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Sesión de Control

Feijóo a Sánchez: "Sólo le mueve el miedo a acabar ante un juzgado"

El líder del PP reprocha al presidente que "la corrupción no se ha ido" porque sigue sin dimitir, y éste defiende que el Gobierno es "limpio"

"Mismo curso, costumbres viejas". Dixit Alberto Núñez Feijóo en una nueva sesión de control en el Congreso de los Diputados que, otra vez, se convirtió en lo de siempre: la oposición pregunta, el Gobierno no responde. Arrancó el duelo y el presidente popular espetó a Pedro Sánchez la hemeroteca: "Usted llegó con su moción de censura defendida por el diputado Ábalos prometiendo ejemplaridad".

En su segundo asalto, tras mentar todos los escándalos judiciales que salpican a la Moncloa y escuchar a su rival defender que preside un "Gobierno limpio", sentenció: "La corrupción no se ha ido porque usted está aquí". Sobre una legislatura que se ha convertido en ingobernable, dijo a Sánchez que sólo le mueve una cosa: "El miedo. El miedo a los jueces, por lo que saben; el miedo a los medios, por lo que publiquen; el miedo a los socios, por que le dejen caer; el miedo a la gente, en las urnas. Quizás, también, el miedo a que, alguna vez, usted mismo acabe en un juzgado".

Previamente, le inquirió por las causas judiciales. "¿Es ejemplar respaldar al fiscal general bajo fianza y sentado en el banquillo del Supremo? ¿Es ejemplar haber autorizado a su número dos en el Gobierno en el aeropuerto de Madrid con la vicepresidenta del petróleo venezolano para hablar de negocios? ¿Es ejemplar que la señora del señor Ábalos le informase de los desmanes y usted le volviese a incluir en las listas? Es ejemplar haber convertido la Moncloa en un centro de negocios con la mujer del presidente plurimputada?".

"Sé lo que pretende, pero no nos va a provocar", preludió Sánchez sobre lo que a continuación no iba a hacer. "Voy a responder a su pregunta". Apenas proclamó, para carcajada de la bancada popular: "Estamos haciendo lo que exigíamos, exigimos una política limpia y este es un Gobierno limpio". A partir de ahí, tiró de su agenda: causas sociales, becas, "derecho internacional humanitario" y, claro, Gaza. "Condenamos el genocidio". Ni media palabra de su mujer, que hoy declara por un nuevo delito, ni del fiscal general, ni de Ábalos, ni de Cerdán.

El presidente popular no se rindió: "Usted está en todas las causas que le acabo de referir". Para "repartir carnets de moralidad", le emplazó a renovar "el suyo". También trató de desmontar que el Gobierno funciona: "22 ministerios, Hacienda, sin Presupuestos; Vivienda, sin casas; Interior, sin solución para los okupas; Transportes sin trenes serios para nuestro país; Sanidad, sin planificación sanitaria. Exteriores, sin aliados decentes... podría seguir, pero no tengo tiempo".

Ni por esas. Sánchez prosiguió con la propaganda y con un contracontrol en el que criticó hasta a los presidentes autonómicos. "En diez días, las cartas boca arriba". En su rifirrafe con Feijóo, le reprochó el "plante institucional a jueces, fiscales y al jefe del Estado, utilizando una conversación privada y falsa intentando excusar lo inexcusable". También disparó por los incendios: "¿Cuál la posición de la oposición? ¿La de Mañueco? ¿La de Rueda? Se desconoce". Finalmente, denunció que la hoja de ruta del líder popular pasa por "el insulto" y por "mimetizarse con la ultraderecha". Y tiró de palabras calcinadas: "Bulos, desinformación, confrontación".

Para terminar, presumió de la quita de la deuda, "para aliviar la carga de las comunidades autónomos". De un "debate necesario, que está en la calle", en alusión a la reducción de la jornada laboral que Junts ha decidido vetar. Y de la posición diplomática con el conflicto en Oriente Próximo. "El Gobierno ha situado a España en el lado correcto de la historia, lo que está pasando en Gaza es un genocidio". Y exigió a Feijóo: "Repítalo conmigo. Es un genocidio".