Amenazas
España marca el camino a Europa en la seguridad antidrones
Los programas españoles para interceptar y neutralizar aeronaves no tripuladas han despertado el interés de muchos países
Según el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en el año 2025 habrá más de siete millones de drones sobrevolando los cielos de Europa y no siempre se utilizarán para hacer el bien. Los drones son una herramienta fantástica para repartir medicinas o comida, pero también para perpetrar ataques terroristas usándolos directamente como armas, ya sea convirtiéndolos en bombas teledirigidas o en difusores de agentes químicos; espionaje; tráfico de drogas… El desarrollo de estos sistemas ha sido vertiginoso, tanto que ha habido que ponerse las pilas para inventar cómo pararlos. Es aquí donde entran los sistemas antidrones (C-UAS) y España cuenta con más de una decena de empresas que desarrollan tecnologías de este tipo. De hecho, España es pionera en este ámbito hasta el punto de que los programas desarrollados bajo el amparo de los Ministerio de Defensa e Interior son una referencia para el resto de Europa.
Las posibilidades son muchas. Para frenar a un dron, se puede hacer a lo bestia, derribándolo, o de forma más sutil, interceptándolo. La primera opción se conoce como “hard kill”, y se basa en atacar al dron, ya sea destruyéndolo con algún tipo de arma o cazándolo con otro dron, aves adiestradas u otros tipos de sistemas. El problema de este sistema es que un dron destruido puede caer en una zona habitada o las armas utilizadas para hacerlo causar daños colaterales. Es decir, este sistema no debería utilizarse donde viva gente. Para eso está lo que se conoce como “soft kill”, que se basa en el uso de energía para interferir o inutilizar la amenaza.
Estos sistemas ya son una realidad en España, donde tanto Fuerzas Armadas como Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, cuentan con unidades especializadas en este ámbito.
Las amenazas con drones son algo habitual. Es recurrente ver en prensa noticias sobre la cancelación de vuelos e incluso cierres de aeropuertos debido a la aparición de drones en sus instalaciones. Como ejemplo, cabe recordar el cierre del Aeropuerto Madrid-Barajas durante una hora y media en febrero del año pasado, lo que provocó retrasos en las salidas y al menos 22 desvíos a otros aeropuertos nacionales para poder realizar los aterrizajes. Esta misma situación se ha repetido en otras ciudades a nivel internacional, como en el aeropuerto de Gatwick (Londres) en 2018. Cientos de vuelos que partían tuvieron que cancelarse y otros cientos que aterrizaban tuvieron que ser redirigidos a otros aeropuertos.
Puntos críticos: de aeropuertos a estadios de fútbol
Los aeropuertos son puntos críticos, pero no son los únicos. Los eventos multitudinarios, como partidos de fútbol, conciertos, manifestaciones o festivales son muy sensibles a estas amenazas. Un buen ejemplo es lo ocurrido en el estadio San Mamés durante el partido que enfrentaba al Athletic de Bilbao con el Levante. Un dron cayó en medio del césped y el árbitro se vio obligado a parar el partido. De hecho, este suceso llevó a La Liga a firmar un acuerdo con el Ministerio del Interior para evitar problemas en el futuro. Y la solución de Interior ha sido sacar al campo el denominado sistema Siglo-CD.
Esta herramienta está desarrollada bajo la supervisión de la Subdirección General de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad (Sgsics) de la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior. La Unidad de Seguridad y Protección Aérea de la Policía Nacional lo utiliza para identificar infracciones relacionadas con drones, así como proteger infraestructuras críticas. Y funciona, de hecho, gracias a Siglo-CD la Policía pudo identificar a un individuo que sobrevoló con su dron la Puerta del Sol durante las campanadas de fin de año, infringiendo la normativa. Del mismo modo, en marzo de este año se interceptó a otra persona que volaba sin licencia y en zona restringida sobre el Congreso de los Diputados. Y cuidado que los infractores pueden tener un problema serio. La Ley de Seguridad Ciudadana y la Ley de Navegación Aérea recogen propuestas de sanción de hasta 90.000 euros, dependiendo de la gravedad y el riesgo que supongan el vuelo de la aeronave.
En el ámbito urbano, Siglo-CD se ha probado con éxito en Madrid y pronto se extenderá al resto de España. Según indica el inspector del Cuerpo Nacional de Policía, Ángel Siles García, jefe de sección de Seguridad y Protección Aérea de la Unidad de Planificación Estratégica y Coordinación, “el despliegue de Siglo-CD ha facilitado la detección remota, identificación, seguimiento, monitorización de drones que sobrevuelan el casco urbano de Madrid actualmente, sin embargo, se planifica que esta red se extienda por todo el territorio nacional”.
España, a la cabeza en desarrollo de sistemas antidrón
Las opciones tecnológicas en España para frenar un ataque de drones son varias, casi tantas como empresas desarrolladoras. 16 de estas compañías participaron en septiembre el año pasado en un programa de evaluación de la Subdirección General de Sistemas de Información y Comunicaciones (Sgsics) de la Secretaría de Estado de Seguridad. Las pruebas, realizadas en el Aeropuerto de Avilés (Asturias) se consideran un referente a nivel europeo en materia de C-UAS. En ellas, estaban representados los Ministerios de Defensa y Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, además de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), Enaire y su filial Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), la Policía Nacional y otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad como la Guardia Civil, Mossos d’Esquadra y Ertzaintza.
Este proyecto ha sido una referencia en Europa hasta el punto de que otros países ya se han puesto en contacto con España para pedir los resultados de las pruebas realizadas. Entre los sistemas antidrón puestos a prueba alguno ya está operativo en España. Un buen ejemplo es el Sendes, desarrollado por ASDT Systems Europe. La firma, con sede en Barcelona, presentó una solución antidrón que consta de un sistema de radiofrecuencia para inhibición y detección.
La Policía Nacional ya dispone de una de estas herramientas en su sección de Seguridad y Protección Aérea, para neutralizar los vuelos ilegales, y el Ministerio de Defensa también, en su caso para la protección de las bases militares en zona de operaciones.
Otra de las propuestas que ha destacado en las pruebas realizadas y que ya está integrada en las Fuerzas Armadas españolas es el ARMS de Indra. Este sistema es capaz de detectar, rastrear, identificar y neutralizar las amenazas generadas por un dron. ARMS puede detectar aeronaves a muy largas distancias, de tal forma que el peligro puede ser neutralizado. El sistema dispone de un radar y cámaras infrarrojas, así como de unas contramedidas avanzadas. Según la compañía, el sistema puede neutralizar un dron o lanzar contramedidas o blindar un aeropuerto ante ataques premeditados. La inteligencia artificial permite también al sistema localizar al piloto.
El Eagleshield de Thales también es una solución a tener en cuenta. El sistema puede detectar aeronaves de tamaño medio y pequeño a grandes distancias para después tomar el control remoto del dron. El Falcon Eye, de SDLE, ha sido desarrollado para su policial y militar y, entre otras características, permite detectar también enjambres de drones.
Soluciones las hay de todo tipo, las empresas españolas System Drone y Embetion, por ejemplo, se unieron para desarrollar conjuntamente un dron cautivo, algo así como un dron antidrones, capaz de establecer un perímetro de seguridad antidrones de aproximadamente dos kilómetros.
El sector está inmerso en una carrera de altos vuelos. Los drones evolucionan a velocidades de vértigo y los antidrones tienen, por definición, que ir en cabeza. La meta está en atajar cualquier amenaza antes de que se produzca. Aquí no vale parar en boxes.
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