Inteligencia Artificial
Cuando un chatbot es el que aconseja qué carrera universitaria elegir
La IA entra en la educación para personalizarla, mejorar las notas de los estudiantes y reducir las tasas de abandono educativo
La Inteligencia Artificial llega a la universidad. Y lo hace para transformarla y traer cambios de calado que ayudarán a los estudiantes a culminar su proceso formativo con éxito. Para los profesores, es ya la herramienta en la que apoyarse para poder orientar a sus alumnos en su labor pedagógica.
«Puede ofrecer un asesoramiento más personalizado en el momento de seleccionar los estudios o los procesos administrativos de tal manera que recomendadores de matrícula o chabots pueden ayudar a agilizar estos procesos a los alumnos», explica David Bañeres, profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicaciones en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), además de experto en el campo de aprendizaje de sistemas digitales. Pero, si en algo puede ser útil es en el proceso de aprendizaje. Y es que es capaz de recomendar a cada persona cuáles son los estudios que mejor se adecúan a sus capacidades, gustos y proyección laboral, avisarle cuando esté en riesgo de suspender una asignatura o detectar un posible abandono de los estudios antes de que ocurra.
«Las universidades actuales se enfrentan a retos como la falta de motivación de muchos estudiantes, las altas tasas de abandono y, sobre todo, el paradigma de la universidad tradicional. Sin embargo, un uso correcto de tecnologías como la Inteligencia Artificial permitirá a las universidades crear experiencias de aprendizaje personalizadas para aumentar la motivación y reducir el abandono de los estudios», asegura Félix Ohswald, CEO y cofundador de GoStudent. Así, podría pensarse en una educación personalizada en función de las necesidades y habilidades de cada estudiante.
Ahora bien, ¿la AI puede sustituir a un profesor? ¿Acabaremos teniendo un profesor virtual? «En mi opinión, no. Estas herramientas se ofrecen como un soporte adicional dentro del modelo de aprendizaje», añade el experto de la UOC. Y es que un tutor inteligente «nos puede ayudar a aprender una competencia o habilidad específica con un feedback automatizado, un recomendador de recursos nos puede proponer ejercicios, vídeos o material adicional según nuestro nivel de aprendizaje y un sistema de detección temprana puede avisar a los alumnos cuando estén en riesgo de suspender una asignatura».
¿Qué papel queda entonces al profesor? «El docente podrá conocer qué tipo de estudiante es cada uno en función de su rendimiento y eso permitirá ofrecer un soporte adicional. Mientras el alumno puede aumentar su autorregulación, el profesor puede ofrecer un valor añadido a su figura», asegura David Bañeres. Lo increíble es que la IA puede detectar si un alumno puede tener problemas en el futuro y esto puede servir al docente para adelantarse e implementar las medidas que considere oportunas. Así que, si en algo ayuda la IA es en la personalización de la enseñanza.
Desde la UOC aseguran que ya hay ejemplos de cómo la analítica de aprendizaje (learning analytics) mejora las notas de los estudiantes universitarios y reduce las tasas de abandono. De hecho, en la universidad de Purdue, en Indiana, se permite a los profesores usar los datos de los matriculados para dar notificaciones en tiempo real. Recopilando datos demográficos, de expedientes académicos o el esfuerzo del estudiante, el sistema puede hacer intervenciones semiautomáticas para resolver las dudas que puedan tener. Tras la implantación de este proyecto, se detectó un incremento de las calificaciones y una reducción del abandono. Incluso las notas excelentes aumentaron un 13,4%.
Félix Ohswald asegura que en España existen ya varias universidades que utilizan sistemas basados en inteligencia artificial para atender las dudas de los alumnos de manera más ágil y efectiva, como es el caso de la Universidad de Murcia, con un 90% de acierto. «Estas plataformas no sólo proporcionan respuestas inmediatas a los estudiantes y una mayor interacción entre ellas, sino que también influyen en la motivación y en la percepción que éstos tienen de la propia institución universitaria. Estas interacciones permiten obtener un sinfín de datos que posteriormente pueden ser utilizados para analizar y mejorar de manera creativa los procesos internos y los programas de estudio de la propia universidad», dice el CEO de GoStudent. Eso sí, a pesar de los beneficios que ofrece la tecnología, «los profesores y su inteligencia emocional siempre serán fundamentales para guiar y ayudar a los alumnos».
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