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Editorial

La regeneración que urge a la democracia

España abrirá un tiempo nuevo más pronto que tarde. De respeto a las reglas, que nutren la democracia, y a la ciudadanía, que es soberana

Alberto Núñez Feijóo Ricardo RubioEUROPAPRESS

Alberto Núñez Feijóo ha visitado la casa de LA RAZÓN en estos primeros compases del nuevo curso político en un tiempo de emergencia nacional para España y su democracia. Ha querido el destino que su comparecencia haya coincidido con la fecha límite que marca la Ley para que el Gobierno presentara el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Por tercer año, Pedro Sánchez ha incumplido el mandato constitucional que obliga a poner en marcha el procedimiento anual de las Cuentas del Reino. La anomalía de que esta administración haya naturalizado someter la Carta Magna a su arbitrio es el epítome de la decadencia del estado de derecho en nuestro país a la que el líder de la oposición se enfrenta y habrá de dar respuesta. Que desde el poder se haya convertido en papel mojado la ley de leyes, incluidas de por medio condenas por violentar la norma suprema durante aquel periodo aciago de la pandemia, retrata el régimen que hoy dirige los destinos de los españoles. No vamos a descubrir ahora la talla política, la seriedad, el rigor y la capacidad del presidente del PP. Su trayectoria es lo suficientemente explícita respecto de un liderazgo sólido y capaz, comprometido con los derechos y libertades de los españoles, su bienestar y prosperidad. De todo ello ha quedado más que constancia en las reflexiones que ha brindado en nuestro periódico sobre la crisis severa en todos los órdenes que padece España. Sí nos parece conveniente acentuar la excepcionalidad en la que Núñez Feijóo se ha visto obligado a desarrollar y a plantear un singular y complejo trabajo de oposición. Nunca antes en la historia de la democracia española y creemos que tampoco en las europeas se ha dado una Presidencia de las connotaciones que personifica Pedro Sánchez, con un absoluto desprecio por las reglas que arman el sistema, de todas las vigas maestras y los cimientos que sostienen los derechos y libertades, sin respeto alguno por las instituciones, y especialmente por la verdad y el pueblo. Núñez Feijóo representa la antítesis y es en ese contraste crucial en el que la alternativa está llamada a consolidar la etapa de regeneración que el país demanda casi como un soporte vital. Todo lo arrebatado a los españoles, que es mucho, demasiado, por la gobernanza negacionista y abolicionista del derecho, la certidumbre y la confianza, debe ser restituido. El presidente del PP ha delineado en su intenso alegato un proyecto coherente y esperanzador contra el depresivo legado del sanchismo en casi todos los órdenes de la vida pública en el país. Sin caer en debates tendenciosos y polarizadores. Sin muros, que es la especialidad de La Moncloa. España abrirá un tiempo nuevo más pronto que tarde. De respeto a las reglas, que nutren la democracia, y a la ciudadanía, que es soberana. Feijóo sabe lo que nos aguarda, un presidente dispuesto a todo para no perder el poder ni rendir cuentas por una etapa espuria e ilegítima. Y habrá de estar listo. Sin errores.