La relevancia de las soft skills en la FP

La relevancia de las soft skills en la FP

iFP pone foco en las competencias transversales de la formación para que los alumnos afronten con éxito los grandes retos y desafíos del mundo laboral

Los alumnos de IFP adquieren competencias técnicas junto a habilidades sociales y emocionales para destacar en el mundo laboral
Los alumnos de IFP adquieren competencias técnicas junto a habilidades sociales y emocionales para destacar en el mundo laboralIFPLR

En un mundo laboral en constante evolución, las soft skills, o habilidades blandas, han cobrado una importancia crucial. Competencias como la creatividad, el pensamiento crítico, la empatía y la comunicación no solo favorecen la empleabilidad de los estudiantes, sino que también los preparan para afrontar con éxito los desafíos de la vida cotidiana. En este contexto, la Formación Profesional (FP) juega un papel clave en la integración de estas habilidades dentro del proceso educativo.

Y es que las denominadas habilidades blandas han pasado de ser vistas como un valor agregado, a convertirse en una necesidad para el desarrollo profesional y personal. Tal es así que la Formación Profesional no solo debe preparar a los estudiantes para desempeñar una función técnica, sino que también debe garantizar que cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar los retos y oportunidades del mundo laboral.

La IA y la digitalización

La automatización y la inteligencia artificial han optimizado numerosos procesos técnicos, pero las habilidades humanas siguen siendo irremplazables en ámbitos como la creatividad, la comunicación efectiva, la gestión de equipos y la resolución de problemas. En un mundo digital donde la tecnología facilita y automatiza muchos procesos, las soft skills son el factor diferencial que permite a los profesionales destacar. La capacidad de comunicarse con claridad, trabajar en equipo de manera eficiente, tomar decisiones fundamentadas y adaptarse a nuevas realidades, no solo mejora la empleabilidad, sino que también garantiza una integración exitosa en cualquier entorno laboral y social.

En el centro de Formación Profesional iFP, perteneciente a la Red de Educación Superior, Planeta Formación y Universidades, se tiene claro que si lo que se busca es que los estudiantes logren conocimientos duraderos y prácticos, es imprescindible invitarlo a pensar, criticar, crear y saber convivir con otros. El acercamiento a la práctica profesional desde la vivencia, el debate, el análisis de situaciones reales y la puesta en práctica de soluciones viables, reconduce al alumno a perder la inseguridad que la propia hiperinformación pueda darle, en su carácter entrópico, para agregarle valor profesional.

En iFP se utilizan estrategias como el Role-Playing para simular situaciones reales

La curiosidad, el pensamiento crítico, la colaboración y la sensibilidad permiten al alumno no solo innovar, sino también construir, transformar el entorno y conectar con los demás de una manera profundamente humana. En iFP, estas competencias se fomentan a través de metodologías innovadoras que permiten a los estudiantes desarrollar capacidades esenciales para su futuro. Estas habilidades se incluyen en el currículo académico trabajando en equipo, mejorando la comunicación y resolución de conflictos a través de proyectos multidisciplinares. Con este enfoque, cada profesor de iFP tiene clara la premisa de que, al formar profesionales para una adecuada inserción laboral, debe promover aprendizajes prácticos y experienciales que ayuden a los estudiantes a entender el mundo donde van a desarrollarse.

Aprendizaje basado en proyectos y estrategias

En iFP, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es la piedra angular de la metodología educativa, ya que permite a los estudiantes adquirir conocimientos y habilidades de manera experiencial. En lugar de basarse únicamente en la enseñanza teórica, el ABP sumerge a los alumnos en escenarios prácticos en los que deben resolver problemas, tomar decisiones y enfrentarse a desafíos similares a los que encontrarán en el mundo laboral, promoviendo la interacción entre diferentes ciclos o áreas de conocimiento.

Además, para potenciar la dimensión humana y social del aprendizaje, en iFP se utilizan estrategias como el Role-Playing, que permite a los estudiantes simular situaciones reales en las que deben adoptar diferentes roles y tomar decisiones en tiempo real. Todo ello, se refuerza a través del Plan de Acción Tutorial donde no solo vale el seguimiento y orientación del alumnado, sino que además existe un fuerte compromiso de trabajo sobre habilidades interpersonales.

En un mundo tecnológico y digital, las soft skills son las que hacen a los profesionales destacar

Gracias a estas metodologías aplicadas desde la propia esencia del centro, los alumnos de iFP no solo adquieren competencias técnicas, sino que también desarrollan las habilidades sociales y emocionales necesarias para integrarse y destacar en el mundo laboral. Este enfoque educativo los prepara para desempeñarse con éxito en entornos cambiantes, promoviendo su capacidad de aprendizaje continuo y su resiliencia ante los retos profesionales y personales.

Todo ello complementado con la colaboración de las empresas, tanto desde la proposición de la estadía en la empresa a nivel curricular, como el acercamiento que el modelo de iFP fomenta a lo largo del proceso formativo. Así, los alumnos son capaces de entender su entorno y desarrollar aptitudes, pero también actitudes distinguidas para el mundo profesional que les espera.