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Alberto Fernández: «En Cataluña hay temor a exhibir la enseña nacional»

Alberto Fernández / Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona.. Sufrió la intransigencia y dice que «muchos no sacan la enseña por no complicarse la vida»

24 de septiembre de 2015. Durante las fiestas de la Mercè, el líder municipal de ERC, Alfred Bosch, colgó una estelada en el balcón del Ayuntamiento barcelonés. Ante esto, Alberto Fernández decidió desplegar la bandera española pese a la resistencia y los insultos de muchos miembros del Gobierno de Colau
24 de septiembre de 2015. Durante las fiestas de la Mercè, el líder municipal de ERC, Alfred Bosch, colgó una estelada en el balcón del Ayuntamiento barcelonés. Ante esto, Alberto Fernández decidió desplegar la bandera española pese a la resistencia y los insultos de muchos miembros del Gobierno de Colaularazon

Alberto Fernández, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, sufrió la intransigencia y dice que «muchos no sacan la enseña por no complicarse la vida»

En septiembre de 2015, durante la celebración de las fiestas de la Mercè, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, vivió en primera persona la intransigencia y el odio de los independentistas a los símbolos de España. En el balcón del consistorio, el líder municipal de ERC, Alfred Bosch, colgó una estelada, ante lo que Fernández y otros concejales del PP trataron de desplegar una bandera española. Sin embargo, lo que se encontraron fueron forcejeos, tensión y los intentos de los miembros del Ejecutivo de Ada Colau de impedirlo.

–¿Cómo vivió ese momento?

–Con una gran tensión. Hubo de todo: empujones, zarandeos, algún insulto, amenazas cuando todo terminó... Lo que ocurrió fue que, ante la posibilidad de que Barcelona no fuera la excepción a otros ayuntamientos, yo tomé la decisión de que si la alcaldesa no ordenaba la retirada de la estelada, yo desplegaría la bandera de España. Ya avisé de que no me quedaría con los brazos cruzados. Así que, ante su pasividad, cogí una bandera que teníamos en el despacho. La desplegué en el interior para ver que no la colocaba al revés y recuerdo la estupefacción de los que estaban en el Salón. Alguno intentó impedirme que llegara hasta el balcón y cuando llegué, la desplegué e intentaron quitármela. Fue cuando Ángeles Esteller y Javier Mulleras me ayudaban. A partir de ahí, tensión en la plaza y el balcón. Recuerdo al teniente de alcalde, que sonreía cómplice con la estelada y seguía intentando arrebatarme la bandera. Al día siguiente, ERC pidió perdón. Me acuerdo de que cuando me preguntaron si yo pediría perdón, dije que si el hecho de desplegar la bandera sirvió para que por primera vez ERC pidiera perdón tras años actuando de igual forma en otros ayuntamientos, lo volvería a hacer.

–¿Cree que hay libertad en Cataluña para exhibir una bandera de España?

–La libertad es aparente y por tanto, es inexistente. Muchos catalanes se sienten españoles y exhibirían su bandera en el balcón o en el coche si no temiesen complicarse la vida. Por tanto, en Cataluña hay temor a exhibir la bandera de España porque puedes complicarte la vida.

–¿Cree que Puigdemont está usando políticamente esta polémica de las banderas?

–Sí. Toda la controversia de las esteladas ha servido para movilizar al independentismo, que necesita de controversias como éstas. El nacionalismo es un experto en buscar confrontaciones, el choque para la movilización de los propios. La prueba es que en las últimas 48 horas, en los medios al servicio del independentismo ha sido monotema y les ha servido para relegar de inmediato la visita de Otegi, porque saben que incluso había independentistas a los que les repugnaba. Rápidamente se han agarrado a la bandera porque tenían así más adeptos con el secesionismoque con la visita de Otegi, que incomodaba a una parte del independentismo, que además se encuentra en retroceso. Al independentismo hay que responderle con firmeza y serenidad.

–¿Ha sufrido algún otro incidente con la bandera o con otros símbolos?

–Recuerdo que protagonicé una anécdota en Parlament al entrar. Solicité en mi despacho una bandera de España y pedí a los servicios de mantenimiento que la pusieran. Ante la no atención a mi petición, compre una y la coloqué. Ningún otro diputado había puesto jamás la bandera en su despacho. También otro día, ordené al sargento de los Mossos de guardia en el Parlament que arriara la bandera y la izara debidamente porque estaba al revés. Y debo decir que los Mossos procedieron inmediatamente.