Análisis

18-F: ¿Cómo llega cada partido a las urnas en Galicia?

Arranca la jornada de reflexión tras una campaña de vértigo en la que PP y PSOE se la juegan en una campaña con la vista puesta en Madrid por la ley de amnistía

Las elecciones gallegas se viven como unas nuevas elecciones generales. Son decisivas, las primeras tras las generales del 23J, donde, si todo ocurre como marcan las encuestas, el PP continuará al frente de la Xunta de Galicia. Sin embargo, la posibilidad de un gobierno de izquierdas también se debe esperar. Todo dependerá del BNG, al que el PSOE fía su impulso para arrebatar a Alfonso Rueda la presidencia. Los populares llaman a la movilización, mientras en Ferraz lo fían todo a Pontón, que aspira a ser la primera presidenta del parlamento gallego. Sumar se agarra a entrar en La Coruña y Pontevedra para ser útil a Sánchez. Podemos sabe que no tendrá posibilidad de conseguir escaño pero fía la campaña a mantener a su electorado movilizado de cara al ciclo electoral, con la vista puesta en las elecciones europeas. Vox también busca entrar en la Xunta por primera vez.

PP:Feijóo llama a la movilización para evitar que gobierne el BNG

El PP ha apurado hasta el último día de la campaña de las elecciones gallegas para alertar a los votantes de los riesgos que corre Galicia si gobierna el BNG. Lo cierto es que los últimos 15 días se han convertido en un «todos contra el PP», con un PSOE entregado a los nacionalistas gallegos con tal de evitar que Alfonso Rueda sea presidente de la Xunta. Ante este escenario, los populares han volcado sus esfuerzos en las últimas horas en reclamar la concentración del voto en el PP, llamando a evitar la relajación con la abstención o llamando al voto útil para evitar la dispersión en otras formaciones, señalando principalmente a Vox.

«A Pedro Sánchez le da igual el pésimo resultado del PSOE en Galicia, lo único que le interesa es que el PP no pueda gobernar», ha señalado Alberto Núñez Feijóo en los últimos días en reiteradas ocasiones. Y es que las encuestas proyectan el hundimiento de los socialistas, que tratarán de maquillar un mal resultado pactando con el BNG para que gobierne Ana Pontón y desbancar a los populares. El PP tiene tan solo dos riesgos, según las encuestas: un transvase de votos a la abstención, porque no hay fuga hacia el bloque de la izquierda; o, un transvase hacia Vox, aunque parece mínimo, pero puede llegar a ser determinante en alguna circunscripción.

En el último acto electoral de campaña, Feijóo arropó ayer a Rueda en La Coruña y se mostró confiado en la reedición de la mayoría absoluta, aunque con ciertas cautelas. «Hoy veo más presidente que nunca a Alfonso Rueda. Hay muchas razones para estar ilusionados y esperanzados. Solo la división del voto o el exceso de confianza puede frustrar nuestra ilusión», clamó el líder del PP, quien celebró ver la cantidad de gente que acudió al mitin. «Somos más los que estamos aquí que los que ha traído Sánchez en 15 días de campaña», afirmó.

Feijóo insistió en que solo votando al PP se evita que gobiernen los partidos soberanistas. «Solo votando al PP ganará el PP. No importa que el Bloque crezca, el BNG crece porque el PSOE se hunde», señaló, confirmando que no hay transvase de votantes del PP al bloque de izquierdas, sino que el único riesgo es la abstención o la división del voto. Además, recordó que el 80% de los gallegos no votó en las elecciones generales al BNG, por lo que si acaban sumando por poco tanto nacionalistas como el PSOE, acabará Ana Pontón de presidenta. «No dejéis que el nacionalismo llegue a esta tierra. No le ha ido bien a ninguna tierra con el nacionalismo», añadió.

