Estudio
Ni preparados ni poniendo medidas: los directivos españoles ante la disrupción de sus negocios
Un informe a nivel mundial detalla que 4 de cada 10 directivos españoles creen que sus empresas están preparadas para hacer frente a una disrupción de su negocio
El 40% de los ejecutivos españoles considera que su empresa es resiliente; es decir, que se puede adaptar ante un estado o situación adversos. Sin embargo, más de la mitad de ellos (52%) no se sienten capacitados para hacer frente a estas disrupciones y prácticamente en idéntica proporción (53%) no pone en práctica ninguna medida de recuperación en sus empresas.
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio extraída de Resiliency Rules que ha elaborado SAS, una compañía especializada en analítica. Un informe que también pone de manifiesto que, pese a la importancia de poder recuperar los datos ante un desastre, más de la mitad de los directivos no tienen medidas previstas.
Christian Gardiner, Country Manager Spain & Portugal en SAS, explica a La Razón que los datos “requieren de medidas de protección y custodia” y que, en lo que a su defensa se refiere, esto incluye “un rango amplio desde la prevención y gobierno, hasta los planes de contingencia cuando las medidas de mitigación de riesgos no funcionan y finalmente existe una pérdida”. En su opinión, al ser un concepto digital, hay una complejidad subyacente importante “en cuanto a disparidad de formatos, ubicaciones, accesos, sensibilidad”, lo que “hace que el alcance para aplicar todas las medidas no sea evidente, y eso genere un miedo a lo desconocido que se traduce en última instancia en planes ineficientes o incompletos o directamente inmovilismo”.
Y eso pese a que, según este mismo estudio, la seguridad de los datos (63%), la productividad (58%) y la innovación tecnológica (57%) son algunos de los retos más representativos a los que se enfrentan los directivos españoles, según sus propias confesiones.
Cinco claves para la resiliencia
SAS asegura que hay cinco claves fundamentales para mantener y reforzar la resiliencia de las compañías: velocidad y agilidad; innovación; igualdad y responsabilidad; cultura y alfabetización de datos y, por último, la curiosidad.
Para los españoles, la velocidad y la agilidad, “entendidas como la rápida adaptación a las condiciones volátiles del mercado”, son la más importante y “la clave para que sus compañías sean capaces de cumplir objetivos. Consideran que es uno de los ingredientes en la receta del éxito y por ello priorizan su inversión”, detalla Gardiner.
Según sus explicaciones, los directivos españoles consideran que esta agilidad y velocidad “mejorará la satisfacción del cliente/ciudadano porque una organización que puede cumplir estas expectativas tiene más probabilidades de ganarse su lealtad y confianza. Además, aumentará la eficiencia porque supone un ahorro de costes, aumento de la productividad y, por tanto, una mejora de la rentabilidad. Una organización ágil que valora la innovación, la creatividad y la flexibilidad tiene más probabilidades de atraer y retener a los mejores talentos”.
Agilidad para innovar
El Country Manager Spain & Portugal en SAS asegura que una organización ágil está mejor posicionada para innovar. “Los ejecutivos que participaron en nuestra encuesta señalaron la innovación como el área principal de sus organizaciones que necesita ayuda e inversión”, detalla, añadiendo que “al fomentar una cultura de experimentación, asunción de riesgos y aprendizaje continuo, una organización puede generar nuevas ideas y mantenerse a la vanguardia. Esto puede dar lugar a nuevos productos, servicios y modelos de negocio”.
Sin embargo, este responsable también explica que “la potencia innovadora sin control ni propósito puede traer consecuencias incluso peores que no hacer nada o simplemente conformarse con un control de costes en periodos de incertidumbre. La innovación tiene que estar motivada por la curiosidad y creencia absoluta, por parte de la dirección de las compañías, en que la tecnología es la clave para responder a las preguntas de hoy pero también a las del mañana”.
Además, y con todos los datos del estudio en la mano, Christian Gardiner concluye que hay “bastante consistencia” entre los líderes españoles y sus colegas a nivel europeo y mundial, “probablemente un efecto de la globalización, y es que todos están alineados en cuanto a sus preocupaciones y prioridades”.
Así, para hacer frente a la disrupción, la mayoría de los ejecutivos a nivel mundial coinciden en la necesidad de priorizar la inversión en innovación. “Además, a nivel mundial, todos coinciden en que se necesita de un asesoramiento experto para poder desarrollar una estrategia eficaz que ayude a sus compañías a navegar el cambio y alcanzar el éxito”, sentencia.
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