Economía
Valentín Bote: «El mercado laboral no crea empleo para perfiles de baja cualificación»
El director de Randstad Research, el servicio de estudios de Randstad, Valentín Bote, aborda los problemas del paro juvenil, debidos en parte a la baja formación del 21% de este colectivo y a un SMI que la "desincentiva"
Randstad Research, el centro de análisis y estudios sobre el mercado laboral y los recursos humanos del Grupo Randstad y que dirige Valentín Bote, celebra su décimo aniversario en España. Diez años en el que su equipo de economistas ha desarrollado más de 630 contenidos y más de 80 presentaciones públicas relacionadas con el mercado de trabajo y los Recursos Humanos.
España sigue en cifras récord de paro juvenil. En octubre repuntó un 5,5%,¿qué valoración hace?
En este caso, el repunte del paro juvenil es un fenómeno coyuntural, relacionado con el comportamiento estacional del mercado laboral. El sector que más empleo destruye en octubre es la hostelería, que por su naturaleza estacional, incorpora a muchos jóvenes durante los picos turísticos. Sin embargo, a largo plazo, la situación del desempleo juvenil varía en función del nivel de cualificación. Las empresas tienen muchas dificultades para encontrar los trabajadores que necesitan. Por lo tanto, un joven bien cualificado en áreas con alta demanda de empleo está prácticamente en una situación de pleno empleo. En muchos perfiles profesionales no existe paro juvenil. No obstante, convivimos con un gran número de jóvenes con difícil inserción laboral. Esto sigue siendo una de las grandes diferencias con Europa. Por ejemplo, en España, el 21% de los jóvenes de 25 años, con solo la educación secundaria, están buscando empleo y enfrentan grandes dificultades para incorporarse al mercado laboral. El mercado no crea empleo para perfiles de baja cualificación, lo que contrasta con Europa, donde la proporción de jóvenes sin formación adecuada es mucho menor. Así, vivimos una dualidad entre jóvenes con alta inserción laboral y salarios elevados, y otros que enfrentan grandes dificultades para acceder al mercado laboral.
¿Por qué el Servicio Público de Empleo sigue reinsertando a pocos parados?
Llevamos décadas hablando de la necesidad de mejorar las políticas activas de empleo, pero nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato. Los servicios públicos de empleo no han sido eficaces en la intermediación laboral. Además, este porcentaje incluye muchos contratos temporales vinculados a políticas activas, como aquellos de corta duración en los ayuntamientos.
La clave está en mejorar la orientación a los jóvenes, especialmente en los colegios e institutos, para que entiendan mejor las salidas profesionales según sus decisiones formativas. Por otro lado, el aumento del salario mínimo ha creado un problema, ya que el 20% de los trabajadores cobra este salario. Esto genera un desincentivo a la cualificación: si al final, con o sin cualificación, el salario va a ser el mismo, ¿por qué vamos a estudiar?
¿Cree que el SMI desincentiva la formación?
Es una cuestión de decisión política. Un salario mínimo elevado tiene ventajas para algunos y desventajas para otros. De hecho, hay países en la UE que no tienen salario mínimo, ya que lo consideran innecesario. La existencia de un salario mínimo reconoce que hay un problema laboral en el mercado que no se está abordando de manera efectiva. Es posible que también haya que mejorar la productividad para contrarrestar este aumento salarial. En España, la productividad es un tema complicado, ya que, aunque las grandes empresas españolas no son menos productivas que sus homólogas europeas, nuestra estructura empresarial está dominada por pequeñas empresas, lo que reduce la productividad promedio. Además, políticas que fomentan el absentismo también afectan la productividad. En España, el 7% de las horas pactadas no se trabajan, lo que implica una pérdida significativa.
El 11% de los trabajadores vive en el límite de la pobreza. ¿Cuál es su opinión ?
Es un drama que no debería ocurrir. Aunque a menudo se señala el salario como el problema, lo cierto es que gran parte de esta dificultad para llegar a fin de mes proviene de la crisis de la vivienda. El alquiler y la falta de oferta accesible son los problemas reales. El salario no es el principal culpable, ya que está vinculado a la productividad, pero el coste de la vivienda es lo que realmente genera esa presión.
"En la próxima década, por cada 100 personas que dejarán la edad laboral, solo 73 jóvenes entrarán al mercado laboral"
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta el mercado laboral?
El reto generacional. En la próxima década, por cada 100 personas que dejarán la edad laboral, solo 73 jóvenes entrarán al mercado laboral. Además, la escasez de talento se está resolviendo en parte gracias a la incorporación de trabajadores extranjeros. Esto genera un reto de integración y cualificación, ya que necesitamos trabajadores con perfiles muy específicos para cubrir la demanda.
¿Qué opina del Estatuto del Becario?
El problema del Estatuto del Becario es que se planteó sin consultar adecuadamente a las universidades ni a las empresas, lo que dio lugar a una propuesta que no satisfacía a ninguna de las partes implicadas. Una vez más, regular a golpe de ideología, en lugar de buscar el interés real de los protagonistas —los estudiantes, las universidades y las empresas—, no es la mejor forma de legislar.
¿Cómo cree que se comportará el mercado laboral de aquí a fin de año y en 2026?
El mercado laboral muestra mucha resistencia. La desaceleración es leve: el empleo crece al 2,3%, lo que supone unos 500.000 empleos netos al año, un ritmo saludable. No esperamos un desplome, sino una pérdida de ritmo muy suave y continuada.
¿Qué sectores están demandando más trabajadores?
Prácticamente en todos. Algunos, como la logística, crecen por encima del 6%. También hay gran demanda en sanidad, tecnología o industria. Sin embargo, sectores como la hostelería sufren por la falta de vivienda para trabajadores temporales, especialmente en zonas como Baleares. Hay empresas que no pueden abrir por falta de personal, y eso es riqueza que se deja de crear.
Hablemos de inteligencia artificial. ¿Destruirá empleo?
No lo creemos. La IA es sobre todo una herramienta de productividad. No nos va a quitar el trabajo, pero sí lo harán quienes sepan usarla mejor. Los trabajadores tendremos que aprender a utilizarla eficazmente y desarrollar competencias como el pensamiento crítico, porque no podemos confiar ciegamente en lo que dice una IA.
¿Cómo “ponernos las pilas”? ¿Autodidactas, cursos…?
Hay distintos niveles de responsabilidad. Cada individuo debe cuidar su empleabilidad. Las empresas tienen que formar a sus trabajadores para mantener su competitividad. Y las administraciones deben reorientar a los desempleados de larga duración: dos tercios no tienen estudios universitarios ni de FP. Es necesario cualificar para emplear.