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S&P hace un guiño a Repsol para mantenerle el «rating»

La agencia considera “creíble” su plan para conservar el grado de inversión

Vista general de la sede central de Repsol en Madrid
Vista general de la sede central de Repsol en Madridlarazon

Repsol lleva meses peleando para conservar su “investment grade” o grado de inversión. La batalla no es baladí. Si las agencias de calificación de riesgos rebajan su rating por debajo de esta categoría, los mercados financieros se cerrarán a cal y canto para la petrolera española. Por eso, que una de las agencias de rating que tienen en sus manos su nota, Standard&Poor's (S&P), haya hecho hoy un guiño a favor de mantener la calificación de la petrolera tiene no poca importancia.

En una nota sobre la petrolera, S&P considera “creíble” la gestión que está haciendo su equipo directivo para mantener su grado de inversión, ahora situado en “BBB-”. “Consideramos que Repsol tiene la capacidad y la voluntad de reducir su deuda y esas son armas suficientes y efectivas para conseguir ese fin tras el incremento en su apalancamiento después de la adquisición de Talisman”, asegura la nota. Muestra de ello, continúa S&P, son medidas ya adoptadas como la emisión de 2.000 millones en bonos híbridos o las desinversiones por unos 2.500 millones de euros. La agencia también valora el recorte del dividendo anunciado el jueves pasado.

Abundando en sus argumentos, S&P considera que Repsol tiene un poderoso as en la manga si las acciones que tiene previstas no logran los objetivos deseados: Gas Natural. La petrolera controla el 30% del capital de la gasista, un paquete que podría reportarle 5.000 millones de euros en caso de venderlo. Literalmente, la agencia considera que su participación en Gas Natural otorga a Repsol por si solo un escalón de calificación. Por el momento, la petrolera que dirige Josu Jon Imaz ha descartado de forma oficial desprenderse de cualquier porcentaje de Gas Natural.

El proceso de revisión de la nota de Repsol concluirá previsiblemente a mediados de este mes. La pasada semana, directivos de la compañía se reunieron con evaluadores de las agencias de rating para exponerles sus planes para reducir la deuda. El 1 de febrero, S&P situó a Repsol y otras cinco grandes petroleras europeas en “vigilancia negativa”, con lo que amenazaba con una posible rebaja en sus calificaciones crediticias debido a su previsión a la baja en el precio del petróleo para los próximos años. La agencia había revisado el pasado 12 de enero a la baja sus previsiones de precios para el Brent, situándolo en 40 dólares el barril para este año, en 45 dólares para 2017 y en 50 dólares para el siguiente ejercicio. Repsol provisionó de forma extraordinaria 2.957 millones de euros en sus resultados del ejercicio 2015 y adoptó medidas adicionales para adaptarse al actual escenario de caída de los precios del crudo.