El PP alerta de riesgos de un gobierno del BNG en la Xunta de Galicia, que, según desgranan los populares acto a acto, puede acabar importando la inestabilidad de la política nacional, seguir la deriva del independentismo en Cataluña y el País Vasco porque los nacionalistas gallegos son aliados de ERC y Bildu o reponer el impuesto de Sucesiones. Frente a eso, el PP ha proyectado su gestión de los últimos 15 años, tanto en materia económica como social (Feijóo ha reivindicado sus medidas en materia sanitaria, que han llevado a Galicia a ser la segunda autonomía con menor tiempo de lista de esperas; en materia educativa, con buenos resultados en PISA; o, en materia de igualdad, con las ayudas que hay para la conciliación).

El PSOE: De disputar a Rueda a fiarlo todo a que el BNG siga creciendo

El PSOE se vio ganador desde el minuto uno de la campaña y entendió como un plebiscito nacional estas elecciones. El objetivo con el que se preparaban en Ferraz era doble, además de disputar la Xunta al presidente Alfonso Rueda, buscan hundir el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo.

Impulsados por el «no» a las exigencias de Junts para aprobar la ley de amnistía y contando con una gran presencia mediática en campaña por parte del propio Pedro Sánchez, sus ministros y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero anduvieron un camino en el que llegaron a contar con sondeos que les permitían pensar en la posibilidad de cambio de color en la Xunta. La última semana de campaña, aupados por la polémica del PP y su «cambio de posición» sobre los indultos, hizo a los socialistas reafirmarse. Sin embargo, el coqueteo con BNG, la premisa de gobernar juntos e incluso ceder a la candidata Ana Pontón el liderazgo de la Xunta si el PP pierde la mayoría, –todo ante unas encuestas en las que se refleja que los nacionalistas podrían doblar sus resultados– ha hecho a los socialistas encender todas las alarmas. Es por eso que en el partido remarcan ahora que el cambio «seguro» solo es posible si el PSOE gobierna, mientras que al principio, apelaron a la suma de izquierdas.

El espacio que los socialistas han dado en campaña al BNG influye de lleno en sus trackings electorales. Los estudios del CIS han pasado de ofrecerles entre 15 y 17 escaños a bajar hasta los 9-14. La horquilla más baja sería un resultado desolador para los socialistas, con necesidad de dar explicaciones, después de solo retener el gobierno de Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra tras el 28M. Orense es ahora la provincia clave donde el PSOE se juega el tipo, pero ven posibilidades también de disputarse con el PP en las otras tres provincias. Si no se lo lleva el PP, toda la izquierda se ve posible de disputarse ese 2% al que está el escaño.

BNG: Ana Pontón aspira a ser la primera presidenta de la Xunta

La líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG) podría convertirse en la primera presidenta de la Xunta. Tras los buenos resultados que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2020, en las que consiguió 19 escaños y se convirtió en la segunda fuerza más votada de la comunidad por delante del Partido Socialista de Galicia, los de Ana Pontón «sueñan» con arrebatarle la Xunta al Partido Popular después de 16 años.

Tras una campaña, en la que han esquivado los puntos más críticos de su programa electoral, especialmente los relacionados con las competencias lingüísticas que reclama para imponer un modelo similar al que ahora padece Cataluña con la inmersión lingüística. U otras cuestiones como crear una policía autonómica propia, a imagen y semejanza de Cataluña o País Vasco, y la expulsión tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil de su territorio, la lucense llega a la cita electoral con parte del electorado convencido de que es la oportunidad para que los intereses de Galicia se atiendan en Madrid.

Ahora bien, ninguna de las encuestas, ni siquiera el CIS, le dan como ganadora. Todo apunta a que será la segunda fuerza más votada. Es por ello, que Ana Pontón, que mañana será la tercera vez que intenta alzarse con la presidencia de la Xunta, necesitará de todas las fuerzas de la izquierda para poder formar gobierno, con las dificultades que supone un ejecutivo autonómico formado por una macedonia de fuerzas políticas.

En caso de que Pontón logre esa ansiada victoria, también colocaría a los nacionalistas en una posición fuerte en Madrid. Los nacionalistas gallegos cosecharon unos malos resultados en las elecciones generales, ya que no consiguieron aumentar su representación en el Congreso de los Diputados donde solo tiene un diputado. Si desbancan al Partido Popular su agenda gallega tendrá más peso, en línea con todos los partidos independentistas.

