Entrevista

Juan Manuel Moreno: «España se juega que Feijóo no dependa de populismos»

El PP aspira a repetir en España lo que él hizo en Andalucía. Y él defiende un PP que actúe siempre como «el gran partido transversal y de las clases medias»

En el ecuador de la campaña del 23J, esta conversación con el presidente de la Junta de Andalucía clarifica las líneas estratégicas de su partido para confiar a las urnas el objetivo de una mayoría de votos que les permita gobernar en solitario. Reflexiona, entre tantos asuntos, sobre Vox, los límites de la negociación con este partido, la relación con el PSOE o el futuro del Parque Nacional de Doñana, que parece que ha dejado de interesar a la izquierda después del 28M.

¿La ola que le llevó a conseguir una mayoría absoluta puede repetirse en las elecciones nacionales del 23J?

Es una posibilidad. Hace un año, en las autonómicas, ninguna encuesta nos daba mayoría absoluta y en la última semana se produjo un importante trasvase de votos, desde Vox y desde el PSOE, que confirmó ese vuelco. Ahora, en esta última semana de campaña, el votante también debe decidir si quiere que Feijóo sea un presidente con las manos libres o que esté condicionado por un partido de carácter populista. Es la hora del voto práctico.

Con ese partido «populista» han pactado en importantes gobiernos autonómicos.

Sí. Pero nosotros somos el PP, no somos Vox. Somos partidos diferentes, que podemos coincidir en algunas cosas, pero en otras, sin embargo, nos separa una brecha en la que no caben puntos de encuentro.

Pero a pesar de ello acaban de negociar gobiernos de coalición.

Si el PSOE no facilita la investidura, la única opción para evitar que se produzca el bloqueo en algunos gobiernos autonómicos es que busquemos el pacto con Vox.

Eso mismo puede decir el PSOE de sus pactos con Podemos y con los independentistas.

La actual dirección de mi partido ofreció al PSOE un pacto global para que gobierne siempre la lista más votada y lo han rechazado. Y, aún a pesar de eso, les hemos facilitado que gobiernen en Barcelona.

Entrevista Juanma Moreno Bonilla, presidente Junta Andalucía © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Entrevista Juanma Moreno Bonilla, presidente Junta Andalucía © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. Alberto R. RoldánFotógrafos

¿Cómo explica que, pese a haber conseguido entrar en gobiernos autonómicos, los sondeos auguren cada vez una mayor caída a Vox?

Es una conjugación de muchos factores. Vox está eligiendo para los puestos institucionales que ocupa perfiles muy radicales, perfiles que incluso a los votantes de Vox no terminan de gustarles. Además, mucho votante de Vox está tomando ahora conciencia de que el voto más práctico y útil para desalojar democráticamente a Sánchez es el voto a Feijóo. El voto a Vox es un voto indirecto, que pone exigencias muy altas y que incluso es capaz de llevar a una repetición de las elecciones por no conseguir los sillones que ellos consideran que se merecen ocupar.

¿Qué tiene que hacer el PP para ganar ese voto útil de Vox? Porque habrá quien interprete que eso les exige acercarse en sus planteamientos más identitarios.

No, en absoluto. Nosotros somos el gran partido de España, hemos gobernado cuando más lo necesitaban los españoles, y no tenemos que perder, en ningún caso, nuestra personalidad, porque eso es lo que nos hace ser un partido de mayorías. Somos el gran partido de las clases medias y somos el gran partido transversal y estas dos señales no las debemos perder.

¿Pero no se pierden esas señas con decisiones como facilitar que la presidenta del Parlamento de la Comunidad Valenciana sea una mujer que se niega a ponerse detrás de una pancarta que condena la violencia machista?

Para conseguir ese voto útil lo primero que hay que hacer es respetar al votante de Vox, aunque tenga otra visión desde el punto de vista ideológico. Ahora mismo el 99 por ciento de los votantes tienen como objetivo fundamental un cambio de gobierno y el único que puede garantizar ese cambio de gobierno es Alberto Núñez Feijóo y el PP. Quien quiera pasar página de Sánchez lo que debe hacer es elegir una vía directa, con un voto amplio para el PP.

¿Le incomodan personalmente los pactos que ya han tenido que alcanzar con Vox?

