Ministerio de Defensa
Defensa sólo ha logrado cerrar el 21% de las instalaciones que le sobran
El Ministerio quería clausurar al menos 86 hasta 2017 y otras 77 hasta 2024, pero sólo ha podido liberar 34
El Ministerio quería clausurar al menos 86 hasta 2017 y otras 77 hasta 2024, pero sólo ha podido liberar 34.
En 2013, el Ministerio de Defensa, dirigido por Pedro Morenés, inició un ambicioso plan para racionalizar su patrimonio inmobiliario y ahorrar dinero. Se llamó Propuesta de Racionalización y Utilización Eficiente del Patrimonio Inmobiliario (Predipef) y el objetivo era deshacerse de prácticamente la mitad de sus propiedades. Se consideró que de las 1.046 instalaciones militares existentes, 163 debían ser cerradas, para lo que establecieron dos fases. En la primera, entre 2014 y 2017, clausuraría 86. En la segunda, 77 hasta 2024. Junto a esto, consideró que otros 358 recintos ya cerrados eran innecesarios y podían venderse.
Sin embargo, cinco años después, Defensa sólo ha conseguido poner el candado a 34 de esas instalaciones que quería cerrar (21%) y apenas ha logrado enajenar alguna de las que tenía en desuso. Según aseguran desde la Dirección General de Infraestructura (DIGENIN), «las grandes limitaciones presupuestarias y otras cuestiones asociadas a la gestión de la infraestructura» han provocado que muchas actuaciones hayan sido pospuestas. El principal problema para llevar a cabo esos cierres es la falta de fondos, ya que antes de clausurar una instalación había que invertir en trasladar a los efectivos y el material, y para adecuar el nuevo destino. El plan cuantificaba para la «Fase I» una inversión de 70 millones, estimando el ahorro anual en 15 millones, pues no habría gasto en seguridad o mantenimiento. En la «Fase II», el desembolso sería de unos 800 millones para ahorrar 37 al año. Hasta ahora sólo ha podido destinar 14 millones.
En lo que se refiere al primer estadio, el Ministerio quería llevar a cabo 49 actuaciones en 109 recintos, cifras que «evolucionaron a 103 actuaciones», explican desde la DIGENIN, recordando que, «en función de la actuación, ésta puede implicar varias acciones y pueden afectar a una o varias instalaciones». Y se centraba, sobre todo, en delegaciones o subdelegaciones de Defensa, planeando el cierre de 26, que se trasladarán a otras dependencias. Además, contemplaba la cesión de hospitales y la reorganización de las instalaciones del Ejército de Tierra, la Armada o el Estado Mayor de la Defensa en Madrid. En esta ciudad, por ejemplo, se ha cerrado el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, trasladado a la base de Retamares. Así, para la segunda fase hay ya 129 instalaciones militares que Defensa quiere cerrar y se han incluido en un Plan de Infraestructura a medio plazo hasta 2024, del que habló el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, en el Congreso el pasado octubre. Eso sí, apuntan que «la actividad de planificación en la infraestructura es un elemento vivo para adaptarse a las necesidades y cambios de nuestras Fuerzas Armadas», por lo que algunas de las que se querían cerrar podrían volver a ser útiles. Con todo, Defensa avisa de que dependerá de «la disposición de recursos económicos», pues para el cierre completo ha de destinar más de 800 millones.
Además de las instalaciones que Defensa quiere cerrar, hay otras 358 que intenta vender. Son «propiedades con edificaciones sin uso o bajísimo nivel de actividad y casi la totalidad están cerradas». Entre ellas, los terrenos del antiguo hospital del Aire o los cuarteles de Campamento, en Madrid. Están incluidas en el «Procedimiento para la enajenación de inmuebles» y el encargado de venderlas es el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (INVIED). No obstante, Defensa recuerda las dificultades para «encontrar comprador en plena crisis inmobiliaria» y que muchos tienen «una difícil salida», entre otros por sus calificaciones urbanísticas. Sólo han vendido «un número pequeño».
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