Estado Islámico
“Me voy a una comisaría de la Policía en Barcelona y con una pistola mato a tres agentes”
Mohamed Yassin Amrani, el yihadista detenido en la capital catalana la pasada semana, iba a utilizar un dron para atentar contra el Camp Nou
Conforme avanzan las investigaciones de la Guardia Civil sobre el yihadista detenido en Barcelona, Mohamed Yassin Amrani, se conocen detalles de sus planes. Tenía intención, y así se lo había comunicado a un miembro de Daesh en Siria, llamado Mohamed Nadir, de atacar una comisaría de la Policía Nacional: “me voy a una comisaría de la Policía y con una pistola mato a tres agentes”. Y, asimismo, realizar un ataque con bomba adosada a un dron que haría estallar en el interior del Camp Nou, en un partido entre el Barcelona y el Real Madrid.
Este individuo, tenía en su teléfono móvil un total 8273 mensajes, entre los que se encontraban noticias de atentados del estado islámico; descargas de publicaciones de esta banda terrorista, así como, propaganda en donde se incitaba ataques contra occidente.
El 29 de marzo de este año mantuvo una conversación en la que expresó al citado miembro Dáesh su adhesión a la organización yihadista y su deseo de morir mártir en las zonas de conflicto o atacando una comisaría de policía en un atentado de lobo solitario.
Durante el mes siguiente, mantuvo nuevas conversaciones, con otros dos individuos, que también se encontraban en Siria a los que manifestó que “mi objetivo son las conquistas, liberar encarcelados y ver las sonrisas en los rostros de los niños. Alguna mañana moriré, (…) cortaremos las cabezas de los infieles.
En su declaración ante La Guardia Civil y con asistencia de abogado, que ratificó después ante el juez, confesó que fue captado a través de las redes sociales por un tal Mohamed Nadir, residente en Irak que le introdujo en las redes sociales yihadistas.
Le ofreció la redención de su vida pasada cuando consumía alcohol y alejado de la religión. Para ello debía cometer atentados purificando de esta manera su vida y asegurándose un lugar en el paraíso.
Fue Nadir el que le dijo que esa acción terrorista consistiría en la utilización de un dron con una carga explosiva adosada al mismo que se lanzaría sobre el estadio del Barcelona y hecho estallar en su interior.
El detenido mantenía una intensa comunicación con miembros simpatizantes de Dáesh entre ellos con uno que se hacía llamar Abu Omar Al Sharni, con el que hablaba prácticamente a diario y que, en su momento, le animó a trasladarse a Siria o Irak. Otros de sus interlocutores era Abu Kalash Al Magharibi que también le animaban a integrase en la banda o establecerse en Marruecos y formar allí una célula terrorista. Como alternativa, siempre quedaba la posibilidad de asesinar personas en Barcelona mediante cuchillos.
El tal Abu Omar le aconsejó, en una conversación mantenida en abril pasado, las medidas que debería adoptar para pasar desapercibido por la población, y en especial por las Fuerzas de Seguridad, (no dejaban de reír durante esta conversación ya que comentaban que se pondría un pendiente en la oreja, usaría pantalones, fumaría tabaco, bebería alcohol y se iría con chicas).
Al día siguiente, Amrani colgó una foto en las redes sociales, donde y se había quitado la barba. Con este aspecto empezó a salir a la calle. Estos cambios de apariencia se encuentran dentro de la doctrina denominada Taqiyya, que es una estrategia de los yihadistas para esconder su condición y poder cometer así los atentados con más facilidad. Se les permite llevar una vida alejada de los mandatos islámicos, realizado acciones “haram” (pecados) de forma que aparenten ser ciudadanos occidentales.
A partir de ese momento, tomaba muchas precauciones para saber si era seguido, como pararse en medio de la calzada, hacer giros de 360 grados o detenerse en los escaparates y portales. Estas instrucciones están contenidas en un manual del que fuera jefe militar de Daesh, Abu Mohamed Al Adnani.
Tal y como adelantó LA RAZÓN, Amrani había leído la edición del semanario Al Naba del pasado 19 de marzo en el que se ordenaba a los lobos solitarios que cometieran atentados en occidente aprovechando las debilidades la pandemia del Coronavirus.
El yihadista detenido por La Guardia Civil se había descargado, a través de una cuenta de Telegram, el pasado mes de abril, un manual para la fabricación de explosivos que le remitió la organización yihadista. Un tal Al Iqam Al Baqi le animó a que no cesara en sus planes y que no se durmiera: “no hace falta que vengas aquí para hacerlo, hazlo allí. Los cristianos morirán por la gracia de Dios porque son los que nos han matado Muévete, busca, encontrarás y no te duermas”.
Le remitía un manual de explosivos que se activaban con temporizador y otro denominado “la guerra de los venenos” para utilizarlos contra personas y “matarlos en silencio”.
Entre los archivos incautados, figuran los relativos a las medidas de seguridad que hay que tomara a través del teléfono móvil; vigilancias y contra vigilancias; medidas a seguir si descubres que estás siendo controlado; técnicas de disfraz y de cambio de aspecto; sistemas para ocultar artefactos; y forma de proceder cuando una persona es detenida e interrogada por las Fuerzas de Seguridad.
En el auto de prisión contra Amrani, se subraya que ha quedado clara su adhesión a Dáesh para la instauración de un “califato universal” a través de la acción violenta y los ataques terroristas contra intereses occidentales, todo ello alterando de forma grave el orden constitucional y la paz pública.
Así mismo se destaca su idea del “martirio” con la purificación al entregar su vida mediante la yihad. De hecho, utilizaba una foto de perfil en la que aparece encarando un fusil similar a los empleados en las revueltas y conflictos armados entre la población del norte de Marruecos y las tropas regulares del Ejército español.
También figura una fotografía suya en la que realiza la shahada o profesión islámica; una imagen de la bandera negra de Dáesh seguida, de un texto en el que, entre otras cosas se dicen, “que no hay más dios que Alá y su profeta Mahoma; un vídeo de una acción policial en la que supuestamente se emplea la fuerza contra musulmanes y se dice: “cuando llegue mi turno no perdonaré a nadie, no dejaré a nadie, no tendré piedad de nadie, gracias a Alá”.
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