Elecciones

El BNG llega a los 25 escaños a costa de toda la izquierda, pero se queda lejos de la Xunta

Ana Pontón mejora sus resultados de 2024 anulando a Sumar y hundiendo al PSOE

El BNG ha logrado avanzar electoralmente en Galicia a costa de un PSOE hecho añicos y de un Sumar sin representación, pero se ha quedado sin su gran objetivo: llegar a la Xunta. El partido de Ana Pontón ha registrado los mejores resultados electorales de la historia del BNG, pero las cifras han sido insuficientes para gobernar, tal y como pretendía: ha logrado 25 escaños, como pronosticaban la mayor parte de las encuestas, y más de un 31% de los votos.

La propia Pontón había logrado los mejores resultados del BNG en unas elecciones autonómicas: fue en las anteriores, las de 2020, con 19 escaños. Ahora ha conseguido escalar un peldaño más a costa de rentabilizar el desastre del resto de la izquierda, ya que ha anulado a Sumar, al dejarle a cero escaños, y ha dejado muy tocados a los socialistas, que se han quedado en nueve parlamentarios. Sin embargo, el BNG, un partido soberanista, que defiende el derecho de autodeterminación para Galicia y es aliado de ERC y Bildu, sigue lejos de arrebatarle la Xunta al PP y, sobre todo, muy lejos de la mayoría absoluta situada en 38 escaños.

Para tratar de contrarrestar los temores que surgen en la sociedad gallega con el BNG por su experiencia de gobierno en la coalición con el PSOE en 2005-2009 y, sobre todo, por su férrea alianza con separatistas vascos y catalanes (dando incluso apoyo a los presos de ETA), los de Pontón han tratado de suavizar su discurso en los últimos años para tratar de seducir a una mayor y más transversal bolsa de votantes, poniendo más el acento en cuestiones sociales y económicas que en la independencia.

Y esa estrategia, que también han seguido ERC y Bildu en Cataluña, respectivamente, parece estar dando réditos, a tenor de la evolución electoral. El BNG, que ha aprovechado también la mayor participación (ha pasado de un 48,49% en 2020 a un 67,29% ahora), ha ganado más de 155.000 votos, llegando a superar los 466.000. Los nacionalistas gallegos también han aprovechado que han tenido una campaña amable, ya que, desde el primer momento, han logrado erigirse en la única alternativa al PP y eso el PSOE prácticamente lo ha permitido ya que ha sido un partido que ha hecho pocos esfuerzos para arrebatarle voto, centrándose en una línea exclusivamente hostil contra los populares.

Por circunscripciones, el BNG ha crecido en las cuatro provincias gallegas. En La Coruña se han quedado con nueve de los 25 escaños que se repartían (dos más que en 2020); en Pontevedra, con ocho de los 22 (dos más que en 2020); en Orense, con cuatro de los 14 (uno más que en 2020); y, en Lugo, con cuatro de los 14 (uno más que en 2020). No obstante, apenas ha logrado vencer en una docena de concellos de toda Galicia, ya que el PP ha logrado teñir de azul prácticamente todo el mapa (sí es cierto que ha vencido en Vigo, la ciudad con más población de toda la autonomía).

Pontón, tras conocer el veredicto, ha reconocido que el resultado es «insuficiente» porque las expectativas eran superiores: «Nuestro objetivo era darle a los gallegos un gobierno para abrir un nuevo tiempo». En todo caso, sí ha celebrado el crecimiento electoral ya que considera que «no hay marcha atrás» y reclamó mantener la «esperanza e ilusión» para intentar conquistar la Xunta.

Pontón también ha recibido el aliento de Esquerra: Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, ha dado la «enhorabuena» al BNG por el «resultado histórico», mientras que el portavoz republicano en el Congreso Gabriel Rufián ha reivindicado a los nacionalistas gallegos: «Tienen liderazgo, proyecto y rumbo. Lo tienen todo». En cambio, por parte de Bildu, ni el partido ni su líder Arnaldo Otegi todavía no han trasladado mensaje público alguno.