Sólo hay dos opciones, ceder el Gobierno al PSOE, y que el PSOE pacte con radicales, o atender a la petición de un cambio de gobierno de la mayoría social. En todos los casos, además, las líneas maestras las marcará el presidente autonómico. Con Vox podemos coincidir en la defensa de la integridad territorial, en la bajada de impuestos o en apostar por una política económica que sea útil. Pero no vamos a coincidir jamás en la defensa de la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres, en la lucha contra la violencia machista o en la lucha contra el cambio climático, y lo que hay que hacer es buscar fórmulas para trabajar en los objetivos comunes para ser útiles a los españoles. Pero Vox debe tener claro que el PP nunca va a cambiar su posición en la lucha contra la violencia machista, ni en los temas que antes he mencionado.

Juanma Moreno Bonilla, presidente Junta Andalucía © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Juanma Moreno Bonilla, presidente Junta Andalucía © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

¿Cree que, en todo caso, es mejor un Gobierno de coalición que la repetición electoral?

La repetición electoral es un drama en términos económicos. España lleva prácticamente año y medio en campaña y eso significa la parálisis absoluta de la Administración y de los proyectos de inversión. Después del 23J no podemos permitirnos seguir con esta parálisis e incertidumbre hasta noviembre, diciembre o incluso enero. Esa opción no es buena ni para nuestra economía ni para nuestro progreso social, y para no repetir elecciones el objetivo es conseguir que haya una mayoría suficiente para el PP. Todo el que quiera que no haya repetición electoral tiene que apostar por un voto útil al PP.

¿Dónde está la barrera que garantice un gobierno en solitario de Feijóó?

Tener más diputados que el PSOE y las 18 siglas que acompañan al PSOE.

¿Cuáles son las líneas rojas de una negociación si no es posible un gobierno en solitario?

La primera línea roja es la Constitución. Cuando Vox dice que va a disolver las autonomías hay que preguntarles si saben que para hacer lo que proponen se necesita una amplísima mayoría y un consenso mayoritario para reformar la Constitución, acuerdo que no hay hoy, y que no habrá jamás porque la descentralización autonómica cuenta con el apoyo mayoritario de los españoles. Muchas de las cosas que proponen no tienen cabida en el marco constitucional, y ésa la primera línea roja. Y la segunda, sin duda, es el programa electoral.

Después de ver el debate de Atresmedia, ¿piensa que podrían entenderse con Sánchez al frente de la oposición?

No. Pero si el PSOE sale derrotado ampliamente en estas elecciones, y hay un nuevo gobierno, el PSOE iniciará un proceso de renovación. Muchos socialistas quieren recuperar a su partido y un proyecto colectivo frente al proyecto personal de Sánchez. Con el nuevo PSOE sí creo que podremos entendernos, con un PSOE renovado, con una socialdemocracia moderna, sensata y constitucional.

¿Está diciendo que el «sanchismo» está fuera de la Constitución?

El «sanchismo» es constitucional porque tiene que aplicar la Constitución, pero ha abandonado los valores de la Constitución y la tensiona todos los días en materia de soberanía territorial, por ejemplo, con los acuerdos que firma con ERC y Bildu y con las políticas de estos años.

Por cierto, ¿ha llegado el momento de que el Partido Popular vuelva a entenderse con el PNV?

El PP tiene capacidad de entenderse con muchas formaciones políticas en el ámbito de la economía y de las reformas económicas. Con el PNV tenemos importantes puntos en común en materia económica e industrial, en bajada de impuestos o en política de autónomos, y éstos son solo unos ejemplos. Lógicamente, en el discurso rupturista y soberanista no hay nada que hablar, pero en otras cuestiones sí podemos entendernos.

Si dieran los números, ¿prefiere como socio al PNV antes que a Vox?

Queremos una mayoría amplia, pero ya le he dicho que con el PNV sí se pueden llegar a acuerdos en todo lo que no tenga que ver con la unidad de España.

Entonces, ¿ya han superado la desconfianza que provocó la moción de censura que tumbó al Gobierno de Rajoy?

Aquella decisión nos generó una enorme desconfianza, a nosotros, como partido, pero también a los ciudadanos. No es serio ni responsable que tú firmes un acuerdo presupuestario y que una semana después lo rompas para apoyar una moción de censura que fue tremendamente injusta, como se demostró más tarde. Además, esa moción de censura es la que ha dado lugar al «sanchismo», ahí está el principio del mal.

¿Con los partidos independentistas también tiene el PP que recuperar el diálogo si llega a La Moncloa?

