Un candidato que frena a Vox

El 10-N, PP, Ciudadanos y Vox se presentaron por separado. Solo el PP obtuvo representación en el País Vasco. Transcurridos más de tres meses desde aquel momento, en la encuesta electoral autonómica de NC Report para LA RAZÓN se constata, una ligera mejora del conjunto de la derecha, pero más claramente en la intención de voto a la nueva candidatura PP-Cs, que ganaría 1,8 puntos con respecto a los resultados de estos dos partidos por separado en las generales del 10-N.

Vox empeoraría su porcentaje de voto, con relación al 10-N, en 1,1 puntos. La encuesta asigna a Vox únicamente el 1,3% de los votos, lejos queda de escaño en el parlamento de Vitoria, que tiene como barrera electoral el 3% de los votos válidos, en cada circunscripción electoral.

Hay que tener presente que este sondeo se inició el 24 de febrero, cuando el PP acababa de anunciar que el candidato a la presidencia del gobierno vasco sería Carlos Iturgaiz. El PP coloca al frente de sus listas a un político con discurso claro y duro contra el independentismo, forjado en los años de plomo de la violencia de ETA. Durante la segunda mitad de su liderazgo popular en el País Vasco, Santiago Abascal, le acompañó en su equipo, como presidente de Nuevas Generaciones.

El PP Vasco ha sido la cantera de la que han surgido buena parte de los actuales dirigentes de Vox. Por lo que el candidato Iturgaiz forma parte de la estrategia encaminada a reunificar el voto popular fracturado, que inicialmente, 2015 y 2016 marchó a la abstención y a Ciudadanos, y que desde 2018 tiene en Vox un referente. Carlos Iturgaiz, en su primera semana de candidato, ha logrado que la expectativa de voto a Vox se reduzca, de los 29.000 votos obtenidos el pasado 10 de noviembre, a 14.000.

Después de Navarra, en la que el PP y Cs, junto a UPN, crearon una candidatura conjunta en las elecciones de 2019, este será el bautismo de fuego de una coalición de PP y Cs fuera de Navarra. La encuesta le otorga un incremento de voto con relación al 10-N, pues pasaría de los 117.000 a 122.000 votantes, y con respecto a las últimas elecciones autonómicas vascas, mejoraría su expectativa de representación, pues podría alcanzar los 10 escaños, frente a los 9 de entonces. Las elecciones del 5 de abril en el País Vasco son un laboratorio para ensayar las tácticas de reagrupamiento del voto del centro derecha español, que pasa por la absorción de Ciudadanos.

Génova sabe que en las próximas generales sólo le vale alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso. Debe tener su maquinaria preparada para un adelanto electoral, dada la volatilidad de socios fundamentales para Sánchez. Para que el PP vuelva a La Moncloa, precisa de la reunificación del voto del centro derecha en una sola candidatura.