Quim Torra

Sánchez pactó la mesa con ERC a espaldas de Torra

El Gobierno mete presión al president fijando la reunión el próximo día 24 de febrero en Moncloa y la Generalitat lamenta que se haga «unilateralmente» y sin acuerdo

Pedro Sánchez pisa el acelerador y, de paso, mete presión a Quim Torra a cuenta de la mesa de diálogo entre Estado y Generalitat. El compromiso de poner en marcha el foro de interlocución entre ambas instituciones antes de que acabara el mes de febrero se había convertido en los últimos días en un foco de controversia, por las demandas de JxCat de incluir un «mediador» como elemento distorsionador y dilatorio de la cita. Ante este escenario, Moncloa decidió ayer filtrar la fecha propuesta al Govern para obligar al president de la Generalitat a moverse de su letargo. Lo hizo con la connivencia de ERC, con quien pactó previamente que fuera el 24 de febrero, y a espaldas de Torra que, lo conoció escasos minutos antes y pidió «explícitamente», en aras de «favorecer el diálogo», que no se lanzara el anuncio de manera «unilateral», sin tener cerrado antes un acuerdo entre ambas partes. La unidad de acción entre socialistas y republicanos es cada vez más fluida en este asunto, respecto a un Torra marginado que no tiene nada que ganar con la cita y que ha acabado aceptando, a regañadientes, el calendario impuesto. De hecho, con la legislatura agotada en Cataluña, la gestión de los tiempos hasta las elecciones se ha convertido en una fuente de tensiones entre JxCat y Esquerra.

Los neoconvergentes tratan de alejar la fecha de la mesa de negociación y, aunque aducen que es para tener margen suficiente para preparar el encuentro con garantías de éxito, la maniobra tiene un claro trasfondo electoral. El partido de Torra, contra la voluntad de los republicanos, prefiere convocar los comicios después de verano –al calor de la agitación independentista en la calle con la Diada, el 1-O y el 14-O– porque necesita tiempo para llevar a cabo una reorganización interna y ponerse a punto para los comicios. Mientras gana ese tiempo, aprovecha también para desgastar a ERC, retrasando y diluyendo la mesa de negociación y presionando con el mediador. JxCat usó el anuncio «unilateral» de ayer del Gobierno como argumento para exigir de nuevo la presencia de esa figura porque permitiría resolver cualquier dispusta. El multitudinario mitin que prepara Carles Puigdemont para el 29 de febrero en Perpián (Francia) sería un arma más de presión.

El presidente del Gobierno concretó a Torra la propuesta de que el foro de negociación se reúna de forma inminente, el próximo lunes, en La Moncloa. Un enclave que dota a la cita de una mayor trascendencia, a pesar de que se trate de una primera toma de contacto entre los equipos, antes de que el diálogo comience a rodar. Se prevé que tanto Sánchez como Torra lideren sus delegaciones y todavía está por determinar la composición final de la mesa, así como el orden del día de este primer encuentro. Por parte del Gobierno solo están confirmados el presidente y Pablo Iglesias, aunque se da por segura la entrada de la también vicepresidenta Carmen Calvo o el ministro de Sanidad –cuota catalana–, Salvador Illa. Por parte de la Generalitat poco se sabe además de que asistirán Torra y el vicepresidente Pere Aragonés. Entre los argumentos que esgrimía el Govern para censurar la precipitación del anuncio de Moncloa estaba, precisamente, que aún desconocían cuál es su equipo técnico para preparar la cita.