Hay que hablar con todos los partidos, salvo con los que no condenan de manera explícita el terrorismo. Si los partidos independentistas quieren hablar de bajadas de impuestos o de políticas sociales para mejorar la Educación o la Sanidad, ahí estaremos. Pero si lo que plantean es romper España o un referéndum, ahí, evidentemente, no estaremos.

¿Cree que al PP le ha podido faltar conexión con la realidad catalana? ¿Esto explicaría sus pobres resultados electorales en esa comunidad autónoma?

En Cataluña hay una sociedad dividida, con un 50 por ciento de la de la población catalana, aproximadamente, que no quiere la independencia ni quiere un proceso rupturista. Ahora, también le digo que en Cataluña tenemos que hacer un esfuerzo por sintonizar con la mayoría de los ciudadanos catalanes y esto nos exige hacer un esfuerzo de adaptación, como estructura política, a la realidad que tiene Cataluña, que es una comunidad autónoma con una fuerte identidad y personalidad. Y esto es parte de la diversidad de España.

¿En qué o cómo se les tiene que reconocer aún más esa «personalidad» a los catalanes?

La clave es construir un proyecto común desde el respeto a esos ciudadanos que, aun sintiéndose muy catalanes y nacionalistas, quieren participar de ese proyecto común.

¿Y con los que no quieren seguir formando parte del proyecto común?

Feijóo gobernará para todos los catalanes, dentro del respeto a la ley.

Pasó el 28M y Doñana ha dejado de estar en el foco.

El Gobierno fue a buscar lana y salió trasquilado porque las mentiras, al final, son muy fáciles de clarificar. Estamos hablando de un problema que está enconado, que es del pasado, que nosotros hemos heredado, y sobre el que pedimos una comisión bilateral con el Estado, que se nos negó, para buscar entre todos una solución para unas familias de agricultores que están atrapadas en una situación de alegalidad. El PSOE pensó que su discurso servía para movilizar a la izquierda y lo que ha sucedido es que han perdido hasta la Diputación de Huelva, que la gobernaban desde 1979.

De ustedes también se ha dicho que actuaban por electoralismo, y que les ha salido, eso sí, mejor la jugada.

Esta propuesta no es una medida de coyuntura partidista, ya iba en nuestro programa electoral, no nos la hemos inventado. La diferencia es que nosotros sí nos creemos el programa con el que nos presentamos a las elecciones. Además, cuando se disolvió el Parlamento andaluz, había una serie de leyes que no se pudieron tramitar, ésta, entre ellas, y por el mismo orden las hemos ido trayendo de nuevo al Parlamento para impulsar su aprobación.

Una vez pasadas las elecciones, ¿ahora qué?

Estamos abiertos a las sugerencias del Partido Socialista o de cualquier otra formación política, pero hasta ahora no he escuchado ni una sola alternativa, y sí muchos insultos de la vicepresidenta del Gobierno y número dos de Sánchez en Madrid. Insultos no solo contra mí, sino contra Andalucía, hablando de esa «esquinita»... Un respeto a nuestra autonomía, un respeto a nuestra posición política y un respeto también a las propuestas que se hacen. El problema es el mismo que ha condicionado toda esta legislatura «sanchista»: tenemos un Gobierno arrogante, soberbio, incapaz de sentarse en una mesa a dialogar sobre un problema de los ciudadanos. Y esa arrogancia y la soberbia que ha practicado Sánchez es la que ha llevado a su proyecto a hacer aguas, como se está viendo en todos los exámenes electorales a los que se está presentando el PSOE en esta Legislatura.

Pero, entonces, ¿seguirán adelante con la propuesta, pese a las críticas de la comunidad científica?

Claro que verá la luz. Iba en nuestro programa y tenemos que cumplir nuestros compromisos, a diferencia de lo que hace Sánchez. Otra cosa es que estemos dispuestos a escuchar, a hacer matizaciones y modificaciones para solucionar este problema con la máxima garantía medioambiental. El parque de Doñana es para nosotros irrenunciable e intocable. No se nos ocurriría atentar contra su conservación, pero tenemos que buscar una solución para cientos de familias de agricultores que están allí atrapadas.

¿Los científicos se equivocan? ¿Mienten?

Si no estamos hablando del parque ni del pre-parque, sino de una zona que está a 30 kilómetros, ¿dónde ponemos el límite? ¿Blindamos la provincia entera?

