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Moncloa cifra en el 10% las opciones del PSOE de gobernar en Madrid

Asumen la derrota en el inicio de campaña y fían todo a que Ayuso sume tanto voto que se quede sin socios

Arranca oficialmente la campaña de las elecciones de Madrid del 4 de mayo y el Gabinete de Pedro Sánchez lo hace desde la posición de asumir, y hasta reconocer, el batacazo que se le viene encima al PSOE. En la dirección del equipo electoral del presidente del Gobierno confesaban esta semana, en almuerzo privado, que justo en este arranque de la campaña las posibilidades que estiman que tiene el candidato socialista, Ángel Gabilondo, de llegar a gobernar la comunidad madrileña están «alrededor del 10 por ciento».

El «golpe» lo anticipan en la «cocina» demoscópica de la campaña, que la dirigen desde Moncloa, aunque todavía haya algún «fontanero» del equipo de Sánchez que quiere seguir encomendándose a la única oportunidad que le queda a la izquierda para salir bien parada de esta batalla electoral: que la candidatura de Isabel Díaz Ayuso sume tantos votos y asfixie tanto a los otros partidos del centro derecha que esto la deje sin aliados para gobernar. El 5 por ciento y la remota posibilidad, al menos según la mayoría de las encuestas, de que Vox no entre en la Asamblea de Madrid.

Que Moncloa cifre en un 10 por ciento las posibilidades de Gabilondo de gobernar quiere decir que Ayuso arranca la campaña muy cerca de la mayoría absoluta. Y ésta es la sensación con la que trabajan en el «cuartel general» de la presidenta madrileña. La candidata lo testa cada día en la calle y su equipo, en sus «trackings». Mientras que, en paralelo, en la «cocina» demoscópica de Moncloa han comprobado en estos últimos días que sus estrategias no acaban de funcionar ni consiguen tampoco dejar de ir a rebufo de la iniciativa de la presidenta madrileña.

En la «fontanería» de Moncloa también se sacuden, curiosamente, responsabilidades sobre las consecuencias del resultado electoral en Madrid y, para ello, utilizan vías de escape como la de, por ejemplo, apuntar hacia el perfil del candidato. Se quejan de que era imposible presentar otra alternativa y de que Gabilondo «no funciona» para ejecutar la estrategia monclovita.

Ésta es una forma, con interés de parte, de tapar las responsabilidades propias en la gestión de la moción de censura del PSOE en Murcia, que descompuso el mapa autonómico y facilitó a Isabel Díaz Ayuso anunciar unas elecciones cuyo decreto de convocatoria tenía preparado desde el pasado verano.

Además de otros errores de cálculo que vienen directamente de Moncloa, dentro de una estrategia confusa en la que no han sido capaces de combatir con credibilidad y eficacia la política de confrontación con Pedro Sánchez, a la que se apuntó desde el primer momento Ayuso, y también el jefe del Ejecutivo. Y que tan buenos resultados le ha dado a la política madrileña en las encuestas, además de en cuanto al resultado de la gestión sanitaria y económica de la pandemia, y tan pocos al PSOE si se atiende a lo que dicen los sondeos. Los socialistas ganaron las últimas elecciones autonómicas.

Para Sánchez, la única compensación está, si acaso, en el factor Iglesias. En Moncloa no ocultan que todavía siguen celebrando la marcha de Pablo Iglesias del Consejo de Ministros. Ni tampoco la satisfacción que les producen las malas perspectivas electorales de Podemos en las elecciones. «Iglesias puede salvar la presencia de Podemos en la Asamblea, pero se va a meter un buen batacazo. Sale de la Vicepresidencia para obtener un resultado mediocre, y aquí se termina su carrera política». El problema para el PSOE, a nivel nacional, es el mismo que tiene Ayuso con Vox y Cs en Madrid. Que la caída sea tan relevante como para que en el cómputo general luego no ayude tampoco a sumar.