Gobierno de España

El pulso de Iglesias: un «no» de las bases en la víspera de la investidura de Sánchez

Podemos confía en un rechazo rotundo al Gobierno monocolor para apuntalar la posición de su líder

Pablo Iglesias, a su llegada al último Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid / Foto: Alberto R. Roldán
Pablo Iglesias, a su llegada al último Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid / Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Podemos confía en un rechazo rotundo al Gobierno monocolor para apuntalar la posición de su líder.

A pesar de los desaires públicos del PSOE y del presidente, la dirección de Podemos mantiene su mano tendida a negociar «en serio» un Gobierno de coalición. Aguardan con cautela, aunque sin mucha esperanza, la cita de mañana entre Sánchez y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de la que saldrá el día en el que se celebrará la sesión de investidura. Un pleno al que el presidente en funciones acudirá, si no hay un cambio inesperado de guión, sin los apoyos necesarios, muy lejos de los 176 diputados necesarios para ser investido, y, en todo caso, muy lejos también de contar con más síes que noes y así salir victorioso en segunda ronda. Han pasado ya dos meses desde el 28 de abril y la supuesta labor negociadora de Ferraz y Moncloa ha logrado en este tiempo sumar un único diputado a los 123 asientos de la bancada socialista: el representante del Partido Regionalista de Cantabria.

Con este pobre balance a sus espaldas, la estrategia del PSOE se ha basado en estas semanas en trasladar a los otros grupos –a Unidas Podemos como «socio preferente» pero también a PP y a Ciudadanos– la presión para facilitar la investidura. En el partido morado, sin embargo, mantienen su hoja de ruta: plantear un gabinete conjunto en el que el PSOE y Podemos acuerden un reparto de los ministerios de acuerdo a la proporción que ambos grupos tienen en el Congreso y, al mismo tiempo, dar forma a un programa de gobierno «progresista» que tenga como base el acuerdo presupuestario suscrito por Sánchez e Iglesias en octubre de 2018.

Ese escenario, sin embargo, parece muy lejano a estas alturas y la estrategia de Iglesias –según él mismo adelantó– contempla que la investidura de julio será fallida. Un «no» de los diputados morados ahora que haga a Sánchez retomar el diálogo tras el verano y transigir con la idea de la coalición. Antes, sin embargo, de esa primera sesión de investidura, la bases de Podemos tendrán que pronunciarse en una consulta para fijar la posición de sus 42 escaños. Los días en los que se celebrará esa consulta a los inscritos se fijará en función del calendario que esbocen mañana Sánchez y Batet. Fuentes de la dirección nacional no confirman oficialmente cuáles serán las posibles fechas de esta votación. Los planes del partido, sin embargo, pasarían por dar tiempo a la negociación y llevar, tal y como ocurrió en procesos y situaciones similares, la decisión a los días previos, incluso a la víspera, del propio pleno de investidura.

En el partido morado dan por hecho que las bases moradas –el número de inscritos actualmente se eleva hasta los 517.489– se pronunciarían en esa consulta en contra de apoyar a un Gobierno monocolor de Sánchez. El equipo de Iglesias ha insistido en las últimas semanas en los argumentos en los que basan el rechazo a la oferta socialista, en la que únicamente se contempla la incorporación de dirigentes de Podemos al segundo escalón del entramado gubernamental, con acceso, por ejemplo, a secretarías de Estado, direcciones generales o presidencias de entes y empresas públicas. La dirección de este partido lamenta que el PSOE no haya querido poner en marcha una negociación similar a la que tuvo lugar con los Presupuestos de 2019, en la que fueron clave las mesas sectoriales y la labor de los equipos designados por ambos grupos.