Cerco judicial al PSOE
Ferraz se lava las manos y culpa de todo al equipo de Cerdán
Podemos deja en evidencia a Sumar y exige explicaciones a Sánchez por los sobres: «Algo huele a podrido»
El PSOE cambió el control de gastos de representación de los cargos del partido por el «runrún» sobre la elevada cantidad de dinero que el ex secretario de Organización y exministro de Transportes José Luis Ábalos gastaba en cumplimiento de sus funciones como responsable de la vida orgánica de Ferraz.
Según explican a LA RAZÓN fuentes al tanto de los movimientos internos del PSOE, tras la destitución del antiguo gerente, Mariano Moreno, en octubre de 2021, su sustituta y actual responsable, Ana María Fuentes, exigió que se entregara el justificante de pago con el fin de evitar sospechas sobre el destino del dinero con el que el partido cubría a sus cargos.
Es más, el desembarco de la actual gerente se produjo en el 40 congreso federal, el que catapultó a Santos Cerdán al frente de Organización, aunque él llegó unos meses antes, en julio. En el partido siguen culpando de todo al navarro. «Estuvo años riendo las gracias a Ábalos. Pues ahí lo tiene; que lo explique todo ahora», cuenta a este diario una fuente conocedora de los entresijos del primer núcleo de confianza y decisión de Sánchez.
Estas mismas fuentes precisan que el partido, tanto con Ábalos como con sus colaboradores, les, costeaba dichos gastos «a veces en efectivo y a veces en transferencia». «Pero eran cuantías muy pequeñas, de alguna comida o cena», añaden. No obstante, en esa fecha, por el partido ya corrían rumores sobre el nivel de vida de Ábalos y su equipo, incluido su exasistente en el ministerio Koldo García.
«Había un runrún de que [José Luis] gastaba mucho en los desplazamientos. No con lo que está saliendo ahora, sino, por ejemplo, con que hacía viajes de partido y se alojaba en los hoteles más caros... Vamos, que vivían bien. Que, ya que estaban, que se hicieran las cosas con las máximas calidades. No porque fuera ilegal». Lo cierto es que tanto el partido como Ábalos habrían incumplido la propia ley socialista contra el blanqueo al hacer pagos en efectivo superiores a los 2.000 euros, según el último informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.
La sospecha aumenta después de que el Instituto Armado haya encontrado pruebas de pagos con dinero de origen desconocido. El malestar se extiende de nuevo por una organización más que tocada tras ver a los agentes de la Guardia Civil entrar a su sede en Madrid para clonar los correos electrónicos de Santos Cerdán. Los nervios van a más porque, precisamente, la financiación irregular es la línea roja que los socios del PSOE en Moncloa pusieron a Pedro Sánchez. En caso de que llegara a descubrirse que la hubo, existe un riesgo altísimo de que Sumar rompa con los socialistas y el Gobierno implosione.
El exgerente socialista, actual presidente de la empresa pública Enusa, formó parte del comité organizador del 40 congreso federal del PSOE que se celebró en Valencia. El propio Cerdán también lo preparó. Lo sangrante es que la resolución de ese congreso aborda el blanqueo de capitales y el compromiso de los socialistas con su erradicación. «En el PSOE defendemos la adopción de una regulación muy estricta que delimite claramente el campo de actuación de estos nuevos activos, sujetos, por otra parte, al control tributario y de las agencias contra el blanqueo de capitales».
En el año que transcurrió desde la salida de Ábalos de la Secretaría de Organización del partido a la renuncia de Adriana Lastra, en verano de 2022, Cerdán se enemistó con la asturiana. Ambos mantuvieron un tenso pulso por el control del partido. Ella, desde la vicesecretaría general, y él, desde Organización.
La tensión fue creciendo hasta que todo saltó por los aires y Lastra se llevó la peor parte porque fue el navarro quien quedó en pie hasta que la mancha de la corrupción le ha llevado a prisión. Entretanto, la oposición aumenta los decibelios. Podemos, sin ir más lejos, pidió ayer explicaciones por los pagos en efectivo. «Sánchez tiene que explicar por qué tiene a un secretario de organización en la cárcel y a otro que puede acabar en la cárcel», dijo el portavoz, Pablo Fernández. «Algo huele a podrido», advierten los morados.