Sangenjo
Don Juan Carlos, día 3: saludos sin más declaraciones
Los partidos de izquierda elevan sus críticas a la Monarquía en plena visita
Don Juan Carlos pasó ayer su tercer día en la villa pontevedresa de Sangenjo. Pocas novedades relacionadas con su visita. Volvió a pasar la noche en casa de su gran amigo Pedro Campos, que ejerce de anfitrión durante su estancia y se dejó ver en el Club Náutico. Salió a navegar a pesar de que las condiciones meteorológicas fueron adversas –lo que obligó a cancelar la prueba– y alrededor de las seis de la tarde se recogió y se fue a Pontevedra a ver el partido de balonmano en el que jugaba su nieto, Pablo Urdangarín. La expectación sigue siendo máxima y todos los pasos del padre de Felipe VI se retransmiten en directo. Alrededor de 200 medios de comunicación están acreditados y se informa de cada uno de sus movimientos así como de las pocas palabras que pronuncia. Si en un inicio se especuló con que podría dirigirse a la Prensa para ofrecer alguna valoración o explicación sobre su regreso o su salida de España, finalmente, se está limitando a agradecer el caluroso recibiento de los vecinos de Sangenjo.
Estoy «muy contento»; hace «muy buen tiempo»; ha sido «una buena regata»; «muchas gracias»: «no lluev»... son las únicas palabras que, hasta el momento, ha pronunciado el padre del Jefe del Estado.
Era cristalino que la primera visita de Don Juan Carlos a España tras casi dos años residiendo en Abu Dabi despertaría gran expectación. A principios del mes marzo la Fiscalía puso fin a las tres diligencias de investigación que cercaban a Don Juan Carlos desde hace algo más de tres años por razón de su patrimonio. Fue entonces cuando envió una carta a su hijo en la que afirmaba que su deseo era fijar su residencia en Abu Dabi y, eventualmente, visitar su país. Desde entonces surgieron en numerosas ocasiones rumores sobre su posible vuelta con especial foco en Sanxenxo, localidad en la que se siente querido y puede disfrutar de una de sus pasiones: la vela.
En líneas generales está recibiendo un gran apoyo social, no obstante, algunas formaciones republicanas están criticando su regreso y reclaman explicaciones. Varias decenas de personas se concentraron ayer en Sangenjo – convocados por el BNG y su organización juvenil, Galiza Nova– para mostrar su oposición a la presencia del exjefe del Estado y contra el régimen del 78. Por su parte, el diputado de Compromís, Joan Baldoví, insistió en que Juan Carlos I «debe dar explicaciones» puesto que, a su juicio, «tiene más cara que espalda», y expresó que siente «vergüenza y pena» de que la gente «aplauda a una persona que les ha estafado». Desde el Gobierno, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, aseguró que «convendría que una persona que ha defraudado la confianza de muchísima gente, y por su especial responsabilidad, diera explicaciones. Sería lo normal».
No en vano, la petición de explicaciones es el «leit motiv» de los críticos con Don Juan Carlos que le reclaman una declaración en la que justifique su salida de España hace dos años. De hecho, la figura del Rey Juan Carlos, que durante años contó con el consenso de todo el arco parlamentario, se ha convertido en la última etapa en la controversia para intentar desestabilizar la Institución.
En medio de este terremoto mediático y político se encuentra el actual jefe del Estado, Felipe VI, que no llegó al trono en circunstancias ideales pero que desde el primer minuto que asumió la Corona lo hizo bajo las exigencias de las democracias del Siglo XXI, impulsando la transparencia y rendición de cuentas.
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