Por eso le pregunto si los científicos están equivocados.

Entre los científicos hay opiniones diversas y su responsabilidad es proteger el parque y evitar que alrededor haya explotaciones agrícolas y ganaderas. Entiendo todas las posiciones, pero nosotros tenemos que buscar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. No se protege al medio ambiente sin apoyo social y provocando rechazo al Parque Natural. Vamos a trabajar para intentar buscar el mayor de los consensos posibles desde el máximo respeto a todo aquel que no piense como nosotros. Vamos a intentar integrarles, pero les pido un esfuerzo para buscar un punto de encuentro ya que lo que no puede ser es que el planteamiento sea «coja usted el proyecto y tírelo a la papelera», que fue la alternativa que me propuso la vicepresidenta del Gobierno, la señora Rivera, a la Junta de Andalucía.

¿Cree que se están exagerando los efectos del cambio climático?

El cambio climático es una realidad y nosotros lo vivimos con especial dramatismo en Andalucía porque es una de las regiones de Europa más expuestas a sus consecuencias. Basta ya de que los temas de Estado se manoseen por intereses de partido.

¿A qué se refiere o a quién?

La igualdad entre mujeres y hombres o la defensa de la libertad de los ciudadanos en su orientación sexual son temas de Estado. Y el cambio climático, también. En Andalucía ya estamos aplicando medidas para luchar contra sus consecuencias: avanzamos hacia convertirnos en la primera potencia en el consumo de energía renovable, somos de las primeras comunidades en aprobar una ley de economía circular, y hemos hecho el primer plan del clima. Nosotros estamos actuando contra ese cambio climático en el ámbito de nuestras responsabilidades, pero lo que no pueden hacer es manosearlo y convertirlo en un concepto ideológico, patrimonio solo de la izquierda y de los progresistas. Estamos hablando de objetivos de Estado, y con su posición sectaria y excluyente la izquierda está expulsando de ellos a una parte de la población, que es la que recoge Vox. Hay que salir de esta dinámica, recuperar las políticas de Estado, y Feijóo es el único que puede hacerlo.

¿Por qué?

Feijóo ya unió hace 14 meses al partido en un congreso que se celebró aquí en Sevilla, y ahora está uniendo a los españoles en torno a un proyecto político. Feijóo va a ser un presidente de unidad de los españoles, que romperá esos frentes tan radicales para concentrarlos en el sentido común, en la moderación y en una visión global e integral de la sociedad.

Su partido en estas elecciones se juega también su liderazgo nacional. Dicen que si Feijóo no es presidente no será líder de la oposición. Y también dicen que usted está en la cabeza del «delfinazgo» del señor Feijóo, con permiso de Ayuso.

Alberto lleva 14 meses de presidente del PP y será el próximo presidente del Gobierno si los españoles le dan su confianza, como estoy convencido de que va a suceder. Por tanto, él está empezando un proyecto, al que le queda mucho camino por delante. La única duda que queda por resolver es si Alberto tendrá las manos libres para una política centrada en España, y con una política inclusiva, o estará condicionado por algún grupo político. Ésa es la decisión que tienen que tomar los españoles. El votante de centro izquierda ya sabe que su opción no va a gobernar, y ahora tiene en sus manos apostar por un voto práctico que libere al futuro gobierno de depender del populismo.

Por último, ¿cómo llevan la competición con la Comunidad de Madrid?

Ya competimos en muchas cosas, sin duda. Es verdad que Madrid es el motor económico de España y, además, mi compañera Isabel Díaz Ayuso está apostando por políticas muy atractivas en términos económicos y de inversión en productividad. Es un referente en el que fijarnos, por supuesto, pero nosotros aspiramos a ser la primera locomotora de España, para lo que tenemos que trabajar mucho y durante mucho tiempo. De momento, vamos bien y consiguiendo avances relevantes: hay ámbitos en los que ya superamos a Madrid, en sectores que parecían imposibles, como el sector aeronáutico o en el ámbito tecnológico, con Málaga, pero también en Sevilla y en Granada, donde estamos haciendo una apuesta muy fuerte por la inteligencia artificial como mayor exponente. También estamos haciendo una apuesta muy fuerte por la industria, que ya está por encima del sector turístico y hemos conseguido crecer 2,5 puntos por encima de la media nacional. Nos queda mucho por hacer, pero el camino trazado es el correcto y nos va a llevar a ser una de las economías más potentes de España.