Memoria histórica

Abuelo, ¿quién era Franco? ¿por qué le odian tanto?

¿Qué ha sucedido para que solo una pequeña fundación se atreva a defender la historia de lo que significó para España la victoria nacional en la Guerra Civil?

Francisco Franco entregando un premio de natalidad a unos padres acompañados de uno de sus hijos en la sede del Instituto Nacional de Previsión en marzo de 1942 / Efe
Francisco Franco entregando un premio de natalidad a unos padres acompañados de uno de sus hijos en la sede del Instituto Nacional de Previsión en marzo de 1942 / Efelarazon

Sí, sencilla pregunta de un joven imberbe nacido 30 años después de la muerte de Francisco Franco Bahamonde. Nada extraña por otra parte. Al fin y al cabo la juventud de hoy que vive instalada en un mundo tecnológico, consumista y relativista apenas ha oído nada respecto a la figura de Franco que no sean reproches y maledicencias continuas sobre quién fue esa persona y lo que significó para España. Son pocas las voces que se oyen contrarias al cuasi pensamiento único que se ha implantado en nuestra sociedad sobre la personalidad de quien gobernó nuestra nación durante casi 40 años. Cuando uno acude a hemerotecas y allí observa las inmensas muchedumbres que acudían a recibirle allá donde fuera, e incluso ve que las manifestaciones de dolor habidas a su muerte el 20 de noviembre de 1975 no tienen parangón en el resto del mundo, uno se pregunta qué es lo que ha pasado en España para que todos aquellos que en vida le adoraron hayan desaparecido del mapa. Y esta pregunta alcanza a una mayoría de españoles que merced a las políticas sociales y económicas que Franco implantó salieron por primera vez en toda su historia del hambre, la incultura y la miseria; a unas clases dirigentes que se forjaron en aquellos tiempos; a una Iglesia que le debe su existencia tras haber sufrido una de las mayores persecuciones religiosa de toda su historia; a un ejército que le guste o no es heredero directo del que siguió a Franco en la guerra y en la paz; a una monarquía que está presente en España porque así lo decidió Franco.

La soledad e indiferencia general –incluso en las instituciones antes citadas– que hemos visto cuando ha sido profanada su tumba y exhumados sus restos del Valle de los Caídos le sumen a uno en una confusión de ideas preocupante.

¿Qué es lo que ha pasado para que hoy una pequeña fundación sea la única institución en España que se atreva de frente a defender la historia de lo que significó la victoria de Franco en una guerra ya del pasado y sus logros en el devenir de nuestra Patria?

A la vista de lo que uno puede extraer de hemerotecas no deja de ser una buena pregunta.

¡Vamos a ilegalizar a la Fundación Franco! pronunció solemnemente en una reciente debate televisado el presidente Sánchez como si España no tuviera otros problemas más acuciantes en estos momentos.

La Fundación Nacional Francisco Franco fue creada en 1976 y fueron sus promotores ex ministros del antiguo régimen, militares de alto rango, diplomáticos relevantes, políticos prometedores, y personalidades notorias de la sociedad de entonces. Hoy, al contrario que entonces, no encontramos en la misma personalidades de la relevancia de los de entonces. Es la verdad. Para qué vamos a decir otra cosa. Mentiríamos si lo hiciéramos. Y sin embargo nos encontramos a todo un presidente del Gobierno de España anunciando a bombo y platillo la ilegalización de la única organización en España que se atreve a asumir la representación de aquellas muchedumbres e instituciones –hoy desaparecidas– que un día encumbraron a Franco. Tal parece que esta acción prevista por el Sr. Sánchez, una vez que sea capaz de formar un gobierno con la alianza de comunistas y separatistas, pondrá fin y cerrojo a toda una época de la historia reciente de España. Ya nadie más podrá exponer el relato sobre la vida, el pensamiento, el legado y la obra de Francisco Franco y del régimen político que rigió los destinos de España entre los años 1936 y 1977 y el oscurantismo y el sectarismo se habrán impuesto en España. Ya nadie más podrá presentar una voz discordante con el relato sectario que de nuestro reciente pasado quiere imponer la izquierda desde el Boletín Oficial del Estado. Ya nadie más podrá presentar una opinión contraria a la manipulación creciente de esa etapa histórica. Se habrá impuesto el pensamiento único y si el Gobierno consigue su liberticida propósito, la derrota no será solo de una fundación, sino de toda la sociedad española, que, desde ese momento, será para siempre una sociedad menos libre y plural

Lo triste y lamentable ante cuanto vemos hoy es que desaparecida, en su caso, la Fundación Francisco Franco, no vislumbramos a nadie que sea capaz de responder a la primera pregunta que el título de este artículo se pregunta y sí a muchos que merced al dominio de todos los tentáculos mediáticos y al uso continuado de la mentira y la manipulación responderán con maldad controlada a la segunda.

Y termino: usted podrá estar de acuerdo o no con lo que aquí se ha dicho, ahora bien, ¿es usted consciente de que es muy probable que de prosperar las intenciones del Sr. Sánchez estas líneas no podrán ser publicadas por ley? ¿Es esta la libertad que nos espera?

La ilegalización de la FNFF es un asunto que trasciende a la propia institución. Va mucho más allá.