Blair reivindica a Zapatero porque «hizo lo mejor para España»

«En la Unión Europea hacen falta líderes y optimismo. José Luis pudo haber echado la culpa a Europa, pero se quedó en ella». El ex primer minsitro británico Tony Blair hablaba con esta familiaridad ayer de un José Luis Rodríguez Zapatero que, arropado por una veintena de sus ex ministros y más de medio millar de socialistas, presentaba en sociedad «El dilema. 600 días de vértigo» (editorial Planeta).

Dice el refranero español que nadie es profeta en su tierra y eso le debe pasar al otrora jefe de Gobierno, cuya gestión económica es hoy todavía repudiada por algunos de los suyos. Ha tenido que ser Blair, con quien Zapatero forjó una estrecha amistad durante el proceso de negociación con ETA, quien vinera a España a reivindicar su figura y además a decir que confía en que «los españoles entiendan que hiciste lo mejor para tu país. Sentaste las bases del futuro de España en Europa».

Lo expresó de otro modo: que Zapatero había «superado la prueba de fuego del líder» al poner por delante los intereses de su país por encima de los suyos, cuando tuvo que dar un giro a sus políticas y poner en marcha duros recortes. Y es que destacó que el liderazgo se reconoce cuando llegan las dificultades y un dirigente tiene que decidir «entre sí mismo y su país», tomando medidas necesarias que pueden resultar impopulares. En este sentido, recordó la reforma constitucional que aprobó el Parlamento en agosto de 2011, para incorporar a la Carta Magna «la regla de oro fiscal», una decisión que calificó de «muy dura, especialmente para los militantes de izquierda». Nada más tomar la palabra, Zapatero agradeció la presencia en Madrid de Blair para presentar su libro y develó el importante «apoyo generoso» que le dio el ex primer ministro en dos asuntos fundamentales: la lucha contra ETA («contribuyó decisivamente a que se acabara con esa gangrena terrible») y la crisis económica. La primera parte era sabida. La segunda, no, pero al parecer también contó con su ayuda en los momentos más difíciles de la crisis financiera, cuando «la prima de riesgo» atenazaba al país. Blair le visitó en La Moncloa e hizo una gran tarea ante muchos inversores y medios de comunicación extranjeros para transmitir confianza en nuestra economía.

Además del agradecimiento a Blair, el ex presidente del Gobierno puso en valor el apoyo de los socialistas que acudieron a la presentación del relato del periodo entre aquél fatídico 12 de mayo de 2011 y el final de su mandato. Al primero, a un Rubalcaba del que quiso recordar dos momentos compartidos. Uno, el «emotivo» final de ETA («Yo sé lo que ha hecho por el fin de la banda terrorista. Todos debemos reconocerle esa trascendental tarea»). Y segundo, un momento que calificó de «tensión» con motivo de la reforma de la Constitución para introducir el criterio de estabilidad presupuestaria («No era una decisión fácil y primó su sentido de la responsabilidad y de país en lugar del inmediato, que eran unas elecciones. Ahí se forjan los liderazgos»). Entre tanto ex ministro que acudió al acto, Zapatero personificó en María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado su gratitud al tiempo que elogió su «lealtad» y «entrega».