Olimpiadas

Cataluña rompe la unidad en la candidatura de los Juegos Olímpicos de 2030

La Generalitat acusa al presidente aragonés, Javier Lambán, de romper el consenso

Tres ciudades han mostrado su interés ante el COI para los Juegos de Invierno en 2030: Sapporo, Salt Lake City y Barcelona
Tres ciudades han mostrado su interés ante el COI para los Juegos de Invierno en 2030: Sapporo, Salt Lake City y BarcelonaMorry GashAgencia AP

Las cuestiones técnicas de los Juegos de Invierno 2030 iban viento en popa. La delegación de Aragón había aceptado el reparto de las pruebas que había propuesto Cataluña en los diferentes escenarios que se habían escogido para presentar la candidatura al Comité Olímpico Internacional. Ambos presidentes se citaron en Balaguer para rubricar el acuerdo y lanzar un mensaje de unidad. La cita estaba fijada para este pasado viernes. No se produjo. La Generalitat acusa al presidente Javier Lambán de dar plantón al presidente Aragonés. La realidad es bien diferente. Pere Aragonés rompió las hostilidades 48 horas antes, rompió el consenso y dejó en zona de riesgo la candidatura de unas olimpiadas que el territorio afectado espera como agua de mayo “como una oportunidad capital para invertir y dinamizar la zona”, como rezaba el manifiesto que firmaron hace unos meses y ratificó esta semana la Asociación Española de Municipios de Montaña que dieron su respaldo a unos juegos “sostenibles”.

El miércoles la consellera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, se reunió con el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, y le comunicó la predisposición de Cataluña “para liderar una candidatura para los Juegos de Invierno”. En Zaragoza no daban crédito a esta ruptura de consenso que se sustentaba en una posición de igualdad de ambas comunidades. Los sectores más radicales del independentismo aprovecharon el malestar de Aragón para insistir en el liderazgo de Cataluña. El diputado de Junts per Catalunya, Joan Canadell, menospreció a Aragón con este tuit: “Más fácil nos lo pone... si Aragón quiere unos juegos, que presente una candidatura sola, o con Madrid. Nosotros a la nuestra y que gane el mejor”.

Sin embargo, esta es la primera gran mentira. “La candidatura no es de Cataluña ni de Aragón es del Comité Olímpico Español que la presentará al COI, y para la que se requiere consenso institucional”, comentan desde los sectores que han impulsado esta candidatura como la patronal Foment del Treball o la Unión de Federaciones Deportivas Catalanas.

El jueves, en el Parlament, el presidente de la Generalitat lanzó su propuesta de consulta en el territorio para decir sí o no a los Juegos. La sorpresa en Aragón y en el territorio fue mayúscula, el malestar en el COE evidente y el COI, que mantiene silencio, no oculta su decepción. La Síndica de Arán, Maria Vergès, que encabezó el manifiesto de apoyo en su día, no tuvo pelos en la lengua y contestó a Aragonés: “Estoy en contra de la consulta porque gobernar es tomar decisiones. Estoy a favor de un proceso participativo del territorio para definir qué es lo que queremos y qué es lo que necesitamos. No queremos cualquier cosa, pero los Juegos son una oportunidad, sino que me expliquen cual es el plan B. De momento, en los presupuestos de 2022 vemos que no hay plan”.

Aragonés con la convocatoria consulta -invadiendo las competencias del Valle de Arán, que tiene una Carta de naturaleza propia- pretende satisfacer los intereses de sus socios, Comunes y CUP, que se han mostrado en contra de los Juegos porque son “un atentado al medio ambiente porque no son sostenibles”. La mano derecha de Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, lo dejó claro en el pleno municipal con un argumento esotérico “en 2030 no nevará en el Pirineo”. Ambos grupos políticos apenas tienen representación institucional en las comarcas del Pirineo.

Las fuentes consultadas en los pueblos del Pirineo no dudan en denunciar que “la oposición no parte del territorio, parte de los urbanitas que vienen vestidos de ecologistas los fines de semana. Les importamos muy poco. Ellos vienen aquí a ver como hacemos la mermelada. Somos algo más y tenemos derecho a ser algo más”. La Síndica de Arán es más comedida “quedarnos sin Juegos es quedarnos sin las inversiones que necesitamos porque no queremos ser ni ciudadanos de segunda ni ser solo un lugar dónde ir el fin de semana. Barcelona no se juega nada, el Pirineo se lo juega todo”. La inversión prevista es de 1300 millones que conllevarían inversiones en infraestructuras de comunicaciones, físicas y tecnológicas, la renovación sostenible de la industria de la nieve y la configuración de un nuevo modelo económico y social para estas comarcas “el problema es que la Generalitat no tiene ni plan B ni modelo territorial”, dice Maria Vergès que no duda en resumir la situación de forma contundente “nos quieren como ciudadanos de segunda”.

Ante este escenario, el presidente de Aragón aplazó el conclave de Balaguer para evitar la ruptura. Ahora se intentará coser de nuevo el consenso lo que parece complicado porque Aragonés ha dilatado en el tiempo la solución con la convocatoria de consulta y ha menospreciado el papel de Aragón dando a entender que estas olimpiadas con catalanas, o en palabras de Joan Canadell, expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y muy vinculado a Carles Puigdemont, “en 2030 seremos independientes, tanto cuesta de entender”.

La tensión política también se ha desatado en Cataluña. En el pleno municipal, el líder del PSC y socio de Gobierno de Colau, se posicionó claramente en contra de la alcaldesa y del presidente de la Generalitat “no renunció a la ampliación del aeropuerto, ni al Hermitage, ni a los Juegos Olímpicos”, dijo en el pleno. Sin la ampliación del aeropuerto, Cataluña perdió una inversión de 1.700 millones, el museo Hermitage ha retirado su proyecto en Barcelona por las trabas del consistorio y ahora están en juego 1300 millones. El PSC ha tomado posición y habrá que ver si tiene consecuencias en el gobierno municipal.

En los próximos días, el COE intentará recoser la situación junto con Aragón esperando que el COI no desconfíe de una candidatura conjunta y consensuada que debe hacerse en plano de igualdad porque “el Pirineo no es de nadie, es de todos”, sentencia Vergès.