El análisis

Las incógnitas que quedan

Evolución del voto de Podemos
Evolución del voto de PodemosMiguel Roselló

Podemos en 2015, y posteriormente Unidas Podemos en 2016, nacen de forma oportunista ante el colapso electoral del PSOE por la gestión de la crisis por parte de Zapatero, y por otra el experimento del populismo de izquierdas que atrae a jóvenes desencantados por las medidas adoptadas por Rajoy para hacer frente a la crisis que arrastraba el país desde 2008 y que se había enquistado ante la inacción del gobierno de Zapatero y que debe el Partido Popular solucionar.

Como toda acción tiene su reacción, no tardaría en irrumpir en el Congreso de los Diputados, solo tres años después, la respuesta desde el otro lado ideológico, Vox.

La suma por separado de Podemos e Izquierda Unida alcanza el 20, 6 por ciento de los votos en 2015, y la coalición Unidas Podemos el 21,1% en 2016. Mientras que los socialistas bajan al 22,0% y 22,7%, respectivamente. La izquierda se divide en dos bloques muy igualados. Pero en las elecciones generales de 2019, se produce un serio reajuste que deja a Unidas Podemos en el 14,3% de los votos en abril y en el 12,9% en noviembre. Mientras que los socialistas recuperan terreno ante Unidas Podemos, con el 28,7% en abril y el 28,0% en noviembre. Entre junio de 2016 y noviembre de 2019 Unidas Podemos ha perdido 8,2 puntos, mientras que el PSOE ha ganado 5,3 puntos. En 2016 el PSOE superó a los morados en tan solo 1,6 puntos, en noviembre de 2019 el PSOE sacó una ventaja de 15,1 puntos a los morados, doblándoles en porcentaje de voto. La encuesta de NC Report para LA RAZÓN del pasado mes de diciembre dejaba a Unidas Podemos en el 9,9% de los votos. Su peor resultado desde su aparición.

Una de las incógnitas a despejar en las próximas semanas o meses, con unas elecciones generales para el 3 de diciembre, es qué pasará con Unidas Podemos. Hay tres escenarios: Que el PSOE apueste por concurrir con la vicepresidenta Yolanda Díaz en las generales. Lo que significaría la voladura de la coalición Unidas Podemos. Esta opción, poco probable, dividiría el voto de la izquierda a la izquierda del PSOE. Habría que ver cómo queda el «reparto» de votantes entre Podemos y la coalición PSOE-Díaz. Imaginemos que la mitad de los actuales votantes de Unidas Podemos optasen por los morados y la otra mitad siguiera a Díaz, podemos calcular que Podemos contaría con 1,2 millones de votos y Díaz con otros 1,2 millones. En escaños sería tan solo 6 para cada uno.

Si por el contrario mantuvieran la coalición, con la actual expectativa de 2,4 millones de votos para Unidas Podemos, obtendrían 26 escaños. La ley d´Hondt es la responsable. ¿Dónde irían los 14 escaños que se perderían por ir separados?; 5/6 al PSOE, 7/8 al PP y 0/1 a Vox. Con esta jugada el PSOE dejaría reducido a los morados a una fuerza insignificante electoralmente y muy minoritaria en el Congreso.

El PSOE podría salvar a Díaz del naufragio aceptándola en sus candidaturas, en una especie de coalición. Si Díaz sumara al PSOE los 1,2 millones de votos de su parte de Unidas Podemos, el PSOE podría llegar a los siete millones de votos, lo que le permitiría optar de nuevo a los 120 escaños que obtuvo en 2019. Afectando a la suma de diputados que obtendría PP y Vox, que de la actual expectativa de 185 escaños podría reducirse a 175. Peligrando la mayoría absoluta de las derechas. Otra vez la Ley d´Hondt