Carmen Calvo
El Gobierno critica las preguntas «condenatorias» de los periodistas
La portavoz, Isabel Celaá, señala que existe una «ola de fake news» que «no se puede consentir»
La portavoz, Isabel Celaá, señala que existe una «ola de fake news» que «no se puede consentir».
El Gobierno vuelve a tropezar con la libertad de expresión y mantiene la lupa sobre los medios de comunicación. La estrategia del Ejecutivo contra las informaciones publicadas por algunos digitales busca restar credibilidad a estas plataformas para paliar el descrédito que están sufriendo algunos miembros de su Gabinete. Utilizando una dialéctica
propia de Donald Trump, Moncloa se ha abonado a la denuncia de lo que consideran «una ola de fake news» -noticias falsas- para desgastar la imagen gubernamental. La veda sobre este debate la abría la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la semana pasada con el consiguiente reproche de las asociaciones de periodistas que clamaron
por lo que consideraron un intento de coartar la libertad de prensa. En lugar de enmendar el error, la portavoz gubernamental y ministra de Educación, Isabel Celaá, volvió a ahondar ayer en la afrentade los medios al Ejecutivo. Celaá, que debe lidiar cada viernes con los medios tras la reunión del Consejo de Ministros, ya acusó a la oposición de una campaña de «acoso» al Ejecutivo, ahora este «acoso» -dice- lo promueven también los periodistas y «no se puede consentir». «Me encuentro con preguntas que son de entrada condenatorias cual sentencia de tribunales y esto, obviamente, arrolla la libertad de expresión y toda presunción de inocencia», señaló en una entrevista en la «Cadena Ser».
La ministra portavoz cree que en España hay medios de comunicación «muy exquisitos», que «a veces amplifican la primera toma de contacto» del Gobierno con respecto a un tema, donde puede producirse alguna «disfunción», y se alejan del resultado final, cuando el Ejecutivo ya ha sido capaz de hacer una buena gestión. «Este es un gabinete con personas muy curtidas y potentes» que tiene sobre él «la lupa de los medios» de comunicación, que le toman la temperatura «cada minuto». Celaá lamentó que el Gabinete estén sometidos a «una especie de investigación» que «tampoco es política» y pidió que se incorporen, «dentro de la ética pública», «ciertos usos y costumbres, tales como que las fuerzas políticas no debieran utilizar informaciones que vienen del chantaje y de lugares oscuros». Tras realizar estas aseveraciones, Celaá intentó trasmitir que el Gobierno «no pretende controlar la libertad de prensa», para acto seguido demandar la necesaria «reflexión conjunta con los medios de comunicación» ante la proliferación de «fake news que estorban la verdad periodística». Por su parte, el ministro de Fomento y secretario de Organización, José Luis Ábalos, también se manifestó en este sentido, señalando que la «libertad de expresión no lo resiste todo» y calificando de «chismes y chascarrillos» las grabaciones de Villarejo a las que se ha dado difusión en estos digitales.
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