Inmigración
El muelle de Arguineguín (Gran Canaria) recuperó ayer por completo la normalidad. El Ayuntamiento de Mogán procedió a la total desinfección y limpieza del dique donde hasta el pasado domingo por la noche se encontraba instalado el campamento de emergencia para personas migrantes. Operarios municipales de las áreas de limpieza se afanaron para devolver al puerto el estado que presentaba antes del 20 de agosto, fecha en la que se levantó el «campamento de la vergüenza».
Eliminado el rastro en el muelle, la atención se deriva ahora hacia el Centro de Atención Temporal (CATE) de Barranco Seco donde los inmigrantes pasarán sus primeras 72 horas para que la policía tome las filiaciones y se hagan los test Covid.
Es decir, hasta ahí son derivadas los rescatados en cayuco o patera, que hasta hace tres días estaban en Arguineguín. Tres meses después se ha optado por el mismo esquema que se utilizó durante la «crisis de los cayucos de 2006» cuando se trasladó a los inmigrantes directamente a centros temporales, evitando imágenes vergonzosas como las de Arguineguín. Por otro lado, en Barranco Seco también se ha instalado un espacio específico para aislar a las personas que llegan con Covid o que han estado en contacto con algún infectado.
Pasadas las 72 horas, los alojados en Barranco Seco reciben un documento en el que se especifica que han entrado de manera irregular y que están pendientes de una orden de devolución a su país de origen, que debido a la pandemia y la falta de acuerdo con los países de origen no se puede ejecutar. Asimismo, otras personas, están pendientes de asignación de las plazas de acogida que tienen las organizaciones humanitarias para alojar a la gente y evitar que deambulen por las calles mientras que se resuelve su situación.
El interior del campamento hay «absoluta normalidad», cuentan fuentes policiales. Están custodiados por agentes de la Unidad de Intervención Especial y el «secretismo y mutismo», en torno a lo que sucede en el interior «es absoluto», según cuentan. No en vano, está fuertemente perimetrado para que ningún testigo incómodo pueda acceder.
Dada la situación en el interior de Barranco Seco, cuya clasificación se correspondería con un CATE y no con un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) como los que existen en Ceuta, Mellilla o Madrid, el Estado ya última tres nuevos centros para albergar inmigrantes tras el cierre del muelle. Así, según sus previsiones , en los próximos días se empezarán a derivar personas al Colegio León de Las Palmas de Gran Canaria, donde están instaladas unas casetas para acoger a 300 personas. Este dispositivo es parte del «Plan Canarias» que presentó recientemente el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, y que básicamente consiste en instalar tiendas de campaña en el exterior de instalaciones militares, además de una nave cedida por Bankia, con capacidad para 500 personas, y que también estará en funcionamiento en estos primeros días de diciembre. Además, el Ejecutivo espera contar de manera inminente con 650 plazas en el cuartel del Canarias 50 en La Isleta. La idea es que tras el primer cribado en Barranco Seco los inmigrantes sean trasladados hasta estos lugares. Lo mismo ocurrirá con los 5.500 inmigrantes, que a día 20 de noviembre, aseguró el ministro Escrivá, que se encontraban en 17 hoteles turísticos que se acogieron a ERTE por el descenso del turismo debido a la pandemia. El tiempo máximo que podrían permanecer en estos espacios es de máximo 60 días.
Precisamente para hacer frente a los gastos derivados del alojamiento en complejos turísticos, que se calcula tiene un coste de 300.000 euros diarios, así como la puesta en marcha de los nuevos asentamientos, el Gobierno dio ayer luz verde ayer a un fondo de contingencia de 40 millones para atender a los inmigrantes que llegan a Canarias. Según explican en la referencia del Consejo de Ministros, «se ha tenido que contratar alojamientos turísticos» y declarado «como emergencia» la construcción, montaje y desmontaje de instalaciones provisionales, así como la atención sociosanitaria de urgencia, acogida, suministro de material para cubrir necesidades básicas. Mientras, las llegadas no cesan. Ayer por la noche lo hicieron otras 68 personas.