Brahim Ghali

El juez rechaza que el líder del Frente Polisario lleve una pulsera para que no huya

La Audiencia Nacional gestiona ya con los juzgados de Logroño que Brahim Ghali declare por videoconferencia el próximo martes si aún no le han dado el alta hospitalaria

Hospital de San Pedro, en Logroño, donde está ingresado desde hace más de un mes el líder del Frente Polisario Brahim Ghali
Hospital de San Pedro, en Logroño, donde está ingresado desde hace más de un mes el líder del Frente Polisario Brahim GhaliVINCENT WESTREUTERS

La Audiencia Nacional no ve necesario colocar Brahim Ghali una pulsera telemática para evitar una posible fuga del líder del Frente Polisario y garantizar así su declaración ante el juez Santiago Pedraz del próximo martes. Según han confirmado a LA RAZÓN fuentes jurídicas, el magistrado ha rechazado en una providencia la petición que efectuaron varias víctimas que ejercen la acusación particular y la Asociación Saharaui para los Derechos Humanos (Asadedh) alarmadas por las informaciones provenientes de medios saharauis sobre un inminente regreso de Ghali a Argelia para sortear así la citación judicial.

Pero según esas mismas fuentes, el instructor considera que esas informaciones periodísticas no justifican la aplicación de la medida, pues las circunstancias que le llevaron hace unos días a negarse a acordar la prisión del líder polisario –ingresado en un hospital de Logroño convaleciente del Covid desde el pasado 18 de abril– «no han cambiado». Con el apoyo de la Fiscalía, Pedraz sigue manteniendo que no hay peligro de fuga pues Ghali está localizable y no ha intentado huir desde que se encuentra en España.

La fecha de la declaración, de hecho, se mantiene –alguna de las acusaciones llegó a pedir que se adelantara en caso de que el dirigente del Frente Polisario abandonara el hospital de San Pedro antes del 1 de junio– y el magistrado está dispuesto a llevar a cabo la comparecencia incluso de forma telemática.

El juez y las acusaciones, en la Audiencia

Las fuentes consultadas apuntan a que Pedraz ya ha puesto en marcha los trámites necesarios con los juzgados de Logroño –a través del correspondiente exhorto– para que, si Ghali continúa ingresado en el hospital el próximo martes, la declaración se pueda llevar a cabo por videoconferencia desde el centro hospitalario.

En ese caso, el líder Polisario –que será interrogado en relación a sendas querellas por delitos de lesa humanidad, genocidio y torturas, entre otros delitos– estaría acompañado por su abogado, mientras que en la Audiencia Nacional estarían tanto el instructor como el fiscal y las acusaciones. Eso sí, en el tribunal dejan claro que si Ghali se encuentra en condiciones físicas de desplazarse el interrogatorio «será presencial», como estaba previsto en un principio.

Pero el magistrado no solo ha rechazado autorizar el control telemático de Ghali, sino que ha vuelto a negarse a retirarle el pasaporte –incluso el que utilizó con identidad falsa para entrar en nuestro país a nombre de Mohamed Benbatouche– y a establecer un control policial in situ ante lo que los querellantes consideran un «elevado riesgo» de fuga.

Dos querellas por genocidio y lesa humanidad

En todo caso, si Ghali optara por huir para esquivar su declaración judicial, la intención de Pedraz es acordar su busca y captura internacional, lo que limitaría los movimientos del líder del Polisario.

Asadedh y tres particulares se querellaron en 2007 contra Ghali por genocidio al responsabilizarle de las supuestas torturas infligidas por el Frene Polisario a prisioneros de guerra y ciudadanos saharauis, especialmente de origen español, en Tinduf (Argelia) . Dos de esas víctimas señalan directamente al líder polisario como uno de los «torturadores».

Además, Ghali debe hacer frente a otra querella, por delito de lesa humanidad –reabierta por Pedraz el pasado enero– interpuesta por el saharaui de origen español Fadel Breica, que denuncia que en 2019, tras ser detenido por efectivos militares del Frente Polisario, sufrió en los campos de Tinduf «golpes y descargas eléctricas» durante meses hasta que fue liberado el 10 de noviembre de ese año. Su delito –denuncia– fue haber organizado protestas contra los dirigentes polisarios.