El más alto capitán

Acaba de comenzar la navegación para el nuevo Rey, que tiene en los mares exteriores un número creciente de singladuras. Quiero recordar que el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, que se denominó primero Ministerio de Estado, se honra en saber que, como ratificó el pueblo español en nuestra Carta Magna, el Rey es, en la representación de España fuera de nuestras fronteras, el más alto capitán. Y bien sabemos todos que, antes de esa nueva travesía que ahora comienza, ningún océano le es ajeno a Don Felipe, como bien sabemos que volverá a ellos como símbolo de la unidad y permanencia de España.

Cuenta en esas labores de representación con el Departamento Ministerial que me ha tocado dirigir. También cuenta con todos los embajadores de España, que son los adelantados en el exterior a la hora de promover nuestros valores e intereses. Cuando la Constitución dicta que es la Corona quien designa a los embajadores, no hace sino traducir a nuestra época una tradición histórica que condensa el verso de Lope de Vega que define al embajador como aquel que «en su pecho lleva al rey». Recojo el sentir de todos los que han estado, están y estarán en este Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, al desear la mayor de las venturas para España, pues ésa será también, sin duda, la mayor de las venturas para la Real persona que es ya hoy, Felipe VI, por muchos años.