Manifestación

Bildu agita el antifascismo en su alarde independentista

Otegi arenga a los abertzales para lograr un «bloque histórico» con «el estatus» que necesita para una nación «soberana»

Ha pasado la época de resistir, en la que hemos demostrado en el pasado que lo podemos hacer, y ha llegado la hora de construir. Estas palabras, pronunciadas por Arnaldo Otegi al final de la manifestación independentista celebrada por EH Bildu en Bilbao marcan la estrategia hacia la secesión. No se ha aclarado si en el concepto «resistir» se incluía la actividad de ETA, pero los objetivos han quedado claros.

Alarde independentista en Bilbao bajo el lema «Lortu Arte» («Hasta que lo consigas») y protagonizado por Arnaldo Otegi, que estuvo secundado por formaciones del mismo tipo como ERC, el BNG y la CUP, así como por otras procedentes de Baleares y Asturias. Los gritos a favor de la independencia y para que los presos etarras sean traslados al País Vasco fueron constantes.

La marcha se inició a las 17:30 horas desde la plaza de La Casilla hasta finalizar en el Ayuntamiento. Se saldó con el mensaje claro de Otegi llamando a conformar un «bloque histórico» para lograr «el estatus que este país necesita», «más allá de las siglas», con un «liderazgo renovado» que impulse una «nación soberana». No faltaron referencias a la efeméride que acontecía ayer –el 20-N–. Para Otegi, «sacar a Franco del Valle de los Caídos es fácil, lo difícil es expulsar a los franquistas de los aparatos del Estado». Esa es «la tarea pendiente» porque «los problemas tienen su origen en esa Transición que dejó todo atado y bien atado y hoy hace aguas», dijo.

Unos 80 autobuses trasladaron a simpatizantes hasta la capital vizcaína. Entre las personas que portaban la pancarta, precedida de una gran Ikurriña y una bandera de Navarra, se encontraba Edurne Brouard, hija del dirigente de HB asesinado por los GAL Santi Brouard; las portavoces de EH Bildu en el Congreso y en el Parlamento navarro, Mertxe Aizpurua y Bakartxo Ruiz; y la portavoz parlamentaria en la Cámara vasca, Maddalen Iriarte, entre otras. Junto a ellos, a la cabeza de la manifestación se encontraban miembros de la mesa política de EhBildu y responsables de ayuntamientos, como el del Galdácano, Azpeitia, Urdiain y el de la Puebla de Arganzón, localidad burgalesa enclavada dentro de la provincia de Álava, cuya anexión, como la de Navarra, reclaman los separatistas.

Arnaldo Otegi arengó a su parroquia, destacando que es un milagro que el pueblo vasco siga en pie después de la supuesta estrategia para hacerlo desaparecer. «El pueblo vasco ha sabido resistir, pero la resistencia no el estado natural de los pueblos, lo es la libertad». Asimismo, aseguró que «tenemos un futuro lleno de dificultades», pero que van a ser superadas como ya han demostrado con la configuración de modelos educativos, cooperativos... «Hay que construir el país», subrayó. Tuvo palabras de recuerdo para los dirigentes abertzales Santi Brouard y Josu Muguruza, que fueron asesinados por grupos extrremistas de signo contrario.

También intervino la representante navarra de la formación secesionista, Garazi Perea, que se dirigió a los dirigentes de UPN para decirle que sí, que es cierto, «queremos decir nuestro futuro, hablar en euskera y traer a los presos a casa». «Queremos repartir la riqueza de una manera justa», aseguró para después felicitarse porque si la presencia de EH Bildu es cada vez mayor en la Comunidad Foral no es gracias a su presidenta, la socialista María Chivite, a la que apoyan, sino porque «hemos sabido conectar con la gente».

La manifestación se produce dentro del ambiente de euforia que se vive en la formación que dirige Otegi, que se ha convertido en socio imprescindible del Gobierno en Madrid; y el de Chivite, en Navarra. A esos apoyos le han sacado una gran rentabilidad, en especial en el asunto de los presos cuyo acercamiento a cárceles próximas continúa hasta el punto de haber conseguido que ningún recluso continúe en la actualidad al sur de Madrid.

Asimismo, la convocatoria es una demostración de fuerza ante el PNV, su rival directo dentro del independentismo vasco, al que, gracias a los citados pactos, han restado gran parte del protagonismo que tuvieron en el pasado a la hora de ser los “socios imprescindibles” del partido que en cada momento gobernara en Madrid. La marcha ha transcurrido sin incidentes dentro de la imagen que trata de transmitir EhBildu, como auténtica alternativa a los nacionalistas del PNV. Atrás quedaron los incidentes que en otras épocas acaecían al final de manifestaciones de este tipo.