Caso Gürtel
Dos acusados señalan a Camps y a Cotino en la adjudicación a “Gürtel” por la visita del Papa a Valencia
El ex director de la Radiotelevisión Valenciana declara que recibió instrucciones del entonces president y de González Pons y “El Bigotes" dice que Cotino “tenía la última palabra en todo”
Dos de los trece acusados que han pactado con la Fiscalía a cambio de una rebaja en las peticiones de condena han señalado al ex presidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps y al que fuera presidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino por su papel en la adjudicación de la cobertura audiovisual de la visita del Papa a Valencia en 2006.
Por un lado, el ex director general de Radiotelevisión Valenciana Pedro García Gimeno –para quien la Fiscalía pide la pena más alta, 40 años de prisión– preguntado por la fiscal por quién le dio la orden de adjudicar a la empresa pantalla de «Gürtel» ese contrato, ha asegurado que su «interlocutor» era Camps. Pero matizó que en la práctica con quien despachaba era con el entonces consejero Esteban González Pons, quien le habría telefoneado para decirle que Álvaro Pérez «el Bigotes» –responsable de Orange Market, la empresa de Gürtel en Valencia– estaba «enfadado» porque se había quedado fuera de las adjudicaciones, instándole a «darle el tema de las pantallas y la megafonía».
Y aunque Gimeno no ha implicado directamente a Cotino, porque según afirmó no podía darle instrucciones porque no era su superior jerárquico (en esas fechas era conseller de Agricultura), sí lo ha hecho Álvaro Pérez, quien ha declarado que el entonces presidente de las Cortes Valencianas «tenía la última palabra en todo» por decisión de Camps.
En la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, el ex responsable de Orange Market -para quien la Fiscalía pide 37 años de prisión- ha señalado que Cotino “es la persona que dirige todo el evento del Papa en Valencia” y ha recordado que era alguien “tremendamente famoso”, tras ocho años como director general de la Policía, “y muy valorado en el PP”. “Coordinaba todo, absolutamente todo”, ha recalcado. Eso sí, el acusado ha negado que la trama regalara a Cotino un abrigo de la marca Milano por valor de 375 euros: “Yo nunca he regalado un chaquetón a Cotino”.
“El Bigotes” se ha quejado implícitamente del trato que reciben los condenados por el “procés” y de los cambios legales anunciados por el Gobierno para suavizar el delito de sedición. “Me arrepiento de mucho de cosas que me han traído hasta aquí, muchas por desconocimiento -ha añadido al concluir el interrogatorio de la fiscal-, pero he hecho un trabajo impecable en todos los años que he trabajado para Correa”. “Pero si de algo me he arrepentido mucho -ha subrayado irónicamente- ha sido de no convencer a Correa para declarar la independencia de la comunidad valenciana, porque yo tendría un gobierno cambiando las leyes para mí y sería un héroe”.
Aunque se le señalaba como uno de los trece acusados que han alcanzado un pacto con la Fiscalía Anticorrupción y están dispuestos a reconocer las acusaciones contra ellos a cambio de una rebaja en las peticiones de condenas, “el Bigotes” ha declarado “no saber nada” de las comisiones ilegales que se habrían repartido los cabecillas de “Gürtel” -3,3 millones en total según Anticorrupción- gracias a esta operación. Pese a admitir que Francisco Correa “ayudó mucho” a su familia", ha insistido en que, aunque el líder de la red corrupta le dio una entrada para una casa “jamás” le dijo que le iba a “dar 500.000 euros por lo del Papa” (la comisión que según la Fiscalía se habría embolsado). Y respecto al ex director de la Radiotelevisión Valenciana Pedro García Gimeno -para quien la Fiscalía pide la pena más alta, 40 años de cárcel-, ha hecho también hincapié en que “nunca nos dio nada”.
Según ha mantenido Pérez, tras confirmarse la visita del Papa, “me dirijo a Paco Camps y le digo que me gustaría participar de alguna manera”, porque según él “todo el mundo quería participar”. En un principio, ha explicado, propuso “diseñar y hacer el escenario”, pero en la segunda reunión Cotino le dijo, siempre según su versión, que “el escenario no lo iba a hacer yo, sino una empresa de Madrid”. Así que se ofreció para hacer “lo que siempre hacía para el PP: poner la luz y el sonido”. Instalar la megafonía y las pantallas gigantes “parecía un caramelo”, ha precisado, “pero era lo más complicado que se ha hecho en España”. “El evento salió impecable”, ha sacado pecho “el Bigotes”, quien ha defendido que el coste de los trabajos era un precio de mercado.
