Curiosidades de Estrabón

"Punto y aparte": preparaos

¿Acaso pretende que dejemos de investigar si su mujer hizo de mediadora a favor de empresarios? No podemos

Begoña Gómez y Pedro Sánchez
Begoña Gómez y Pedro Sánchez en un acto del PSOEgtres

Es capaz de cualquier cosa. El animal más peligroso es el acorralado. Atémonos los machos, porque vienen curvas. Ahora el presidente va a por el poder judicial y los periodistas porque controlamos un poder que quiere omnímodo. ¿Acaso pretende que dejemos de investigar si su mujer hizo de mediadora a favor de empresarios? No podemos, para eso no hemos estudiado, ni arriesgado la vida en guerras por todo el mundo, ni perseguido noticias a costa de nuestro sueño, tranquilidad y vida familiar. Tampoco los jueces lo van a hacer. A otro perro con esas amenazas.

Supongo que ahora modificará las leyes para que cambien las mayorías en el Consejo General del Poder Judicial. También intentará modificar la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para quitarles la instrucción a los jueces y dársela a los fiscales. E imagino que arremeterá contra la libertad de Prensa. Pero aquí lo esperamos. Creo firmemente en el sistema, en la resistencia de la ciudadanía y en las instituciones europeas. En la UE no hay sitio para populismos bananeros.

Menuda payasada ha protagonizado nuestro presidente, total, para que doce mil personas se junten a gritar en Ferraz “Pedro, quédate” al son de Raffaella Carrá y Rigoberta Bandini. Sólo ha conseguido que su problema esté en las portadas del mundo entero. Cuando la Kirchner tuvo problemas hizo lo mismo, pero con más soltura: juntó a 150.000 personas en un estadio gritando: “Cristina, estamos contigo”.

Si la carta de Pedro Sánchez fue infantil, el discurso de ayer resultó patético. Apelaba, de nuevo, a los resortes afectivos: que si no se puede sacrificar “la carrera de su mujer y devolverla a la cocina”, que si en España es muy importante la “sociedad familiar”, que “mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará, pero podemos con ella”. En el día de San Pedro Mártir, se ha victimizado públicamente por segunda vez, una de las cosas más cobardes que puede hacer un dirigente. Confía en que la masa (porque eso cree él que es un pueblo, simple masa) salga a hacerle el trabajo. Pero ya se vio el fin de semana que los españoles no estamos en eso, bastantes cosas graves tiene cada uno.

Pedro Sánchez es un tío grande y fuerte, un chulo. ¿Y qué hace un chulo cuando ve las orejas del lobo? Arremeter, desafiar, amenazar. En su intervención apeló a la movilización de la “mayoría social”: “Mostremos al mundo cómo se defiende la democracia” y también ha dejado claros los objetivos: los jueces, los medios, la oposición. Pero es imposible ir con todo contra la otra mitad completa. Puede que tengas a Puigdemont y Junqueras, a Otegui y Pablo Iglesias, a Montero y a Page, pero ni tienes ya a todos tus votantes, ni tienes a todos los medios, ni tienes a todos los magistrados, ni tienes al resto de los españoles. ¡Hasta una encuesta del CIS tiene hoy Pedro Sánchez para saber cómo han reaccionado las gentes a su golpe escénico!

Ha dicho Feijoo que al presidente lo ha movido “el miedo”. Es verdad. Sánchez tiene miedo porque hasta en el PSOE saben que hay que investigar a Begoña Gómez y que no hay gobierno que resista eso. Que no se puede seguir en el poder con semejante sospecha encima. El gesto de retirarse a pensar cinco días y generar vértigo social no nos ha dado vértigo a los que ya vivimos en él. Iba dirigido a los suyos, y los suyos no han respondido como él hubiese deseado. Hasta al Rey ha utilizado en su “performance”.

Ojo, insisto, el toro herido es el más bravo. No me cabe la menos duda de que empieza un tiempo muy peligroso. Sánchez exige sometimiento absoluto y fin de la separación de poderes. Desafía la libertad de prensa y requiere impunidad absoluta para él y Begoña Gómez. Y no nos vamos a dejar.