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42 Días, 12 horas, 42 minutos...

Una vez estampada su firma en el decreto que convoca la consulta del 9N, Artur Mas ha sido aclamado por cientos de personas en la puerta de la Generalitat, que le han vitoreado por haber convocado la consulta soberanista a la vez que le dejaban claro que no quieren dar marcha atrás. Una declaración de intenciones plasmada en el marcador electrónico, al estilo de los estadios deportivos, que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha situado en el balcón de uno de los edificios contiguos a la sede del Govern.

"Ara és l'hora (Ahora es la hora). 42 días. 12 horas. 42 minutos. 30 segundos", señalaba en sus primeros instantes el panel digital, convertido hoy en un reloj de arena de los tiempos modernos con la consulta del 9 de noviembre como horizonte final.

Al otro extremo de la plaza, junto al Ayuntamiento de Barcelona, una urna gigante -con sobre incluido- se unía al despliegue simbólico en favor de una consulta que ya tiene la firma de Mas, convertido así en el primer presidente de la historia de Cataluña en llamar a los ciudadanos a votar sobre la independencia.

El 129º presidente de la Generalitat, con traje azul y corbata del mismo color a rayas y que ha dormido la pasada noche en la Casa dels Canonges, ha salido tras su discurso institucional para saludar a las personas concentradas, aunque sólo ha podido avanzar unos pocos metros más allá de las robustas puertas de la Generalitat.

Flanqueado por Oriol Junqueras (ERC) -que inusualmente hoy llevaba corbata- y la presidenta del Parlment, Núria De Gispert, además de todos los consellers del Govern y dirigentes de CiU y ERC, Mas ha sido recibido con cánticos de "president"e "independencia".

"Estoy preparado", ha dicho Mas a preguntas de Efe antes de regresar al edificio. "Con mucha energía, fuerza, determinación y lo que dice mi lema: cabeza fría, corazón caliente, puño firme y pies en el suelo", una última frase que ha expresado dando al mismo tiempo un golpe en el suelo con la planta de su pie.

Un 'leitmotiv' que el president tiene grabado en su mente, pues es la inscripción que aparece en el timón que tiene colgado en su despacho y que le regaló su padre. Con las velas de la consulta ya desplegadas, se avecina fuerte marejada ante la próxima suspensión del decreto, cuando el Gobierno lo impugne ante el Constitucional.

Un escenario que no parecía preocupar a los cientos de personas congregadas. "¡No aflojéis!", cantaba un animado grupo situado cerca de la puerta de la Generalitat, donde desde una hora y media antes de la firma del decreto ya se iba agolpando numerosos catalanes.

Hay detalles que describen una mañana rebosante de símbolos. Como la pluma con la Senyera grabada con la que Mas ha firmado el decreto, de la marca catalana Inoxcrom. O la imagen de algunos consellers fotografiando con sus móviles el documento del decreto ya con la rúbrica de Mas. O las dos veces que en la plaza se ha cantado 'Els Segadors' con solemnidad.

La primera vez que se ha escuchado el himno catalán ha sido justo cuando, pasadas las 10.30 horas, se ha publicado la ley de consultas, que pretende ser el paraguas legal del 9N; la segunda, media hora después, cuando Mas había concluido su discurso en el interior del Palau de la Generalitat.

"¡Que salga al balcón!", han coreado los manifestantes, y para algunos habrá flotado la imagen de aquel abril de 1931 en el que el dirigente de ERC, Lluís Companys, proclamaba la República desde el balcón del Ayuntamiento y, poco después, Francesc Macià respondía proclamando el Estado Catalán dentro la Federación de Repúblicas Ibéricas, ante cientos de personas en aquella misma plaza.

Casi un siglo más tarde, el instante sorprendía a los grupos de turistas que trataban de capturar el momento con sus 'smartphones', mientras un par de visitantes japonesas se unían con efusividad a los gritos de un simpatizante de la ANC, entidad que ha situado dos carpas en la plaza para recabar apoyos.

Entre los sentimientos desbordados no ha tardado en abrirse paso el negocio, con puestos improvisados de venta de 'merchandising' independentista. Y en un tiempo cuyas páginas se escriben a ritmo de Twitter, los 'selfies' ganaban terreno por goleada.

Y un grito que ha ido imponiéndose paulatinamente a otro. El "Queremos votar"inicial ha dado paso poco a poco a un decidido "Votaremos"que se ha ido generalizando entre aquellos para los que la cuenta atrás del 9N ya no tiene vuelta atrás posible.