Política

Crisis en el PSC

Es la hora de sumar

La Razón
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España empieza a ver la luz al final del túnel y ahora la prioridad debería ser la recuperación económica y la creación de puestos de trabajo. En vez de esto, Artur Mas, con el objetivo de esconder su incapacidad y la de su gobierno para luchar contra la crisis y ofrecer oportunidades a los catalanes, ha abierto el debate independentista. Esconden que la ruptura con España a la que nos quieren llevar CiU y ERC supondría quedar fuera de la Unión Europea y un retraso económico de 25 años para Cataluña. Esta es la verdad y no la que se dedican a difundir desde aquelarres independentistas. La campaña de rechazo y enfrentamiento con el resto de España se ha articulado por la vía política alrededor del derecho a decidir la independencia, a través de inventos pseudohistóricos como el simposio «España contra Cataluña» y a partir de asociaciones subvencionadas que completan la tarea de propaganda con la inestimable ayuda de los medios públicos de comunicación. Este festival de hispanofobia no ha de dar alas al odio y al enfrentamiento, como están haciendo de manera absolutamente irresponsable CiU y ERC.

Por ello, y para luchar contra el proyecto independentista basado en mentiras, el PPC ha puesto en marcha la campaña derecho a saber. Porque defendemos que los catalanes tienen derecho a saber en qué gasta su dinero el Gobierno de Cataluña, porque nos negamos a que cada incompetencia por parte de la Generalitat quede escondida tras el insultante «España nos roba» y otras variantes del habitual discurso victimista, y porque la independencia no es la solución mágica a todos los problemas. En este contexto, cabe destacar el triste papel del Partido Socialista, que mientras en Cataluña da legitimidad al derecho a decidir por la independencia, en el conjunto de España se saca de la chistera una reforma federal de complicada sostenibilidad, más ineficaz y más cara que el Estado de las autonomías. Este debate territorial sólo nos distrae de la atención principal, que no es otra que salir de la crisis. Soy una firme defensora del estado de las autonomías, no es un modelo en absoluto agotado si sabemos modernizarlo y reformarlo para evitar las duplicidades y desequilibrios que se hayan podido generar a lo largo de 35 años y, con él, la reforma del modelo de financiación, para hacerlo más justo y equilibrado. Esto es lo que necesitan los catalanes: proyectos serios, viables y que garanticen el Estado del Bienestar.