En el Senado
Albares se apoya en Zapatero para defender el giro en el Sáhara
Repite que la postura de España es la de las resoluciones de la ONU y la de Alemania o Francia
El Senado fue ayer la antesala de lo que le espera al Gobierno en la Cámara Baja donde todos los partidos al unísono pedirán explicaciones sobre el giro de 180 grados respecto a la cuestión del Sáhara. Si se cumple el guión, el Ejecutivo cerrará filas y mantendrá el discurso que lleva días pronunciando: no hay ningún cambio en la posición sobre el Sáhara Occidental. En su argumentario repiten que ya José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 y posteriormente, el popular Mariano Rajoy en 2012 y 2015 secundaron el plan de autonomía para excolonia española. Sin embargo, en el programa electoral de 2016, con Rajoy al frente, se apostó por la libre determinación del pueblo saharaui mientras que en 2019 con Pablo Casado se obviaron las menciones al Sáhara o al pueblo saharaui.
Tres veces fue interpelado por el giro anunciado el pasado viernes en la carta que filtró Rabat en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calificaba el plan marroquí como «la base más seria creíble y realista para la resolución del contencioso» y hasta seis veces, el jefe de la diplomacia española justificó la postura de España que –dice– está en sintonía con las resoluciones de la ONU. «La posición de España está con Naciones Unidas, con la carta de Naciones Unidas, con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, incluida la última, la 26.02, y en el apoyo al enviado especial para el Sáhara Occidental del secretario general de Naciones Unidas», el diplomático italiano Staffan de Mistura, repitió una y otra vez Albares, ante las duras críticas de senadores de distinto color, desde aliados habituales de la coalición como ERC o PNV así como el Partido Popular.
Albares hizo hincapié en la buena relación que mantiene con Mistura con el que se ha reunido hasta en cuatro veces desde su nombramiento y quien, según reitera desde hace ya varios días en cada comparecencia pública, se desplaza en un avión de las Fuerzas Armadas del estado español. En su discurso aludió ala cooperación en la lucha contra el terrorismo y los flujos migratorios como dos factores clave en la relación con el reino alauita. En este punto, citó como ejemplo a Alemania y Francia, dos países con la misma postura que ahora mantiene España que –según el ministro–se enmarca en la legalidad internacional.
La ausencia de explicaciones cabreó a sus señorías que exigieron más detalles sobre el acuerdo. La portavoz del PP, Pilar Rojo y la senadora del PNV Estefanía Beltrán de Heredia reprocharon al ministro que el Gobierno haya tomado una decisión tan «drástica» como esta de espaldas al Parlamento, a los partidos y a su propio Gobierno: «Ha ninguneado a todos los españoles», le espetó la popular. Además le reprocharon que el cambio de postura se conozca gracias a una filtración de Marruecos, que desvelaba una carta del presidente Pedro Sánchez al rey de Marruecos, en la que le «entregaba la soberanía del Sáhara Occidental» en lo que Beltrán de Heredia consideró «un gran triunfo político de Marruecos».
Además de querer conocer la carta completa de Sánchez, Rojo quiso saber «a qué obliga el acuerdo, cuáles son las contrapartidas, qué garantías han tomado para que se cumpla y quién va a ser el garante de esos acuerdos». No obtuvo respuesta alguna.
El titular de Exteriores dará hoy explicaciones en Comisión de Exteriores en el Congreso de los Diputados y quizá será cuándo explique los motivos que han llevado al Ejecutivo a romper con 50 años de neutralidad en la cuestión del Sáhara. Sobre la mesa están cuestiones como la energía, la lucha contra la inmigración ilegal, los acuerdos de pesca o las tensiones con su socio. De hecho, también tendrá que aclarar una de las principales incógnitas: si fue o no informado de este giro Argelia, acérrimo enemigo de Marruecos.
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