Unos trabajan y otros miran

No, pero en serio: punto uno) a quién se le ocurre salir con el coche a la calle, a la carretera, después de que llevaran las teles dos días alertando del temporal que se nos venía encima?. La mayor parte de la gente hizo lo que debía. Aparcó el auto y se encerró en casa a ver como caía la nevada, tan preciosa cuando llega, tan peligrosa un par de días después.

Luego, ustedes perdonen, la primera responsabilidad es nuestra, de los ciudadanos, de quienes habiendo tenido que prevenir no lo hicieron. O no lo hicimos.

Punto dos, también en serio: aquí algunos han trabajado, y otros han mirado. Algunos han salido a la calle con la pala y otros se han quedado en casita viendo pelis y series, o mayormente enredando, que es a lo que se dedican. O sea, Ayuso y Almeida han estado al pie del cañón, desde el minuto cero, mientras que Sánchez, Iglesias, Marlaska y Ábalos se entregaban a comentar el trabajo de los demás. Muy bonito. Llega la nevada del siglo, la mayor nunca vista en la historia de España, sin exagerar, y nuestros ministros más sublimes se dedican a observar el trabajo de los demás. Cuarenta y ocho horas, 48, sin aparecer ni decir nada. Ni una buena palabra, ni un gesto de aliento, ni una solución. Ábalos y Marlasca estaban a-ver-como-se-la-pega-Ayuso, qué risa, cinco comunidades autónomas en estado de alerta, las autovías clausuradas, los trenes parados, los aeropuertos cerrados, y ellos de comentaristas en la erretéuve-é.

Punto tres. O sea que esto era sólo cosa de las Administraciones locales y autonómicas, como la Covid, como las vacunas, como la educación. El Gobierno central está para mirar. ¿Y no habría que haber coordinado planes entre las diferentes regiones?. Las autovías son del Gobierno, ¿o no?. ¿Por qué el aeropuerto de Madrid cierra cuando en Moscú y Helsinki operan incluso a 25 grados bajo cero ?. No es invención, lo he visto con estos ojos. ¿De quién depende Barajas?. De AENA, diría Ábalos. ¿Y de quien depende AENA?. Del Gobierno. Pues “ya-está”, en célebre expresión de Sánchez que ha pasado a la historia. “Del Gobierno, ya está”.

Pero aquí de lo que se trataba era de ver como Ayuso ponía en persona las cadenas a los coches, Almeida conducía las quitanieves y Casado retiraba el hielo de los portales y de los centros de salud a palada limpia. Dirán lo que quieran. Que si era electoralismo y tralará. Pero Casado ha sudado y retirado la nieve mientras que Sánchez se dedicaba pasear el chalequito. Pues entre una imagen y la otra, francamente, la primera. Mejor la pala que el chaleco. Mejor Almeida pidiendo el estado-de-calamidad para Madrid que Ábalos negándolo por el simple hecho de que Madrid es del PP y a los votantes del PP ni agua.

De modo que allí se quedó Pablito, en los dos-mil metros de Galapagar, calentito con las pelis y las series, mientras que la legión de guardias que le custodia se helaba de frío en los alrededores. Pero para tomar decisiones tan importantes como subir el 27 por ciento la luz y el 6 por ciento el gas a los españoles, en plena tormenta de nieve y frio polar, había que estar bien abrigado. Sólo de esa manera se puede justificar tal medida, después de haber dicho, diez veces o más, que iba a bajarnos la luz, tras bajarse el sueldo y renunciar al aforamiento, la escolta y el coche oficial.

Claro que eso es otra historia