España

Interior refuerza el nivel antiterrorista para proteger los mercadillos navideños

Activa el nivel 4-Reforzado para proteger todos los actos de las fiestas, en especial las Cabalgatas de Reyes

Agentes de Policía en el Mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor de Madrid
Agentes de Policía en el Mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor de MadridlarazonLa Razón

La Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, tras escuchar a los expertos en la materia, ha decidido subir el nivel de alerta antiterrorista a 4 reforzado con el fin de evitar atentados durante las fiestas navideñas, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Uno de los objetivos preferentes a proteger son los mercadillos que en distintas ciudades se instalan en estas fechas. Tal y como adelantó este periódico, los servicios de información internacionales habían alertado sobre la posibilidad “alta” de que las bandas yihadistas pudieran cometer acciones criminales, como ocurrió el año pasado en Estrasburgo (Francia) y, dos años antes, en Berlín (Alemania).

En determinados momentos, como las vacaciones veraniegas, o con ocasión de acontecimientos importantes, Interior eleva el nivel de alerta con el fin de reforzar todos los servicios que prestan las Fuerzas de Seguridad del Estado, Policías Locales, Urgencias Sanitarias, etcétera.

Para ello, se articulan unos planes que pretenden "potenciar las actuaciones para la obtención de información en prevención de actos terroristas", con especial atención a la amenaza del terrorismo yihadista, así como "reforzar las medidas de seguridad en espectáculos y acontecimientos que supongan grandes concentraciones de masas", según se indicaba en una de las instrucciones dictadas por dicha Secretaría de Estado.

Se pretende aplicar estas medidas a los “lugares e instalaciones merecedores de medidas preventivas singulares dirigidas a reducir los riesgos y a proporcionar una mayor protección a la ciudadanía frente a posibles acciones terroristas; y se remarca la conveniencia de extremar la autoprotección de los ciudadanos, así como la de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policías Autonómicas y Policías Locales e integrantes de los servicios de seguridad privada; garantizando, además, las capacidades de prevención, protección y respuesta de todos estos operadores de seguridad ante la eventualidad de que se produzca una acción o ataque de carácter terrorista” .

Entre los servicios que estarán en alerta figuran precisamente los TEDAX/NRBQ y Guías Caninos, para desactivas y localizar artefactos explosivos.

En el caso de las fiestas navideñas, además de los mercadillos, verdadera obsesión de los terroristas yihadistas, la seguridad se centrará en la protección de grandes concentraciones de personas, como las fiestas de fin de año, conciertos, grandes superficies comerciales y, de manera especial, las Cabalgatas de Reyes.

Los atentados en estas fechas tienen el doble objetivo para los yihadistas de atacar a occidente y, además, a los valores del cristianismo, dentro de la guerra de religión que, desde su fundación, Daesh ha emprendido contra lo que supone la “Cruz (de Cristo), que hay que derribar”, según indicaba en una de sus publicaciones oficiales. Las citadas Cabalgatas reúnen dos características que buscan los terroristas: muchas personas en la calle calle, en especial niños, y el carácter religioso que subyace en estos actos.

Los ataques contra grandes concentraciones de masas son denominados por los terroristas “objetivos blandos” y pueden ser cometidos por actores (lobos) solitarios, mediante cuchillos y, si disponen de ellos, cinturones o mochilas explosivas; o por células organizadas, como ocurrió en los atentados de Cataluña perpetrados por el grupo criminal que dinamizaba el imán de Ripoll.

En los últimos días proliferan en las redes yihadistas carteles alusivos a los ataques a la Navidad, en los que, por ejemplo, se representa a un Papá Noel decapitado o unas manos ensangrentadas. Forman parte de la “guerra psicológica” para causar el miedo y, a la vez, animar a los “lobos” a que pasen a la acción.

Tal y como informó LA RAZÓN el pasado día 7, la alerta de los servicios de información no era una más, sino que estaba basada en análisis y datos objetivos que indicaban que Daesh (o Al Qaeda, que lleva mucho tiempo planificando una gran acción criminal) cometan uno o más atentados contra los mercados navideños, a los que suelen acudir miles de ciudadanos para realizar sus compras.

Los expertos consultados indicaban que, mientras Al Qaeda planifica metódicamente sus acciones criminales de envergadura; Daesh confía más en la capacidad de autogestión, tanto de sus células, como de los actores (lobos) solitarios, a los que se imparten unas consignas generales en función de las que operan.

Tras recibir los datos que indican la posibilidad “alta” de que se intenten atentados contra los mercados navideños, las Fuerzas de Seguridad de los distintos países europeos han puesto en marcha una serie de medidas para evitarlos. Y el Ministerio del Interior ha establecido en España el nivel de alerta a 4 reforzado.

Se ha ordenado a los servicios de información que estén atentos a cualquier movimiento extraño y activen sus “antenas” en los lugares de residencia o procedencia de los terroristas. En el plano físico, los mercadillos van a estar “blindados” para que ningún vehículo pueda acceder a los recintos y atropellar a los viandantes. Existen otras medidas, pero no se hacen públicas por razones operativas y para que no puedan ser conocidas por los yihadistas.

Los dos precedentes que se han producido en Europa: el año pasado, fue el de la ciudad francesa de Estrasburgo. El 11 de diciembre, un individuo identificado como Cherif Chekatt, de 29 años, de origen argelino y que se había radicalizado en la cárcel, asesinó a cinco personas; dejó heridas a once, cinco de ellas de gravedad. Aunque huyo del lugar en taxi, fue localizado por las Fuerzas de Seguridad, que lo abatieron.

Dos años antes, el escenario fue el mercado navideño de Berlín. El 19 de diciembre, un individuo, a bordo de un camión, protagonizó un atropello masivo; mató a 11 personas y dejó heridas a otras 60. El conductor original del camión fue también asesinado para utilizar su vehículo. El autor del atentado, Anis Amri, un ciudadano tunecino de 24 años, fue abatido en Milán el 23 de diciembre, cuando pretendía ponerse en contacto con una red yihadista que le apoyara en su huida. La acción criminal fue asumida por Daesh, que publicó un vídeo de Amri jurando lealtad a la banda.