Tras la baja de Steegmann
El "ala dura" de Vox espera "cobrarse" la marcha de Rocío Monasterio
El partido que lidera Abascal quiso apartarla tras las elecciones del 28M al considerar que "lastraba" la marca
La marcha del que fuera portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, hacía presagiar un cisma en el partido que lidera Santiago Abascal, que va sumando nuevas fugas y que evoca al hundimiento de Cs. «Habrá más bajas», auguraba un exmiembro de Vox. Y así ha sido.
Tras la renuncia de Espinosa de los Monteros, el Congreso recuperaba a un diputado muy conocido por sus lecciones sobre el uso de la mascarilla o la defensa de las vacunas durante la pandemia: Juan Luis Steegmann. Sin embargo, tampoco se sentará en la bancada de los de Abascal. Considerado afín al ya exportavoz de Vox, a quien profesaba una «profunda admiración», trasladó ayer al partido que para él había sido «muy triste» la renuncia de Espinosa de los Monteros y, por tanto, declinaba recoger el acta de diputado, según confirmaron fuentes de Vox. «Son otros los que deben estar» en esta nueva etapa en la Cámara Baja, apuntó. Y es que Steegmann, antes que tener de jefe en el grupo parlamentario a otro que no fuera Espinosa de los Monteros, ha preferido marcharse.
Vox obtuvo cinco escaños en la circunscripción de Madrid en las elecciones del 23J, con una candidatura en la que Juan Luis Steegmann, que también deja su puesto de vocal en la dirección nacional de la formación política, ocupaba el sexto lugar.
La renuncia de Iván Espinosa de los Monteros a su escaño, y ahora la de Steegmann, podría suponer la vuelta al Congreso de Carla Toscano, número 7 en la candidatura por Madrid. En la última legislatura, Toscano protagonizó una de las grandes polémicas cuando dijo de la ministra de Igualdad, Irene Montero, que su único mérito era «haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias», su pareja y fundador de Podemos.
¿Otra baja del "ala liberal"?
Steegmann era conocido como el «médico de Vox». Durante su etapa estudiantil, simpatizó con el marxismo, ideología que, según él, abandonó tras visitar la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sus posturas políticas evolucionaron hacia la socialdemocracia, hasta el punto de que llegó a militar en el PSOE hasta el año 2004. Años más tarde, conoció a Santiago Abascal y este le pidió que diera el salto a la política, tarea a la que ayer renunció.
Detrás de la decisión de Espinosa de los Monteros está el encontronazo entre el «ala liberal» y la «ultraconservadora». De hecho, tal y como venía circulando en entornos cercanos al ya exportavoz de Vox, el propio «ala dura» había ido arrinconando a Espinosa de los Monteros y él mismo se planteó dejar el partido antes de las elecciones del 23J. Sin embargo, por sentido de la responsabilidad, esperó hasta después de los comicios para tomar la decisión.
Internamente, el «ala más conservadora» de Vox espera "cobrarse" una nueva baja: la de Rocío Monasterio. Y es que en estos momentos resuenan de manera significativa las palabras de Espinosa de los Monteros cuando aseguró que lo dejaba por «motivos personales y familiares», una excusa que muchos pasaron por alto.
Sin embargo, el partido había intentado apartar a Monasterio antes del 28M al considerar que «lastraba» la marca y que no era buena rival para competir contra Isabel Díaz Ayuso. Esto, además, la dejaba en una posición más débil que Espinosa de los Monteros, al tener que medirse frente a la baronesa del PP de Madrid. Sin embargo, la líder de Vox en la comunidad madrileña resiste, para así evitar que se diga que Ayuso se ha «cobrado» su baja. Y es que algunos achacaron a Monasterio directamente el «error» de no haber querido apoyar los presupuestos madrileños, algo que repercutió electoralmente en las urnas, perdiendo hasta dos diputados con respecto a los pasados comicios y aumentaron las voces que pedían a la dirección del partido que hubiera ya un «recambio» en la comunidad de Madrid. Fuentes internas del partido indican que sería éste y no otro el motivo por el que Espinosa de los Monteros habría decidido abandonar la formación. Sin embargo, del otro lado, exmiembros de Vox indican que en el partido el "ala dura" llevaba tiempo "aislándoles".
Miembros del Grupo Vox esperan que el goteo de bajas cese y se estabilice la crisis interna que ya tuvo su réplica con la marcha entonces de Macarena Olona, muy crítica con toda la dirección del partido y a quien no le ha sorprendido la renuncia de Espinosa de los Monteros. También fue significativo cómo quedaron apartados de las listas diputados como Rubén Manso o Víctor Sánchez del Real.
Ahora, y a la espera de nuevas réplicas de este seísmo en Vox, queda la duda de quién sucederá a Espinosa de los Monteros como portavoz. Algunos miembros del partido desearían que siguiera siendo «Iván» –Espinosa– y confían en que vuelva la calma a las filas del partido, aunque son conscientes de que el desgaste y la marcha de los principales bastiones que encumbraron a Vox puede causarles mella, ya que el partido es «presidencialista» y sin Santiago Abascal dejaría de existir como tal.
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