que parados oficiales.
El Gobierno se vanagloria de haber reducido la deuda, pero es empíricamente falso. La deuda pública emitida se ha disparado en más de 450.000 millones, los pasivos totales de las administraciones públicas superan el 134% del PIB, 2,1 billones de euros, y la deuda según el protocolo de déficit excesivo sobre PIB nominal ha subido del 99% al 103% del PIB a pesar de haber recibido el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia y decenas de miles de millones fondos europeos. De hecho, incluso mirando la deuda según el protocolo de déficit excesivo sobre PIB, que se modera por un PIB nominal dopado con inmigración y gasto público y mayor inflación, el resultado de España es desastroso. Ni con la ratio dopada España ha reducido menos la ratio de deuda según el protocolo de déficit excesivo sobre PIB que Grecia y Portugal. Según la AiREF, España no reduce su nivel de deuda pública de manera eficiente y lo hace tres veces más lento que Grecia y dos veces más lentamente que Portugal. Así, España es el quinto país más endeudado de la UE y, además, se ha disparado el coste de la deuda a más de 42.000 millones anuales, prueba de que no se reduce nada, solo se disfraza con más inflación y un PIB dopado por gasto público e inmigración.
Propaganda falaz es decir que la gestión de Sánchez de la deuda es un éxito cuando el coste de intereses de la deuda casi se duplica de 29.300 millones de euros en 2019 a una previsión de más de 42.000 millones de euros en 2025.
"Lo que no se puede hacer es pasar el coste, como siempre, a los contribuyentes y clases medias"
Esos 42.000 millones de intereses demuestran que se ha despilfarrado el viento de cola del turismo, de los fondos europeos, del estímulo fiscal y monetario y de ingresos récord tras disparar los impuestos a la clase media negándose a deflactar la inflación.
En los próximos años, el efecto placebo de los fondos europeos se desvanecerá, el efecto recaudatorio de la inflación se reducirá y el déficit estructural de más de 50.000 millones de euros anuales subirá. Tendrán la desvergüenza de decir que hay que subir los impuestos.
Sánchez ha arruinado a los españoles con el silencio o el aplauso de la Comisión Europea y el BCE, y la herencia va a ser inasumible. Lo que no se puede hacer es caer de nuevo en el gradualismo y pasar el coste, como siempre, a los contribuyentes y clases medias. En España hay que eliminar gasto político y subvenciones inútiles y reducir impuestos de manera contundente, no cosmética. No valdrá acudir a la excusa de la herencia recibida. Ya sabemos que la herencia será ruinosa, pero el coste no lo puede asumir de nuevo el sector productivo y las familias, debe recaer en el gasto público.
Si el próximo gobierno cae en el error del gradualismo no solo fracasará, sino que le echarán la culpa de todos los males del empobrecimiento nacional.