Moción de censura

Negocio «Redondo»

El presidente del PP, Pablo Casado, durante el debate de la moción de censura
El presidente del PP, Pablo Casado, durante el debate de la moción de censuralarazonEUROPA PRESS/E.PARRA.POOL

La moción de censura marca un antes y un después en la política nacional, imprevisible hoy en su alcance y consecuencias. El durísimo discurso de Casado contra Vox fue tan sorprendente que, en lógica coherencia, es absurdo pensar en un futuro acuerdo entre los dos partidos, que pasan de ser potenciales socios a rotundos adversarios. Casado quiso erigirse como líder del centro-derecha, marginando a Vox al cordón sanitario exigido por el bloque de la moción –que es el mismo que expulsó al PP del Gobierno en 2018–, con el lógico aplauso de Sánchez e Iglesias, que forman el Ejecutivo más radical de la UE. Esta es una constatación que no puede obviarse: el PP se plegó a la exigencia de confinar políticamente a Vox, mientras los comunistas y populistas podemitas expiden –¡desde el Gobierno!– certificados de ilegitimidad democrática a sus opositores. La jornada del jueves abrió un nuevo proceso de refundación del PP, que culminó en 1989 vertebrado ideológicamente en equilibrada síntesis de humanismo cristiano, conservatismo y liberalismo. Con su cantada fusión con Cs en abrazo entusiasta del liberalismo, queda huérfano un espacio para este humanismo, que requiere de representación política: la batalla cultural decantará quién lo hace suyo con hechos y no con meros discursos.

Desde luego, la estrategia de Sánchez se ha saldado con un éxito total para sus intereses, con guerra civil en la oposición por la hegemonía ideológica y cultural previa a la política. Negocio político «Redondo».