Especiales

Independentismo

Un decreto para llevar a casa a los presos del 1-O durante la pandemia

Podemos quiere que el Gobierno lo permita: trabaja en una norma para que los condenados con permisos para salir de la cárcel se confinen en su domicilio

El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, llega a trabajar en su empresa de Santa Perpètua de Mogoda. EFE/ Quique García
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, llega a trabajar en su empresa de Santa Perpètua de Mogoda. EFE/ Quique GarcíaQuique GarcíaEFE

El grupo confederal de Unidas Podemos en el Congreso está trabajando con el Gobierno en la articulación de un real decreto ley que permita a los presos que se encuentran en segundo o tercer grado y que tienen permiso para salir de la cárcel permanecer en sus domicilios mientras se prolongue la actual crisis sanitaria. Así lo avanzó ayer el presidente del grupo morado en la Cámara Baja, Jaume Asens, en una entrevista con Europa Press. Se trata de un decreto que afectaría por ejemplo a los presos del 1-O –los líderes independentistas condenados por su vinculación con el «procés» y el referéndum ilegal de 2017 en Cataluña– que actualmente tienen concedido un permiso para trabajar o cuidar de un familiar. El objetivo, según Asens, es que estas personas permanezcan confinados en sus domicilios y no tengan que volver a prisión mientras dure la crisis sanitaria por el coronavirus, con el objetivo de preservar la salud del resto de internos y evitar los contagios. «Es un debate que hemos trasladado al seno del Gobierno, que tiene diferentes aristas, dificultades y planteamientos, pero que está sobre la mesa», señaló el diputado catalán. Al margen de los líderes del «procés», se beneficiarían de esta medida otros internos como el hijo de Jordi Pujol o Iñaki Urdangarin.

Contagios en prisiones

El real decreto permitiría ir más allá de la orden que dictó en marzo la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, para que las juntas de tratamiento de las prisiones o de los centros de inserción social (CIS) estudien, en el actual contexto de crisis sanitaria, de forma «individual» esta posibilidad de que los presos en tercer grado o con 100.2 no vuelvan a los centros penitenciarios. «La crisis sanitaria ha afectado también a las cárceles españolas, y a pesar de la privación de libertad de la población penitenciaria, no están a salvo, porque los contagios existen y la prueba más evidente es que se producen fallecimientos en las cárceles», recordó Asens durante la entrevista. En algunos casos, la experiencia de las últimas semanas ha demostrado la dificultad añadida que existe en muchos centros penitenciarios españoles a la hora de respetar algunas de las recomendaciones de seguridad lanzadas desde el Gobierno para frenar la evolución de los contagios. Buena muestra de ello, es que el virus también ha llegado a muchas cárceles de la geografía nacional y ha terminando infectando tanto a reclusos como a funcionarios de prisiones. En este sentido, Asens insistió en que «es evidente que las recomendaciones que se hacen por parte de los organismos de salud difícilmente se pueden cumplir en unos centros de privación de libertad donde el contacto humano es inevitable. Cómo se puede evitar el contacto en un comedor social, cómo se puede evitar el contacto si se comparte celda con varios internos». Por ello, ante su «preocupación» por la situación de las cárceles españolas, Unidas Podemos está tratando de que el Gobierno apruebe esta medida, aunque tenga «un efecto colateral con los presos independentistas». «Es una situación que a nosotros nos preocupa y que estamos intentando que el PSOE se mueva en esa dirección», reiteró.

Asens, un puente con ERC

El nombramiento de Asens como máximo responsable del grupo parlamentario morado fue al comienzo de la legislatura una apuesta clara de la dirección del partido por mantener un cauce de diálogo permanente con el independentismo catalán, muy especialmente con ERC. Es uno de los hombres fuertes del partido de Ada Colau y ha sido un referente para Pablo Iglesias dentro y fuera del Congreso. Participó activamente en las negociaciones que terminaron alumbrando el Gobierno de coalición el pasado mes de enero y en la búsqueda de los apoyos necesarios para la investidura de Sánchez.