PP
Feijóo saca las pensiones del debate de la inflación
No hará ninguna propuesta: es un tema que no debe salir del Pacto de Toledo. Insta por carta a Sánchez a «trabajar juntos» por los españoles
La propuesta del PP para rebajar el coste de la inflación «no incluye ni incluirá» ninguna medida que afecte a las pensiones ni que tampoco suponga recorte del gasto social en los pilares básicos del Estado del Bienestar. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, considera que las pensiones son un tema que no debe sacarse del Pacto de Toledo ni someterse a confrontación política. El documento que Génova hizo llegar ayer a Moncloa terminó de redactarse en la madrugada del viernes y «se ha intentado hacer lo más limpio posible» para facilitar un acuerdo con el Gobierno, que creemos que es «bueno» para España. El trabajo ha recaído en su grueso sobre la espalda del nuevo responsable de Economía del partido, el consejero andaluz Juan Bravo.
Ni el PP ni el comité de expertos del partido están trabajando en una iniciativa para desligar las pensiones más altas del IPC: no es un debate que esté encima de la mesa ni que vinculen con su apuesta por implementar actuaciones para garantizar la sostenibilidad del sistema público. Aunque el PSOE se haya apresurado a agarrarse a esta «liebre» para desprestigiar la propuesta de bajada de impuestos de los populares.
Las pensiones son un tema extremadamente sensible porque todos los partidos se manejan en él siendo conscientes de la bolsa de voto que está en juego. Por lo tanto, salvo necesidades extremas, que vengan condicionadas por imposiciones europeas, meter la tijera en las retribuciones a los pensionistas es una medida que puede costar Gobiernos, y esto no pasa por alto en la fontanería de ningún partido.
La oferta de acuerdo que Génova remitió ayer a Moncloa, Plan en defensa de las familias y la economía de España, fue acompañada de una carta de Feijóo en la que defiende que todas sus medidas pueden sostenerse presupuestariamente a través del incremento de recaudación que la inflación está provocando en las arcas públicas. También precisa al presidente del Gobierno que no es un documento exclusivo del PP porque ha sido elaborado con la participación de «decenas de personas de la sociedad civil. «Desde este momento entiendo que no pertenece a la formación política que represento sino al conjunto de los españoles y, por tanto, al actual Gobierno central para aplicarlo». «Como siempre te he comentado, mi forma de entender la política es de entendimiento y, en mi opinión, ningún otro asunto es más urgente en este momento que trabajar juntos para fortalecer el presente y el futuro económico de los españoles. Todo mi equipo queda a disposición para cualquier aspecto que sea necesario comentar o aclarar».
Feijóo hace un canto expreso al pacto de Estado económico justo en este momento, con independencia incluso del ciclo electoral. «No es frecuente que el Ejecutivo y la alternativa de Gobierno trabajen juntos en asuntos tan relevantes como éstos, pero mi voluntad es cambiar esa política y sustituirla por otra que lo considere normal y habitual».
El documento del PP tiene tres ejes: una rebaja de impuestos de carácter temporal por valor de entre 7.500 y 10.000 millones, un ajuste del gasto burocrático y político y la utilización de 4.000 millones de los fondos europeos para articular incentivos fiscales, ya sea como ayudas a las empresas en sociedades o como una rebaja en el IRPF. En total, alrededor de 15.000 millones, si bien la parte de los fondos europeos se financiaría con recursos comunitarios. En la memoria económica, el PP detalla que el Gobierno espera recaudar este año unos 9.000 millones más. En los dos primeros meses del año las estadísticas de la Agencia Tributaria indican que los ingresos tributarios ya están aumentando en unos 7.500 millones. Y la Autoridad Fiscal prevé que se ingresen unos 18.000 millones más, gracias a la inflación.
La respuesta del Gobierno es que la bajada de impuestos daña los servicios públicos. El desfase de las cuentas públicas podría superar el 4 por ciento del PIB, según el Banco de España. Y esto es el equivalente a la mitad de lo que se recauda por IRPF y hace muy difícil mantener en el tiempo bajadas significativas de impuestos. El PP contraargumenta que su propuesa es temporal y no afecta al gasto público en educación, sanidad o pensiones.
La bajada del IRPF que propone el PP se aplicaría de tres formas. La entrega de entre 200 y 300 euros al año a cada familia que ingresa menos de 14.000 euros al año, como se hace con las madres trabajadoras, familias numerosas y discapacitados. Para las rentas de hasta 22.000 euros, el PP propone crear un nuevo mínimo adicional de 50 euros al año para estos ingresos. El mínimo es la cantidad que queda sin tributar porque se necesita para sufragar gastos personales. Y, por último, la tercera vía pasa por deflactar la tarifa del IRPF, lo que supone actualizar los tramos con la inflación hasta el tercero, que ahora mismo comprende entre los 20.200 y los 35.200 euros.
Todas las medidas se harían efetivas con efecto retroactivo al 1 de enero y se aplicarían en las retenciones para que se noten cuanto antes en los bolsillos de los ciudadanos.
El PP también plantea bajar el IVA de la electricidad al 4 por ciento o al 5 por ciento porque, según justifica, la Comisión Europea ha publicado una directiva en la que plantea que en ciertos productos se puede rebajar el gravamen hasta el 5 por ciento o por debajo de ese nivel. La directiva aún no ha sido aprobada. El Gobierno ya lo ha rebajado al 10 por ciento.
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