Otro de los acusados que ha alcanzado un pacto con la Fiscalía y ha reconocido los hechos ante el tribunal, el empresario Óscar Fragio -responsable de Wild Electronics Design (WED), una de las sociedades utilizadas por Teconsa para simular la prestación de servicios a cambio de una comisión de 50.384 euros- ha asegurado que Álvaro Pérez le comentó respecto al contrato de adjudicación de las pantalla gigantes y la megafonía en las calles de Valencia por la visita papal: “Quien manda en todo esto es Cotino”. Sin embargo, el empresario ha afirmado -a preguntas de la fiscal Anticorrupción Concepción Sabadell- desconocer si el ex presidente de las Cortes valencianas tuvo algo que ver en que fuera RTVV la que adjudicara ese contrato bajo sospecha.
El cerebro financiero, arrepentido
El empresario José Ramón Blanco Balín, considerado el cerebro financiero de la “trama Gürtel”, ha admitido que cobró una comisión de 249.000 euros, a través de su participación en la sociedad Hator Consulting, por asesorar a la red corrupta en el proceso de adjudicación, por parte de Radiotelevisión Valenciana (RTVV), de la cobertura audiovisual para la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2006 por 7,4 millones, una operación en la que según Anticorrupción los cabecillas de la organización de Francisco Correa y el entonces director de RTVV Pedro García Gimeno se repartieron 3,3 millones de euros.
“Me arrepiento de haber trabajado para ellos”, ha asegurado el empresario, uno de los 13 acusados que han cerrado un pacto con la Fiscalía. “Después de 40 años de profesión en los que nunca he tenido ningún problema judicial -ha lamentado- es la segunda vez que me siento ante un tribunal (la anterior fue en el juicio por la financiación del PP valenciano), y para el fin de mi carrera no me siento contento”.
En la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, Blanco Balín -para quien la Fiscalía Anticorrupción pide 18 años de prisión por delitos fiscales, de blanqueo y falsedad en documento mercantil- ha reconocido las imputaciones contra él de la Fiscalía y ha explicado que a consecuencia de su “arrepentimiento” y tras “doce años de estar sometido a distintos procesos” relacionados con la “trama Gürtel” ha reflexionado y ha procedido a ingresar 400.000 euros para reparar el daño causado, una cantidad que, ha precisado, a pedido “a familiares y amigos” a consecuencia de los embargos judiciales que pesan sobre él.
Ex asesor del “grupo Correa” desde el año 2005 y accionista de Orange Market, la empresa bandera de la trama en Valencia, el empresario ha asegurado que conoció a Correa a mediados de 2005 a través de Alejandro Agag. A partir de entonces se hizo cargo de la contabilidad de esa sociedad a cambio de 600.000 euros anuales y una participación del 30% en Hator Consulting, una de las empresas del entramado de “Gürtel”.
Fue a finales de 2005, ha recordado, cuando conoció a García Gimeno, entonces director de RTVV, en una “comida social” con Álvaro Pérez “el Bigotes” en la que “se habló de que se estaba trabajando en algo de la visita del Papa”. En octubre de ese mismo año, ha añadido, se trasladó a Valencia para reunirse con la “mano derecha” de Correa, Pablo Crespo, y “el Bigotes” para asesorar fiscalmente a la trama sobre cómo podía concurrir a la adjudicación del contrato a través de una unión temporal de empresas (UTE). Pero cuando la organización de Correa se dio cuenta de que el contrato “le venía grande” a Orange Market, el líder de “Gürtel” optó, según ha contado, por buscar una “empresa pantalla” que fuera la adjudicataria. La elegida fue Teconsa, “a la que había ofrecido 200.000 euros”.
Blanco Balín, que también ha admitido la facturación irregular con sociedades interpuestas para camuflar la prestación de los trabajos, ha dicho que no obtuvo “ningún beneficio líquido” por la operación, aunque sí directamente ingresó esos 249.000 euros por su participación en Hator Consulting.
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