PSC

Socialistas Nacionalistas

Lo primordial para el socialismo catalán no será ser libres e iguales, sino mantener el sistema. Caciquil, en este caso

AMP.- El PSC cierra su ponencia y apuesta por el federalismo para dar una respuesta al conflicto catalán
Los presidentes de las cinco comisiones que se han celebrado en el Congreso del PSC, en rueda de prensa este sábadolarazonDAVID ZORRAKINO (EUROPA PRESS)

Desde que existen los palacios, los que en ellos viven siempre han tenido intereses diferentes de los que viven en barracas. Por mucha revolución digital que pase, eso sigue inmutable en el siglo XXI. De hecho, ha sido en los primeros años de este siglo (entre 2003 y 2006) cuando el PSC ha tomado las decisiones fundamentales que le alinean con el nacionalismo: disimular con las corrupciones en las instituciones regionales, renunciar a la herencia cultural internacionalista y desprenderse del votante obrero para buscar el votante catalanista conservador que quiera posar, por coquetería moral e intelectual, de persona neutra sin xenofobias aparentes. La operación era inevitable, pero peligrosa, y el PSC se encontró los siguientes años con una sangría de votos, lenta pero imparable, que se fueron a ERC o Ciudadanos. Ahora, momentáneamente recuperado gracias a los formidables errores tácticos de Rivera y a la parálisis a la que se han autoinducido los independentistas, el PSC siente que, al fin, puede decir orgullosamente en voz alta lo que llevaba pensando en silencio desde 2003. Así es cómo Iceta se arranca a hacer consideraciones metafísicas sobre la plurinacionalidad, primer paso previo al Alzheimer.

Llega tarde. Todos sabemos ya que la plurinacionalidad es solo plurinacionalismo, y el nacionalismo es una ideología destructiva que acabará con la Unión Europea. ¿Quién va a querer entonces un montón de nacionalismos diferentes? Como proyecto, es más rancio que creerse moderno por llevar melenita tipo príncipe de Beckelar. En el congreso del PSC, se ha debatido tan solo cómo gestionar la guapura de Sánchez y se da una endeble mano de pintura al apoyo al caciquismo, hablando de federalismo difuso. El problema es que esas lecturas confusas del federalismo ya se dieron en Estados Unidos durante casi cien años (de 1777 a 1861) y acabaron en guerra. Aquí no habrá guerra porque pasará lo mismo que cuando Marx profetizó el hundimiento del capitalismo por choque entre proletarios y patronos. Nunca se dio el colapso porque las condiciones de los obreros mejoraron, se integraron en el sistema político y el poder reforzó ladinamente su conciencia nacional, ya que disgregados eran menos conflictivos que unidos.

Otra vez, lo primordial para el PSC no será ser libres e iguales, sino mantener el sistema. Caciquil, en este caso. Y es que los intereses de los que viven en pisazos siguen siendo muy diferentes de los que habitan los pisurris.