Defensa

Gasto militar: ¿cuánto invierte España?

En 2023, el presupuesto inicial fue de 12.800 millones y acabó el año en 15.250. El impulso a los programas de armamento ha situado el gasto en Defensa en el 1,24% del PIB, aún lejos del objetivo del 2%

Un blindado "Leopardo" español durante unas maniobras recientes
Un blindado "Leopardo" español durante unas maniobras recientesEjército de Tierra

Destinar el 2% del PIB a gasto militar. Ese es el compromiso del Gobierno (de este y del anterior del PP) desde 2014, cuando los aliados de la OTAN acordaron destinar ese porcentaje como tarde en 2024. A día de hoy, solo 11 países han cumplido ya y otros tres están muy cerca de lograrlo. Sin embargo, España mantiene la tendencia de los últimos años y continúa a la cola como el tercero que menos gasta en Defensa, concretamente el 1,24% del PIB, superando únicamente a Bélgica (1,21%) y Luxemburgo (1,01%), tal y como se desprende del último informe de la Alianza Atlántica. Un porcentaje que, según la organización que dirige Jens Stoltenberg, se traduce en 18.045 millones de gasto el pasado año. Unas cifras alejadas de las que figuran cada año en el presupuesto del Ministerio de Defensa, pues la OTAN se basa en las cuenta las cuentas consolidadas e incluye otros gastos, como pensiones, misiones, armamento u otras actividades. De hecho, ni las cuentas ministeriales son las mismas al comienzo del ejercicio que al final, pues mes a mes se va ampliando ese presupuesto con créditos extraordinarios que hacen que, por ejemplo, en 2023 Defensa arrancase con algo más de 12.800 millones y terminase gastando más de 15.200 millones.

Hoy, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a insistir en la necesidad de aumentar lo que se destina a gasto militar hasta alcanzar ese 2% del PIB, algo que lleva repitiendo desde que España acogió la Cumbre de la OTAN en el verano de 2022. Allí, se comprometió a llegar a ese porcentaje, aunque con cinco años de retraso respecto a la fecha inicialmente fijada: será en 2029. El motivo que ha esgrimido para defenderlo de nuevo: la necesidad de reforzar la capacidad de disuasión ante la amenaza que supone Rusia. De ahí que en los últimos años el Ejecutivo haya aumentado los fondos para Defensa con miles de millones destinados principalmente a programas de armamento, aunque también ha reforzado su participación en misiones de disuasión de la Alianza como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Unos despliegues de personal y material que suponen un gasto extra y que el año pasado elevaron su coste hasta los 1.023 millones de euros.

Y Defensa se ha centrado principalmente en los modernos sistemas de armas no solo para mejorar las capacidades de los dos ejércitos y la Armada, sino también para impulsar un sector, en de la industria de Defensa nacional, que genera miles de empleos con cada nuevo programa que arranca y cuya facturación en su conjunto supone, de media, el 1,3% del PIB español. Pero, pese a ello, llegar a ese 2% comprometido no será tarea fácil, pues implica prácticamente duplicar lo que se destina ahora y los socios del Ejecutivo ya han avisado de que no lo aceptan.

Presupuesto que crece mes a mes

Pero, ¿cuánto destina España a gasto militar? La realidad es que no es fácil descifrar las cuentas de un Departamento que se nutre de diferentes "huchas" (como la del Ministerio de Industria) y que cada cierto tiempo recibe una serie de fondos extraordinarios, como ayer, cuando el Consejo de Ministros autorizó a la transferencia de más de 581 millones desde el Fondo de Contingencia para atender a los gastos ocasionados por la participación en misiones en el exterior.

Mirando el último de los presupuestos, el de 2023 (prorrogado para este año), defensa comenzó el ejercicio con algo más de 12.800 millones, lo que supuso, en términos globales, un aumento del 26% respecto a las cuentas de 2022. Sin embargo, ese incremento se debió a la inclusión de los Programas Especiales de Armamento (submarinos S-80, fragatas F-110, blindados 8X8...), valorados en unos 4.900 millones, los cuales no computan en el límite de gasto no financiero. Sin ellos habrían crecido únicamente el 8,4%.

Estas cuentas del pasado año ya mostraban ese interés por los programas de armamento y por la industria de Defensa, algo que demostraba el crecimiento de estos respecto al año anterior: un 72%, de los 2.848 millones de 2022 a esos ya citados 4.900. Unos proyectos, además, que el Gobierno también defiende apuntando que crean puestos de trabajo: 22.667 empleos directos o indirectos, tal y como cifró en su día el Ejecutivo durante la presentación de las cuentas.

