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Meteorología

La advertencia de los científicos: los patrones de lluvias "se están alterando" en España

Las danas son un fenómeno recurrente en el Mediterráneo, pero a diferencia de las que se producían hace décadas, actualmente están potenciadas por un mar y una atmósfera más cálidos

Desde hace años, los científicos vienen advirtiendo sobre el incremento de fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático, una advertencia que se ha hecho realidad con trágicas consecuencias en la última semana en varias regiones de España. En la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, la DANA más destructiva de los últimos cien años en el país ha dejado un rastro de muerte y destrucción. Al menos 219 personas -211 en la Comunidad Valenciana, 9 en Castilla-La Mancha y 1 en Andalucía, según el último balance oficial- han perdido la vida por las lluvias torrenciales que lo arrasaron todo a su paso desde la tarde del martes 29 de octubre.

El aumento en la intensidad de las danas está relacionado directamente con el calentamiento global, que eleva tanto la temperatura media del planeta como la del mar Mediterráneo, según explica a Efe el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo. Estudios recientes señalan cambios significativos en los patrones de lluvias, con precipitaciones cada vez más intensas y concentradas en menos tiempo.

Fenómenos atmosféricos cada vez más intensos y potentes

Esta última DANA, que afectó a la península entre finales de octubre y principios de noviembre, destaca por su duración, magnitud y las cantidades récord de lluvia acumulada. Sus efectos han sido devastadores para la población, destruyendo viviendas, infraestructuras agrícolas e industriales, y arrasando con suelos fértiles, además de dejar graves secuelas psicológicas entre los damnificados.

Un análisis preliminar de la organización World Weather Attribution (WWA) sostiene que las lluvias de un solo día fueron hasta un 12 % más intensas y el doble de probables debido a las condiciones actuales de calentamiento global, que ya ha incrementado la temperatura en 1,3 ºC en comparación con la época preindustrial.

Los eventos de precipitación extrema, como los que recientemente afectaron a España, son comunes en el área mediterránea debido a la combinación de aire frío que trae la DANA y los vientos del este que transportan aire cálido y húmedo desde el Mediterráneo hacia el interior del país.

Este aire cálido y húmedo asciende rápidamente al encontrarse con la compleja geografía del este de España, lo que genera lluvias intensas a lo largo de la costa y, en muchos casos, causa inundaciones y riadas repentinas. Los expertos advierten que este análisis preliminar de la relación entre el cambio climático y la intensidad de estos fenómenos no constituye un estudio formal de atribución, sino una primera aproximación que apunta al impacto del calentamiento global inducido por el ser humano.

Según WWA, esta situación creó una fuerte inestabilidad en la atmósfera, propiciando la formación de tormentas continuas y precipitaciones intensas. Este análisis se ha basado en datos de observación y aún no incluye los modelos climáticos empleados en estudios de atribución completos.

Trenes convectivos

El pasado 29 de octubre, la estación meteorológica de Turís, en Valencia, registró un nuevo récord con 771,8 litros por metro cuadrado en 14 horas, superando incluso los datos de Chiva, donde se habían acumulado 491 litros en ocho horas. La persistencia de las tormentas en Valencia se debió a la formación de “trenes convectivos”, un fenómeno en el que las nubes de tormenta se regeneran sucesivamente, alimentadas por vientos cargados de humedad provenientes del Mediterráneo.

Este episodio, considerado “histórico” por la AEMET, se sitúa entre los tres eventos de gota fría más intensos en el Mediterráneo en el último siglo. A diferencia de las danas que se producían hace décadas, las actuales están intensificadas por el calentamiento del mar y la atmósfera, lo que incrementa la energía disponible para estos fenómenos.

Eventos pasados muestran la devastación que pueden causar estas tormentas: el 13 de octubre de 1957, más de ochenta personas murieron en Valencia cuando el río Turia se desbordó, y en octubre de 1973, lluvias torrenciales en Granada, Murcia, Almería y Alicante dejaron más de 150 víctimas y causaron inundaciones masivas.