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Vuelta a los grados básicos en la formación universitaria

Las profesiones del futuro van a demandar que los alumnos tengan un formación robusta, además de capacidad de innovación y pensamiento analítico

Alumnos en el campus de la UAX
Alumnos en el campus de la UAXLa RazónLa Razón

odos recordamos esa afirmación con la que el World Economic Forum (WEF) nos despertaba a la realidad de la cuarta revolución en el año 2017: «el 65 por ciento de estudiantes de Primaria trabajarán en profesiones que aun no conocemos». Y un año después, en 2018, se atrevía a concretar aún más: «el porcentaje de trabajo realizado por humanos frente al realizado por las máquinas caería desde el 71% hasta el 48 por ciento en 2025».

Sin duda, esta ratio de automatización se ha acelerado como consecuencia de la pandemia que hemos vivido. Este grado de automatizacióndemanda nuevas profesiones donde todo el protagonismo lo tienen competencias como el pensamiento analítico, la capacidad de innovación, el aprendizaje activo y autónomo, el pensamiento crítico, la capacidad de razonamiento, de resolución de problemas y de ideación.

Diez años antes, en el 2007, España se incorporaba al Espacio Europeo de Educación Superior, más conocido como Plan Bolonia. Este proceso modernizaba a las universidades para hacerlas más competitivas y armonizaba el Espacio de Educación Europeo para favorecer la libre circulación de titulados superiores.

En este proceso la mayoría de los países optaron por redefinir licenciaturas y diplomaturas como grados de tres años que se podían complementar con programas máster de dos años de duración. Sin embargo, España junto con Chipre o Grecia, optaron por grados de cuatro años con programas máster, fundamentalmente de un año. Esto nos obligó a desarrollar programas de grado con un mayor grado de especialización al tener mayor duración.

En este contexto donde el diseño de los programas de grado es, necesariamente, más «especializante», lo que demanda el mercado son profesionales interdisciplinares, flexibles, con una gran capacidad de innovación, de un entendimiento profundo de los retos y un enfoque analítico y agilidad a la hora de resolverlos. En la Universidad Alfonso X el Sabio hemos apostado por potenciar algunas de los grados que se enfocan en desarrollar precisamente las competencias que prepararán a esos profesionales que demandan los empleadores, como la Ingeniería Matemática o el Grado en Física. Algunas de las competencias que comparten estos grados veremos que desarrollan precisamente esas competencias que el WEF ya identificaba como críticas en el mencionado informe y que sigue manteniendo como prioritarias en sus análisis del 2020 y 2021:

  • · La resolución de problemas complejos. El desarrollo de la capacidad de hacerse las preguntas adecuadas para que, aplicando el método científico, sean respondidas con una aproximación analítica y razonada.
  • · El desarrollo de la ética. Entendimiento científico de retos para la humanidad como el cambio climático o la propagación de plagas. Lo que desarrolla un compromiso con la búsqueda de soluciones sostenibles.
  • · La multidisciplinaridad. A través de la física aplicada se adentrará en algunas de las disciplinas relacionadas lo que dotará de flexibilidad para adaptarse a las profesiones que están por llegar.
  • · El aprendizaje profundo y la capacidad de aprender a través del estudio autónomo. Familizarización con la investigación. Lo que desarrolla el pensamiento analítico, el pensamiento crítico.
  • · Capacidad de abstracción para modelar problemas y buscar soluciones analíticas. La construcción de modelos de procesos, aproximaciones a sistemas y, en general, la capacidad de manejar datos experimentales para concluir soluciones.
  • En definitiva, «una vuelta a los básicos» es otra forma de preparar a ese futuro profesional de forma robusta y con foco en las competencias que necesitará en esas profesiones que aun no conocemos.