Podemos: Marcar perfil y mantener la tensión hasta junio

De no esperar nada a seguir en la misma línea. Podemos no confía en contar con representación en la Xunta de Galicia y los sondeos no le ofrecen posibilidad ninguna más allá del 1 por ciento de los votos. Los morados ya contaban con este escenario y, –salvo sorpresa mayúscula– la candidata Isabel Faraldo no será la voz morada de la dirección en la plaza do Hórreo.

Eso sí, la campaña de Podemos ha ido de menos a más. La candidata jugaba a la contra, sin un líder de referencia, al no haber tenido su partido representación en la última legislatura. Y el escenario se complicó todavía más cuando el exlíder morado pidió a su militancia –antes de que comenzara la campaña electoral– que concentraran el voto en el BNG ante la certeza de que la candidatura morada no prosperaría. Sin embargo, en campaña electoral, ante el enfado de Ione Belarra, Iglesias se ha volcado e incluso ha acompañado a su candidata en un mitin.

En la dirección de Podemos encuadran estas elecciones como un modo de demostrar fuerza para seguir pugnando por el espacio a la izquierda del PSOE que rivalizan con Yolanda Díaz. Buscan mantener a la organización en tensión, es decir, movilizada, hasta, su gran desafío, las elecciones europeas con Irene Montero a la cabeza. Para esa batalla, todavía quedará otro ensayo, el de las elecciones en el País Vasco.

Sumar: Escaño en Coruña y Pontevedra para ser útil a Sánchez

El impacto que tenga Sumar a partir de este domingo será un preludio de su camino en el resto de comunidades. Galicia es el primer territorio al que se presenta el proyecto, después de estrenarse en las generales. Afronta unas elecciones decisivas en las que no solo se la juega la candidata Marta Lois, sino la propia líder, Yolanda Díaz. Una comunidad donde su influencia no sirvió en 2020 para salvar a Podemos de la irrelevancia. Sabedora de ello ha tenido la más alta participación en campaña de todos los líderes, para enmendar los malos resultados de un espacio destruido.

Por un lado, deben demostrar si el proyecto nacional está preparado para extrapolarlo a las comunidades. Sumar se ve «llave», la fuerza clave para arrebatar al PP gallego la Xunta. Sus encuestas les otorgan entre dos y tres escaños, que ven imprescindibles para que Alfonso Rueda no vuelva a ser presidente. La Coruña y Pontevedra son los escaños que ahora mismo se juegan y que podrían acabar en la saca de Sumar. Se los disputan con el PP y podrían ser los «escaños útiles» para que la izquierda arrebate al PP la presidencia de Galicia. Y es por eso que la formación fucisa ha puesto el acento en la necesidad de que el voto progresista, en vez de concentrarse en el PSOE, se disperse, para que puedan entrar en la Xunta.

Vox: Luchan por entrar en el parlamento gallego por primera vez

El partido que lidera Santiago Abascal solo tiene un objetivo en los comicios gallegos: intentar entrar en el Parlamento gallego. El partido que lidera Santiago Abascal continúa siendo una opción marginal en los ayuntamientos y, a pesar de ser la tercera fuerza política en el ámbito nacional, no cuenta con ninguno de los escaños que se reparten en Galicia.

El partido concurre a las elecciones con unos candidatos desconocidos por lo que volverán a fiar su fuerza en el liderazgo de Abascal, que de hecho se desplazó ayer hasta La Coruña para el cierre de campaña, una de las provincias en las que más posibilidades tienen de rascar un escaño.

En los anteriores comicios , los de 2020, los de Abascal obtuvieron un malo resultado: tan solo el 2,04% de los apoyos. Sin embargo, en esta ocasión esperan dar la sorpresa. En la recta final de la campaña, a los de Abascal les ha salido un aliado: el presidente de Argentina, Javier Milei, quien ha pedido el voto para la formación. No es un asunto baladí. Los gallegos residentes en Argentina representan un 35 % de los votos CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes). Tradicionalmente, se trata de un votante que apuesta por el PP y los de Abascal aspiran a dar la sorpresa, ya que representan casi el 18% del censo, convirtiéndose así en un voto clave para estas elecciones del 18 de febrero.