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Seven Finanzas, economista, desvela la peor forma de invertir: “Es fácil perder una buena parte”
La tentación de seguir los consejos de inversión de familiares o amigos es, según Seven Finanzas, el mayor error que se puede cometer en 2025, un impulso que puede acarrear la pérdida de buena parte del dinero
La forma más rápida de ver cómo se esfuma el dinero que tanto cuesta ganar no pasa por arriesgadas operaciones en bolsa ni por productos financieros de alta complejidad. El verdadero peligro, según advierten los expertos, reside en un escenario mucho más familiar y aparentemente inofensivo: las sobremesas con la familia o una conversación distendida con amigos. Es ahí donde germina una de las peores prácticas para los ahorradores novatos.
De hecho, el consultor Seven Finanzas identifica este fenómeno como un peligroso efecto contagio. Se trata de una dinámica puramente emocional que lleva a una persona a invertir en un activo solo porque un conocido presume de estar ganando dinero con él. El problema de fondo es que la decisión no se sustenta en un análisis riguroso, sino en la confianza ciega hacia un tercero o, peor aún, en el miedo a quedarse fuera de una oportunidad que puede ser ficticia.
En este sentido, se crea una cadena de decisiones erróneas en la que, a menudo, nadie posee los conocimientos reales para valorar el riesgo. El economista Seven Finanzas lo advierte sin rodeos a través de su cuenta de Instagram: "Es fácil perder una buena parte". Se trata de un riesgo que se multiplica cuando la tendencia del mercado cambia y el inversor, al carecer de una estrategia propia, entra en pánico y no sabe cómo reaccionar, lo que suele derivar en una pérdida considerable del capital.
La formación y el criterio propio como única defensa
Por ello, la única receta válida para proteger el patrimonio es la prudencia y el conocimiento. Antes de comprometer un solo euro, es fundamental investigar a fondo, comprender la naturaleza del activo y ser plenamente consciente de los riesgos asociados. Para quienes no dispongan del tiempo o la seguridad necesarios, la alternativa más sensata pasa por apoyarse en asesores cualificados que guíen el proceso con profesionalidad.
Al fin y al cabo, el objetivo no es simplemente delegar, sino aprender y ganar autonomía. Entender los porqués de cada operación financiera permite no solo aspirar a una rentabilidad sostenible, sino, lo que es más importante, gestionar el riesgo de una manera eficaz. Es el único camino para dejar de lado las modas pasajeras y los consejos de bar para empezar a construir un patrimonio sólido y ajustado a las necesidades de cada uno.