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El “Juan Sebastián de Elcano” afronta 42 días sin tocar tierra para volver a España

La vida a bordo del buque transcurre con total normalidad. “Como si de una burbuja flotante se tratase”

El Elcano llega a Miami, última escala de un viaje marcado por el COVID-19
El buque-escuela de la Armada española Juan Sebastián Elcano" a su llegada a MiamiAna MengottiEFE

Bienvenidos una semana más a bordo del Buque-Escuela “Juan Sebastián Elcano". En esta ocasión, los Guardiamarinas Diego del Hierro López y Félix Arcila Pérez tendremos la oportunidad de acompañarle a bordo del Buque más emblemático de la Armada Española, convirtiéndole por unos momentos en un miembro más de la dotación en este XCII Crucero de Instrucción.

Se cumple ya una semana que dejamos atrás el puerto de Miami, en el que a pesar de no poder disfrutar de la ciudad y su gente, por precaución ante la crisis del coronavirus, fuimos despedidos con mucho cariño, lo cual nos dio fuerza para afrontar este último tránsito de vuelta a casa. También contamos con el plus de motivación por el hecho de reencontrarnos con nuestros seres queridos, que tanto nos necesitan en estos difíciles momentos.

A pesar de la difícil situación en la que está inmersa España y el mundo en general en estos días, la vida a bordo en nuestro buque transcurre con total normalidad. Como si de una burbuja flotante se tratase. Seguiremos con nuestro plan de estudios hasta el final de nuestra travesía, unos verdaderos afortunados con toda la que esta cayendo, pues podemos disfrutar de la compañía de un extenso grupo de gran calidad humana, gimnasia al aire libre, subir a los palos y contemplar la inmensidad del océano, o acudir a los conciertos que nuestra banda de música nos brinda cada noche. Como digo, nada nuevo en nuestro buque, conscientes de la difícil situación en nuestras casas pero sabedores de que nuestra mejor forma de ayudar ahora mismo es cumpliendo la misión que se nos asignó allá por el mes de noviembre.

Durante esta última semana hemos podido disfrutar de estabilidad atmosférica, lo que se traduce en un clima favorable, con el sol como protagonista, calentando la cubierta y dando a la dotación la dosis de vitamina D necesaria. Los guardiamarinas nos hemos aprovechado de esta situación para seguir con nuestras observaciones diarias utilizando el sextante, el cual ya dominamos casi a la perfección.

El pasado miércoles aprovechando el buen tiempo se decidió arriar una de las balleneras (pequeña embarcación a remo), y una pequeña dotación de 10 guardiamarinas pudimos disfrutar de esta experiencia única, para ver a nuestro majestuoso bergantín-goleta recorriendo millas desde otra perspectiva. También le hemos dado las últimas pinceladas al plan de estudios, terminando de dar las últimas clases y realizando, entre otros, el examen de logística operativa, donde hemos aprendido cómo funciona la intendencia durante el transcurso en una operación militar.

Ni mencionar que continuamos con las clases de deporte de nuestra querida capitán, quién nos exprime al máximo para llegar en plena forma a casa y de paso cumplir con la máxima de ‘Mens sana in corpore sano’, tan importante en este tránsito en el que estaremos 42 días sin tocar tierra. Esperemos que el confinamiento en España no se alargue y eche al traste la operación bikini de este año.

El pasado sábado pudimos disfrutar de una fantástica comida en cubierta, rompiendo con la monotonía y haciendo el fin de semana más ameno, disfrutando además de un espectacular e ingenioso concierto en directo a manos, y nunca mejor dicho, de nuestro cirujano de a bordo. Ya podía haber embarcado antes...artista!

Durante la próxima semana realizaremos los últimos exámenes que nos quedan, para así poder comenzar con los proyectos de fin de crucero, con los que podremos desarrollar los conocimientos adquiridos durante este crucero de instrucción. Trabajaremos mano a mano con la brigada de maniobra en el cambio de velas de la cruz e ir adelantando todo el trabajo posible de cara a la vuelta al mundo que se llevará a cabo durante el próximo crucero. También trabajaremos codo con codo con el destino de puente y máquinas elaborando las derrotas y pedido de cartas náuticas que harán falta, o elaborando los partes de mantenimiento de los motores, que nos tendrán que acometer en nuestra base en San Fernando, La Carraca.

Con esto nos despedimos una semana más, esperando vientos largos y buena mar de vuelta a casa, con ganas de ver de nuevo a nuestros seres queridos tras unos intensos seis meses de navegación cargados de experiencias y de conocimientos nuevos a bordo de nuestro majestuoso buque escuela. Está siendo un periodo muy duro a nivel global y en España, y aquí aunque estemos lejos de la causa y gocemos de buena salud, somos conscientes del impacto que está generando por lo que vemos en nuestras familias, y aunque es duro verlo desde fuera y no poder ayudar o apoyar desde cerca, sabemos que nuestra misión ahora mismo es otra, y es continuar con el objetivo que nos encomendaron que no es otro que seguir con nuestra formación para en un futuro servir a España de la mejor manera posible.