Pero esos 12.800 millones iniciales fueron recibiendo inyecciones de fondos puntuales que al acabar el año sumaban casi 2.500 millones extra, elevando la cifra hasta los 15.250 millones. Una práctica habitual con la que se sufragan desde los gastos extra derivados de los programas de armamento, el desarrollo de nuevos proyectos o los gastos de la participación en misiones. Así, en 2022 esta inyección extra fue de 4.100 millones.

La industria, la gran beneficiada

Esos modernos blindados y fragatas, indispensables para la defensa nacional y la disuasión que defiende el Ejecutivo son los que han llevado a la industria de Defensa a convertirse en un importante motor económico que ahora ha adquirido una importancia nunca antes vista. Solo en 2022, último año con cifras, el sector (Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio) facturó 12.135 millones de euros, un 4,6% más que en 2021 y muy cerca ya de las cifras prepandemia, tal y como se desprende de la Memoria de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae). En su conjunto, el sector aglutina a más de 210.000 empleados y genera más de 53.000 puestos de trabajo directos.

En lo que se refiere únicamente al sector de la Defensa, la facturación ascendió hasta los 7.139 millones, siendo la aeronáutica militar la que lo lidera con 5.050 millones, seguida de la defensa naval, con 1.210. Se trata de un sector cuya facturación supone el 4,9% del PIB industrial. En cuanto al empleo, contribuyen de forma global con más de 28.000 puestos de trabajo directos. Aquí, algunos de esos programas, como el de los submarinos S-80 dan muestra de su importancia en la economía: 2.000 directos en el área de Cartagena (Murcia) donde se fabrican y hasta 7.000 indirectos de calidad, tal y como destaca el propio Ministerio.

La OTAN marca el paso

Gracias al impulso que el Gobierno le ha dado a estos programas de armamento, el gasto militar español ha ido aumentando año a año a ojos de la OTAN, que también tiene en cuenta otras inversiones para elaborar sus previsiones y estadísticas anuales. Así, nuestro país ha pasado de destinar el 1% del PIB a Defensa en 2020 al citado 1,24%. En cifras absolutas, según el último informe de la Alianza, ha pasado de 11.240 millones en 2020 a 18.045 el pasado año. Unas cifras que si bien difieren de las de los presupuestos que presenta y modifica el Ministerio al final de año, son en las que se ha de basar el Ejecutivo de cara a alcanzar ese 2% comprometido.

Y aunque no cumple en el gasto general, sí que lo hace en las inversiones en armamento, donde la OTAN reclama dedicar al menos el 20% de todo el gasto militar. Y nuestro país se sitúa en el puesto 14 de 30 (no se tiene en cuenta a Islandia, que carece de Fuerzas Armadas) con un 28,1%. Fue en 2017 cuando superó ese porcentaje (20,39%) y en 2022 se situaba en el 20,89%, por lo que en el último año creció más de 7 puntos, reflejo de ese impulso a los programas de modernización.

Gasto en Defensa de los aliados según la OTAN
Gasto en Defensa de los aliados según la OTANOTANOTAN

Eso sí, no es la partida más cuantiosa y, como es habitual, a lo que más fondos se destina es a gastos para personal (48,1% del total), con alrededor de 5.500 millones. Además, tal y como detalla también la OTAN en su informe, otro 22,2% va destinado a operaciones, mantenimiento u otros gastos de I+D. Un porcentaje este último que ha crecido mucho estos dos últimos años como consecuencia de la mayor implicación en las fuerzas permanentes de disuasión de la OTAN (aéreas, navales y terrestres). Por último, dedicó un 1,7% a infraestructuras en 2023.

La vista puesta en 2029

Estas cuentas de 2023 son las que se han prorrogado para este 2024, lo que dificulta en cierto modo el objetivo de alcanzar el 2% en 2029. En cierto modo solo, pues Defensa siempre cuenta con la baza de esos créditos extraordinarios y transferencias del Fondo de Contingencia para cumplir con los ambiciosos objetivos que se ha ido marcando desde que Margarita Robles llegó al Ministerio.

De hecho, la ministra ya vaticinó que este año se cerraría en el 1,3%, dando a entender así que seguirían con el impulso a los programas de armamento en marcha, a los que habrá que sumar otros que se hace necesario abordar a medio plazo, pues hay material al límite de su vida útil que es necesario sustituir y otros requieren una importante modernización para contar con las últimas tecnologías. Junto a ello, nuevas infraestructuras, como la base logística del Ejército de Tierra en Córdoba o el futuro cuartel de Monte la Reina, en Zamora. Sin olvidar la reiterada reclamación de los uniformados de aumentar sus sueldos.